viernes, 21 de enero de 2011
Atlético de Madrid: De la gloria a la nada pasando por la mediocridad
El Atleti es así. Capaz de lo mejor y de lo peor, de "hacer fácil lo difícil y difícil lo fácil", como dice mi madre. Ayer, en el trascendental partido de vuelta de la Copa del Rey, lo fácil era jugar tapando con garra y convicción las sabidas carencias de talento y optimismo...pero no. A tenor de lo visto, no tocaba respetar ni la historia (ni siquiera la más reciente) ni el escudo ni esa afición que desafió la gélida noche y la cruel lógica para animar masivamente al equipo. Al igual que no tocó allá por diciembre...Lo mejor es que el fatalismo casi atávico que corona la pasión de cualquier hincha colchonero te previene de llevarte un soponcio con espectáculos como el de anoche. Eso sí, la indignación no te la quita nadie. Es una reacción natural ante la indolencia, la dejadez, la apatía, el conformismo, la displicencia, la ramplonería...
A juzgar por la temporada que está haciendo el equipo de mis amores, empiezo a pensar que quizás los éxitos de la precedente no fueron más que un tiro certero de una escopeta de feria, un fenómeno paranormal del que sólo es capaz el Atleti. Ahora, volvemos a la normalidad. La normalidad que indica que por mucho que pongamos a Bruce Springsteen (Kun) como vocalista de una orquesta de pueblo, lo más probable es que el resultado se parezca a una verbena mediocre sólo apta para incondicionales.
No creo que el potencial del Atleti sea tan paupérrimo como el que está exhibiendo este curso, pero sin duda se le aproxima bastante. El Atleti tiene el dinero que tiene, los dirigentes que tiene, el director deportivo que tiene y la plantilla que tiene. Así de sencillo. Una institución instalada en la mediocridad y un equipo propenso a la vulgaridad. Y, como esto no es precisamente nuevo, es evidente que el problema no está tanto en el césped como en los despachos...
El problema más palpable es que posee una plantilla compuesta mayoritariamente por jugadores de calidad "media" (óptimos para un equipo sin grandes aspiraciones históricas) maquillada por cuatro variopintos cracks: Uno fiable (Kun), otro intermitente (Reyes), otro en ciernes (De Gea) y otro en deserción (Forlán). Y esto, críticas al entrenador aparte (empeñado en apostar por algunos planteamientos más que discutibles), es culpa de un director deportivo que es tan bueno en su labor como lo podría ser un supernumerario regentando un burdel y unos dirigentes que no saben ni quieren exigir a todos a los que pagan que honren dignamente la devoción de una afición que es la única que siempre está a la altura de lo que es el Atlético de Madrid. Cada vez estoy más convencido de que lo mejor que le puede pasar al Atleti es que se larguen Cerezo, Gil Marín y compañía. Toda la casta dirigente que es cómplice, cuando no responsable directa, de que el Atlético hoy sea un monumento a la indolencia. Hay que querer muy, pero que muy poco al Atleti no ya para permitir esta situación, sino para perpetuarla conscientemente. Larra sería hoy el perfecto cronista del equipo de mis amores.
Lo más triste es que lo de anoche no fue una sorpresa. Ni la victoria del Madrid (merecida y, por tanto, mi enhorabuena para sus seguidores) ni la derrota del Atleti (la justicia del fútbol suele premiar a los que juegan mejor). ¡Qué triste es conformarse con salvar los muebles lo que resta de temporada! En fin...siempre nos quedará soñar...o, al menos, recordar.
lunes, 17 de enero de 2011
"Fantástico Sr.Fox": Cine para niños grandes
Roald Dahl es un nombre muy ligado a mi infancia, igual que lo son Gianni Rodari, Juan Muñoz Martín, Jordi Sierra i Fabra, René Goscinny, Ángela Sommer-Bodenburg, Michael Ende, Joan Manuel Gisbert...autores que, unidos a otros ajenos al ámbito infantil como Pío Baroja o Miguel Delibes, son los corresponsables, junto a mis padres y algún profesor, de mi temprano amor por la literatura y mi afición a evadirme con asiduidad en parajes imaginarios. Pero, volviendo a Dahl, es el hombre responsable de uno de mis libros favoritos desde que mi alzada era escasa: "El superzorro". Por eso mi interés y curiosidad por ver su traslación al séptimo arte, que, verbigracia del DVD, recientemente he visto.

Esa cualidad o virtud, la de hacer una película ambivalente para niños y adultos, es para mí la mejor de cuantas atesora la citada producción. Un rago que, por cierto, comparte con otras sobresalientes películas que, sobre el papel, están destinadas a un público infantil pero que, de facto, son aún más disfrutables por los adultos: Ahí están la sensacional "Donde viven los monstruos" (estupendo film de Spike Jonze basado en el clásico homónimo de Maurice Sendak); algunas joyas de Pixar como "Toy Story 3", "Up" o "WALL-E"; títulos de culto como "Dentro del laberinto"; o, incluso, la "Alicia en el país de las maravillas" de Tim Burton (a propósito del homónimo de Lewis Carroll). Muestras de talento e ingenio que demuestran rotundamente que "infantil" en ocasiones es sólo una etiqueta. Es más, hay películas y libros supuestamente infantiles que sólo se pueden apreciar en su justa medida siendo adultos. Y "Fantástico Sr. Fox" es un ejemplo.
Al acabar este film el espectador tiene el regusto de haber disfrutado como un niño...quizás porque haya entendido la principal moraleja de la película: la astucia no tiene edad. Y eso el sagaz Wes Anderson lo ha demostrado al no ofender con esta película la inteligencia de los niños ni de los que una vez lo fueron.
martes, 11 de enero de 2011
Balón de Oro: Algo huele a podrido en FIFAmarca
Balón de Oro 2010 para Messi. Da igual que la selección española haya ganado este año el Mundial de fútbol, que dos de los pilares de tal triunfo estuvieran nominados al galardón y que esos mismos nominados sean la esencia del fútbol que desde el Nou Camp ha causado admiración y moda en todo el orbe. Da igual marcar un gol decisivo e histórico. Da igual ser incontestablemente los mejores del mundo y constituir un espejo deportivo y humano en el que aspirar a reflejarse. Da igual que el año pasado el argentino ya recibiera este premio. Aquí lo que prima es otra cosa. Quizás, la envidia. Tal vez, el despropósito.
Por ejemplo, si lo que impera en la concesión del Balón de Oro son estrictamente las virtudes individuales como futbolista, ¿por qué diantres premiaron en 2006 a Cannavaro, que no es precisamente Zidane con el balón en los pies? Por ser el capitán de la selección que dicho año conquistó el Mundial de turno. Ni más ni menos. Contradicción al canto. En cambio, si lo que pesa son los logros internacionales del jugador en cuestión en el año de marras, ¿por qué se premia a un mozo que en 2010 sólo ha conseguido éxitos nacionales con su club y que en el campeonato del mundo, conquistado por España, ha hecho el ridículo con su selección, la dirigida por el antaño drogadicto y hogaño impresentable Maradona? Para eso, mejor darle el galardón a Sneijder que lo ganó todo con el Inter (argumentos para conceder a Mourinho el premio al mejor entrenador de 2010) y llegó a la final del Mundial, ¿no? Pues no. Otra contradicción. Conclusión: Los criterios que se manejan a la hora de votar y premiar en el Balón de Oro son inaceptablemente variables, paradójicos y discutibles.
A mí Messi no me parece mal jugador, aunque sí inferior en cualquier comparación con, por ejemplo, Cristiano Ronaldo. Jugadores ambos que, por cierto, poseen un bombo mediático y publicitario del que carecen Xavi e Iniesta; quizás vayan por ahí los tiros...Pero volviendo al asunto. Messi no es símbolo de ningún estilo de juego elogiable, como Xavi, ni es un ser humano tan modélico como lo es Iniesta. Es un jugador especial, sí, pero como cualquiera de sus otros dos compañeros. Y es un jugador resolutivo, cierto, pero, si lo que se premia es el carácter resolutivo, ¿por qué no premiar al jugador que marca un gol decisivo e histórico como el de Iniesta en la final contra Holanda? A mí que me lo expliquen...
¿Que cualquiera de los tres culés se lo merecían? Sí, pero Messi el que menos, de lejos. Está demostrado que este pibe, privado de la compañía de Xavi e Iniesta, sólo destaca en los anuncios, siempre y cuando no hable, porque el pobre tiene la gracia y el donaire donde el intestino ve la luz. En definitiva: El tufo que rodea su premio es nauseabundo. Algo huele a podrido en FIFAmarca...
lunes, 10 de enero de 2011
E.T.A. ¿Se acabó?
El grupo de asesinos terroristas conocido como ETA acaba de anunciar en un comunicado un alto el fuego "permanente, general y verificable". Quiero pensar que se ha terminado por fin una de las mayores amenazas para la vida y la libertad de todos los españoles. Quiero creer que éste es el comienzo del fin de esa serpiente que ha cortado con la brutalidad de un hacha miles de vidas y sueños. Quiero convencerme de que hay un motivo para la esperanza. Y en eso estoy.
Mientras tanto, sigo pensando que la historia y las hemerotecas no invitan al optimismo. Sigo pensando que es el enésimo intento de unos cobardes asesinos para coger aire y distender la soga de la horca jurídico-policial que amenaza con hacerles desaparecer para siempre. Sigo pensando que la muerte, o la cadena perpetua en su defecto, es el mejor destino que deben tener los integrantes y simpatizantes de esa abominación cruel y sanguinaria conocida como ETA. Sigo pensando que el comunicado de los terroristas es un ejemplo magnífico de manipulación del lenguaje y que lo que se lee entre líneas es delirante e inquietante. Sigo pensando que es una perversión apta para ignorantes o canallas dotar de dimensión internacional lo que es un problema exclusivamente nacional. Sigo pensando que es un error colosal querer dar una solución política (y no penal) a lo que es un asunto escrupulosamente criminal. Sigo pensando, con el máximo respeto, que sólo se puede hablar de Euskal Herria con la misma seriedad y base histórica con la que se puede hablar de Oz, Narnia, Cimmeria, Góndor o cualquier otro territorio quimérico sacado de una chistera. Sigo pensando que para llegar a esta ridícula situación, con esa no menos ridícula pretensión que esgrimen, no hacía falta matar, mutilar ni extorsionar durante décadas a centenares de inocentes. Sigo pensando que los terroristas, lo único mejor que hacen además de destrozar vidas ajenas, es engañar. Sigo pensando que cualquier logro político no puede tener como antecedente un camposanto.
Y, mientras tanto, espero y deseo de veras que sea el final de esta pesadilla que los españoles en general y los vascos en particular no tuvieron jamás que vivir.
Y, mientras tanto, espero y deseo de veras que sea el final de esta pesadilla que los españoles en general y los vascos en particular no tuvieron jamás que vivir.
miércoles, 5 de enero de 2011
Queridos Reyes Magos
Queridos Reyes Magos:
Ya sé que en estos momentos sus Majestades están de tourné, pero tengo unas dudas que me atormentan en demasía y quiero compartirlas con ustedes. En mi ánimo no está tocar sus reales cascabeles, agitar sus regias maracas ni inflamar sus mayestáticos genitales. Tan solo encontrar respuesta a cuestiones que suscitan honda preocupación en quien esto escribe. Y, sin más demora, las transcribo:
¿Por qué ustedes sólo aparecen en la versión unplugged de la Biblia?, ¿Cuál es la relación que tienen con la película "Las aventuras de Priscilla, reina del desierto"?, ¿Consumen alguna sustancia dopante para dar abasto a tanta entrega en solo una noche?, ¿Están los papeles de Baltasar en regla?, ¿Tiene éste miedo de ataques racistas y por eso utiliza dobles con la cara pintada de betún o maquillada a lo Obama?, ¿Solteros, sin relaciones conocidas con mujeres, entraditos en años, vestidos de forma llamativa, siempre juntos..son ustedes homosexuales?, ¿Alguno de los cientos de bisoños pajes que les rodean les ha denunciado por pedofilia?, ¿Qué consumieron antes de lanzarse a perseguir por el desierto "una estrella que brillaba y se movía"?, ¿Dado que circulan echando incienso (oro y mirra) por la noche, pasan algún control de alcoholemia?, ¿Cuánta drogan transportan sus camellos?, ¿Siendo cristianos en tierras de Al Qaeda, temen algún tipo de secuestro o atentado?, ¿Por qué tienen cara de concejales?, ¿Cómo es que no siendo españoles saben emular tan bien los acentos gallego, catalán, vasco y andaluz?, ¿Es cierto que Papá Noel son los padres?...
Sé que son demasiados interrogantes, pero espero que no excedan su portentosa capacidad para satisfacer los deseos de cualquiera en una noche como ésta...y, si no está en su ánimo ponerse a responder a mis dudas, espero que al menos cumplan con las modestas peticiones con las que cierro esta carta:
Salud para todo aquel que merezca ser feliz, trabajo para todo aquel que lo necesite, amor para todo aquel que quiera disfrutar de cada segundo de su vida, y justicia para todo aquel que sufra diariamente las consecuencias de vivir en un país con tantos canallas, bellacos, golfos, cretinos y jetas que es España.
Atentamente y deseándoles lo mejor para el tute nocturno,
Yo.
lunes, 3 de enero de 2011
La dignidad no es "popular"
Estamos en año de comicios. Municipales y autonómicos, sí, pero comicios al fin y al cabo. Y, en 2012, las elecciones generales (salvo que un inesperado ataque de decencia y responsabilidad política los adelante). Y la sensación generalizada es que el partido al que no pienso votar, va a triunfar abrumadoramente en los sufragios venideros. Y no por méritos propios, ojo, sino por deméritos del partido en el poder, lo cual dice muy poco en favor de éste y menos aún de aquél. Que los políticos siempre han dejado mucho que desear es algo proverbial y universal. Que nuestra clase política actual haya obrado el milagro de poner de acuerdo a miles de ciudadanos, ideológicamente discrepantes, a la hora de desencantarlos implacablemente por su ínfimo nivel político, intelectual y ético, es algo novísimo que hay que agradecer a los moradores del Congreso de los Diputados, cuyo salario es tan desorbitado e inmerecido como el de los negligentes árbitros de fútbol o los lisérgicos tertulianos de "Sálvame". Y es que el mejor retratista para esta generación de políticos españoles sería Francis Bacon...
Pero volviendo al partido jibarizado por el gachó cuyo carisma e inteligencia son tan discutibles como el motivo por el que se tiñe sólo el pelo, las razones que le impulsan a continuar en el cargo después de perder dos elecciones contra el peor político de la historia española, o los argumentos que permiten a su autoestima no estar de camino al centro de la Tierra...es decir, volviendo al Partido Popular, hora es ya de ajustar nuevamente cuentas con el gallego incapaz y su corte de lamenalgas, arribistas y lisonjeros de medio pelo.
Que un partido político, en España, se permita el lujo de prescindir o allanar el camino de salida a gente de probada valía profesional o humana es algo delirante y escandaloso. El forzoso destierro dorado al Parlamento Europeo (Mayor Oreja, Vidal Quadras, Iturgáiz...) o la ingrata y tácita exclusión desembocante en la salida de la formación por dignidad personal (Ortega Lara, San Gil, Pizarro, Álvarez Cascos...) son unas costumbres "marianas" que no tienen nada de pías...aunque entendibles, si partimos de la base de que el líder del partido tiene verdadero pánico a todo aquel que le pueda hacer sombra en lo humano, ético, emocional, dialéctico o profesional...Por eso, prefiere desprenderse de gente que dignifica la política con tal de conservar su estatus de gnomo dominante en ese jardín de freaks que hoy es el Partido Popular.
El último caso de inmerecida denigración interna y, sin embargo, pública ha sido el de Francisco Álvarez Cascos, enésima oportunidad que Mariano Rajoy no ha desaprovechado para quedar en evidencia ante la sociedad en general y su electorado en particular. Quizás Rajoy, presa de la hibris provocada por el descalabro socialista, olvidó por un momento que el defenestrado Cascos tiene algo de lo que él carece: unos lo llamarían integridad; otros, orgullo; y, algunos, simple y llanamente, huevos. Por eso la lógica carta de desaire, por eso el murmullo en la militancia y por eso el estupor entre los electores.
¿Hacia dónde va el PP? Hacia la victoria electoral, supuestamente. ¿Hacia dónde va Mariano Rajoy? Hacia la indecencia política y personal, indudablemente. Pero vamos a ver, biperdedor, ¿crees en serio que nadie, dentro o fuera del partido, se da cuenta de cómo eres? ¿Piensas de verdad que rodearte de una camarilla de gente aún más inútil que tú y/o que aviesamente espera repartirse tus vestiduras es lo mejor que puedes hacer no ya por tu país, sino por tu partido y la gente que lo vota (o votaba, como en mi caso)? ¿Sinceramente crees que nadie se percata que te has refugiado en un bosque de bonsáis para que nadie te tape, convirtiendo así a la cúpula del Partido Popular en un muestrario de nulidades que da absoluta vergüenza ajena?
Mariano, majo, vencerás, quizás, pero no convencerás, seguro. A mí, no. Porque en tu armario, entre otras cosas que tienes escondidas, hay demasiados cadáveres egregios como para no mandarte a tomar viento sin billete de vuelta, campeón. Yo no pienso votar a un partido cuyo líder tiene alergia a la dignidad, al respeto, a la valía y a cualquier cualidad que honra el ejercicio de la política.
Por lo demás, si alguien quiere disfrutar con el pensamiento del quizás único político español digno de tal cometido, recomiendo que lea la entrevista a Durán i Lleida en el ABC.
jueves, 30 de diciembre de 2010
2010: Una imagen para el recuerdo
365 días dan para mucho. En el caso de mi blog, para más de 80 artículos. El año que está a punto de concluir podría ser recordado como la añada en la que España reptó por el abismo económico, político y social; o por ser la fecha en la que el Atleti volvió a conmover a su afición, entre otras hazañas deportivas; o por constituir doce meses de desatada telebasura; o por habernos brindado algunas excelentes películas (otras, no tanto); o por ser el año en que disfruté enormemente sobre un escenario...pero, por encima de todo ello, 2010 será recordado por un hito que trascendió lo deportivo para alcanzar lo emocional y hacerse un hueco no sólo en la historia, sino en los corazones. El Mundial de fútbol de Sudáfrica.
La inaudita victoria en "semis", el glorioso triunfo final, el beso de Íker Casillas y Sara Carbonero...todos son memorables episodios de una ilusión colectiva de los que ya hablé en su día. Pero, si hay una imagen que quedará para la posteridad y por la que recordaré siempre 2010 es la imagen de Andrés Iniesta celebrando el gol que certificó la consecución del campeonato. No sólo por lo que significó en lo meramente deportivo, sino por lo que sintetizó y sublimó en lo humano: El talento inconmensurable unido a la humildad colosal; el júbilo del presente fusionado con el cariño del recuerdo; la nobleza en estado puro; la sencillez de unos sentimientos indescriptibles; el inesperado e inmortal monumento a la amistad; el éxtasis de un individuo en nombre de más de 47 millones; la rebelión de los soñadores en época de pesimismos; la reivindicación del otro en un momento apto para egocéntricos; la victoria del esfuerzo ante la inquietud; la difícil naturalidad de ser una buena persona; la grandeza de un simple gesto que habla de lo mejor de todos los seres humanos.
La inaudita victoria en "semis", el glorioso triunfo final, el beso de Íker Casillas y Sara Carbonero...todos son memorables episodios de una ilusión colectiva de los que ya hablé en su día. Pero, si hay una imagen que quedará para la posteridad y por la que recordaré siempre 2010 es la imagen de Andrés Iniesta celebrando el gol que certificó la consecución del campeonato. No sólo por lo que significó en lo meramente deportivo, sino por lo que sintetizó y sublimó en lo humano: El talento inconmensurable unido a la humildad colosal; el júbilo del presente fusionado con el cariño del recuerdo; la nobleza en estado puro; la sencillez de unos sentimientos indescriptibles; el inesperado e inmortal monumento a la amistad; el éxtasis de un individuo en nombre de más de 47 millones; la rebelión de los soñadores en época de pesimismos; la reivindicación del otro en un momento apto para egocéntricos; la victoria del esfuerzo ante la inquietud; la difícil naturalidad de ser una buena persona; la grandeza de un simple gesto que habla de lo mejor de todos los seres humanos.
Pero, por encima de todo, la imagen de este grandísimo jugador y mejor persona simboliza el derecho a soñar despiertos, a no renunciar jamás a la ilusión, a ser sencillamente felices. Iniesta marcó un gol, la selección ganó el Mundial, y España conquistó, por fin, sin matices, ambages ni exclusiones, la alegría. En lo personal, Iniesta propició que el 11 de julio de 2010 sea una fecha que no olvidaré jamás mientras viva, porque, desde entonces, la felicidad, para mí, es una forma de vida.
Por todo ello, gracias, de corazón.
¡Ojalá que cada minuto de 2011 tengamos un motivo para sonreír!
miércoles, 29 de diciembre de 2010
PRISA por hundirse
Se veía venir desde que se anunció la fusión de Telecinco y Cuatro. Se veía venir desde que la tenebrosa PRISA empezó a hundirse cual Casa Usher mientras sus inquilinos danzaban ajenos a la muerte roja. Se veía venir desde que la irrupción de Roures y su Mediapro como nuevo ojito derecho del Gobierno y el PSOE (tanto monta, monta tanto) rajó de proa a popa el casco de la nave capitaneada por uno de los más aviesos y poderosos empresarios que ha sufrido este país. Se veía venir desde que, en plena crisis mediática y empresarial, las cuentas de PRISA arrojaban unos números más rojos que el ideario de sus dueños. En resumen, se veía venir.

Hace falta ser muy bellaco para dorarte la jubilación y la cuenta corriente a cambio de dejar que te fagocite y porculice una cadena cuyo mayor mérito es ser un géiser de telebasura. Hace falta ser muy ruin para adquirir una cadena informativa, cerrarla y construir en su lugar otra dedicada a emitir las veinticuatro horas las insulsas y bochornosas andanzas de unos cretinos que son el vivo ejemplo de que descendemos de los primates. Hace falta ser muy rastrero para echar balones fuera y hacer que otros paguen tus errores con tal de mantener tu estatus. Hace falta ser muy sinvergüenza para crear el mayor grupo televisivo español asentado sobre unos excrementos mal llamados "programas" y una impresentable patulea de baratillo encabezada por una mengana sanblasera. Hace falta querer muy pero que muy poco el periodismo y la comunicación para consentir esta delirante y vergonzosa situación.
En definitiva, que, aunque PRISA se lo ha ganado a pulso, lamento de veras este esperpento, pero me pregunto si no será ésta la televisión que se merece un país que tiene como presidente al señor POE. En el horizonte, el incierto futuro de El País y la SER...veremos...
Un abrazo a todos los profesionales, a los curritos, a los desgraciados que, con esta fusión, han perdido todo menos la dignidad. A los demás, como si los fusilan.
En definitiva, que, aunque PRISA se lo ha ganado a pulso, lamento de veras este esperpento, pero me pregunto si no será ésta la televisión que se merece un país que tiene como presidente al señor POE. En el horizonte, el incierto futuro de El País y la SER...veremos...
Un abrazo a todos los profesionales, a los curritos, a los desgraciados que, con esta fusión, han perdido todo menos la dignidad. A los demás, como si los fusilan.
martes, 28 de diciembre de 2010
La vibración fantasma
Qué mejor día que un 28 de diciembre para hablar de algo que parece real y, a la postre, no lo es...¿Alguien ha sentido su teléfono móvil vibrar y cuando ha comprobado el aparato, rien de rien? ¿Quién ha percibido en su piel el hormigueo de la vibración del móvil y al examinar el artefacto no había llamada ni mensaje alguno?
El que esto escribe ha experimentado tal curioso fenómeno en varias ocasiones y, llevado por la intriga y la hilaridad, decidí buscar en Internet información sobre el asunto, por ver si era carne de psiquiátrico o le ocurría a alguien más. Y hete aquí que este peculiar suceso no sólo tiene nombre ("vibración fantasma", "síndrome de la Blackberry", "vibransiedad" o, más sofisticadamente, "phantom vibration syndrome" o "phantom rings") sino que hasta tiene miles de seguidores en Facebook ("Yo también he sentido la vibración fantasma del móvil", "Yo también he mirado el móvil pensando que estaba vibrando") y se hicieron eco de él medios tan dispares como El Mundo, la cadena SER o el periódico USA Today.
Esta rareza no obedece a cuestiones parapsicológicas ni a fenómenos paranormales. Responde a cuestiones más mundanas para las que la ciencia tiene respuesta o, mejor dicho, dos:
Por el lado neurológico, hay quienes sostienen que la vibración fantasma es un reflejo nervioso muscular provocado por llevar el teléfono móvil siempre en la misma zona (ej:muslo) y que, a fuer de sentir vibraciones con frecuencia en tal lugar, ya las sentimos hasta cuando no las hay (por lo visto, incluso existen casos que sienten la vibración sin tener el móvil encima).
Por otro lado, está la hipótesis psicológica: Dado que la vibración del móvil suele ser la antesala de la comunicación con otra persona (por lo general, un ser querido), el cerebro suscita esa falsa sensación cuando la persona tiene ganas de comunicarse con alguien.
Sea por el motivo que sea, no deja de ser algo curioso, real y que es consecuencia directa del mundo en que vivimos, en el que gracias a la tecnología estamos permanente localizables y listos para comunicarnos.
¿Tú también has sentido la vibración fantasma?
jueves, 23 de diciembre de 2010
El gorila a las puertas

Imagínense que quieren degustar un estupendo desayuno de chocolate con churros en una chocolatería cuyo nombre no entraré a valorar ahora. Bien. Imaginen que la franquicia en cuestión está en el epicentro del ambiente navideño en Madrid (Sol, Callao, etc). Correcto. Prosigan imaginando que, por avatares fácilmente disculpables y entendibles, uno de los comensales del desayuno se incorporará más tarde. De acuerdo. Ahora imaginen que no les dejan sentarse hasta que llegue el convidado rezagado. Adviértase el matiz de "no les dejan". Por último, imaginen que el cancerbero del local es un hombre de aspecto gorilesco y modales a juego, que, por su galanura, lo mismo podría estar ahí que de portero en un garito, camionero en puticlub de carretera, estibador en un puerto, matón de callejón, abusón de patio de colegio, forzudo en una feria o gorila en un zoo. Increíble pero cierto.
Ignoro dónde se han quedado las buenas maneras que han caracterizado proverbialmente el comercio y la hostelería, especialmente la más castiza, pero es innegable que los modales ya no hay motivo alguno para presuponerlos, sino para agradecerlos. Que en un local, sea del tipo que sea, traten al cliente con una chulería y desfachatez inversamente proporcionales a la educación que exhibe aquél es una insensatez cada vez más extendida. ¿Irremediable? Parece que, lamentablemente, sí.
Pero volviendo al simiesco impresentable, parece que el gachó, con menos pelo aún que finura, estila su peculiar delicadeza desde hace ya años. Muestra de ello es que hace tiempo se mostró muy contrariado e impertinente a la hora de "permitir" sentarse a una fémina que llegó con inesperada demora a lo que era una celebración de cumpleaños en la susodicha chocolatería. O sea que el tío, además de educado y cortés, caballeroso tú. Menuda joya. Ignoro si la incitación a poner una reclamación es una nueva técnica de fidelización de clientes, pero parece que en esta franquicia es una directriz inviolable. Sólo así se explica la presencia y permanencia de este tipo como mascarón de proa del establecimiento.
Pero me gustaría acabar con una nota optimista: La próxima vez que quiera ver a un gorila en acción, ya no tendré que irme hasta el parque zoológico de la Casa de Campo; bastará con que me dé una vuelta por los aledaños de la plaza del Callao. ¡Y gratis, oye! Eso sí, a ese local, va a volver su santa madre. Palabra.
"El discurso del Rey": Una entrañable historia Real
Anoche vi el estreno de una de las películas favoritas a arrasar en los próximos Óscar: "El discurso del rey", film histórico dirigido por Tom Hooper y que se asienta sobre las espaldas de dos excelentes actores: el británico Colin Firth y el australiano Geoffrey Rush, quienes ofrecen un inolvidable recital interpretativo para trasladar con credibilidad y emoción el entrañable y arduo ascenso a la corona del monarca inglés Jorge VI.
Al terminar la proyección, resulta complicado creer que Hooper está más habituado a las películas y series televisivas que a la gran pantalla, pues sirve al espectador un producto cinematográfico mesurado e impecable que ya quisieran haber firmado muchos de los cineastas más conocidos. Recreando con exquisita sobriedad las decisivas circunstancias históricas que rodearon la transformación del inhibido Duque de York en el carismático soberano del Imperio Británico, "El discurso del rey" hace del crucial tránsito hacia la corona la excusa perfecta para narrar una historia profundamente humana, tierna y conmovedora que gira en torno a la peculiar relación de Jorge VI y su terapeuta del habla, Lionel Logue, una amistad honesta y singular que resultó decisiva para el devenir de Gran Bretaña en los oscuros tiempos de la Segunda Guerra Mundial. En ese sentido y contexto, la coronación del monarca funciona perfectamente como certera metáfora de la culminación de su triunfo personal al desterrar la inseguridad y los complejos derivados de su tartamudez.
Es muy difícil escoger cuál de los dos intérpretes realiza una actuación más soberbia. Cada uno, en su papel y nacionalidad (se da la curiosa circunstancia de que los actores tienen la misma que sus personajes), está sencillamente magistral. Firth como el rey Jorge VI y Rush como Lionel Logue merecen sobradamente, como mínimo, la nominación al Óscar. Yo, particularmente, me decanto ligeramente por el humilde, estrafalario, ingenioso y bondadoso Logue que borda Rush. De cualquier forma, ver el trabajo de ambos es un placer digno de reyes.
Pero, por encima de todo, lo que más destacaría de "El discurso del rey" es que es una película sobre el valor de la amistad: Como refugio en momentos de indecisión o pena; como superación de adversidades; como catarsis de todo lo que nos impide ser felices; como cita permanente con lo mejor del ser humano; como homenaje constante a la honestidad; como reducto y oportunidad para ser quienes queremos ser.
En definitiva, una película ideal para disfrutar del buen cine...y las buenas personas.
sábado, 18 de diciembre de 2010
"Balada triste de trompeta": De la Iglesia y el esperpento
El esperpento, ese estilo teatral inventado y sublimado por el genial Ramón María del Valle-Inclán, consiste como es sabido en una deformación grotesca bajo la cual subyace una intención crítica y tiene por rasgos fundamentales lo grotesco como vehículo de expresión, la deformación sistemática de la realidad y la muerte como eje capital de la trama.
Teniendo eso presente, no se me ocurre mejor calificativo ni elogio para "Balada triste de trompeta", el último film del siempre recomendable Álex de la Iglesia, que "esperpéntico". Asomarse a la Guerra Civil y el posterior franquismo (años 70, especialmente) que vivió España tomando como eje argumental unos personajes marginales y literalmente circenses es algo que ya evoca la insana guasa del portentoso Valle. Hacerlo situando como protagonistas de la trama a unos payasos extravagantes y homicidas, una nada velada declaración de amor al esperpento.
La película, laureada en la última Mostra de Venecia, se centra en la despiadada rivalidad de Sergio y Javier, dos clowns excéntricos y dementes (sensacionales Antonio de la Torre y Carlos Areces), por el amor de Natalia, una sensual y voluptuosa trapecista (estupenda Carolina Bang). Esta competición no tarda en devenir en un macabro y estrafalario duelo pasional con consecuencias trágicas para el trío protagonista. Orbitando en torno a este argumento, el espectador asiste a un retrato sarcástico, exagerado y, a pesar de ello o, precisamente por ello, realista de la España de un ya decrépito y menguado Franco. Algo de lo que ya avisaban los magníficos créditos iniciales: un contundente collage del contexto político y social en el que se ambienta la acción.
Impecable en todos los aspectos técnicos y artísticos, el film de Álex de la Iglesia contiene todas las señas de identidad del cineasta, si bien evidencia una ligera evolución hacia una mayor y mejor elegancia formal, reflejando la inteligencia y madurez de un director genuino y muy original. A mí, particularmente, me gusta especialmente su habilidad para transitar de la comedia a la tragedia y viceversa con asombrosa rapidez y facilidad; su lacerante sentido del humor; su creatividad estética; su filia por lo extravagante; y su costumbre de recuperar como secundarios a estupendos y veteranos actores menospreciados por la industria cinematográfica patria en los últimos lustros (Sancho Gracia, Terele Pávez, Manuel Tejada, Luis Varela).
Cruce imposible entre Browning y Fellini, De la Iglesia consigue quizás su película más afinada si bien servidor no la sitúa como su favorita, tal vez por el mal sabor de boca que me dejó cierta escena, para mí de mal gusto, ambientada en el Valle de los Caídos, ya en el clímax final.
Sea como fuere, "Balada triste de trompeta" constituye un recomendable motivo para pasar un buen rato en el cine y disfrutar del gran hacer de uno de los mejores y más honestos directores que tenemos en España.
jueves, 16 de diciembre de 2010
Los banquetes navideños
Días son éstos de comidas, cenas o cócteles para festejar la Navidad. No importa si hay quien lo hace para celebrar el nacimiento de Jesucristo, rememorar los fastos del Sol Invictus, honrar el Hanuka o alabar la inminente venida del guiri panzón vestido de Cocacola, porque, sea por lo que fuere, los motivos religiosos son lo de menos en los ágapes navideños que pueblan las agendas estas fechas.
De lo que se trata es de llenar las tripas haciendo de ellas corazón mientras se simula con mayor o menor dificultad un estado de felicidad, alegría y paz similar al que procuran los opiáceos. Lo ideal es que no sea necesario artificiar tan estupendo ambiente emocional, pero, por desgracia, lo más habitual es que los convites de Navidad sean una excelente oportunidad para demostrar, entre otras habilidades, las dramáticas, idóneas para estas tragicomedias almibaradas cuya duración, por cierto, rivaliza con la del liberto Trimalción.
Dentro de los festines, se pueden distinguir tres claros grupos, en función de a qué ambiente pertenezcan los convocantes y los comensales: trabajo, amigos, familia.
- Trabajo: Aunque gracias al señor POE unos cuantos millones de españoles no tendrán que pasar por este suplicio, los banquetes navideños de trabajo (que pueden ser comidas, cenas o cócteles) son más una asamblea gastronómica de aduladores, arribistas, bufones, lisonjeros, cortesanos e hipócritas presidida, oficial u oficiosamente, por una minoría de divos y ególatras. Es más fácil encontrar a un ultraderechista en el desfile del Orgullo Gay que a una persona intachable en estas mascaradas. Lo más importante en estos saraos no es qué comas (por lo general, el oído) sino a quién y cómo. Ahí está la clave de la ¿nueva? ¿meritocracia? laboral. Si alguien tiene las suficientes tragaderas para asistir a un suceso así, puede incluso hasta divertirse observando cual entomólogo el bochornoso fornicio de egos. Con un poco de suerte, hasta puede llevarse un obsequio y todo.
- Amigos: Todo un desafío para la compatibilidad de agendas que, sin embargo, se convierte en una estupenda oportunidad para echar pelillos a la mar, regar con risas anécdotas pretéritas, repartir chanzas a diestro y siniestro y disfrutar de esa "otra familia" que son los amigos, por lo general, mejor avenida que la consanguínea. De los tres, es el tipo de francachela navideña con más visos de acabar tan bien como empieza, o, incluso, mejor.
- Familia: Junten ustedes a los Capuleto con los Montesco, pongan en el tocadiscos o la minicadena los grandes éxitos de Caín y Abel, dejen que el matrimonio anfitrión mute de Mocedades a Pimpinela cual Jasón y Medea y coronen el festín cantando descoordinadamente "La Marimorena" mientras otros la arman. Obtendrán el ágape navideño familiar más común, en el cual, cada valoración del plato a degustar es sospechosa de ser rigurosamente falsa y el disimulo para mirar la hora mengua dramáticamente según avanza la reunión. Si alguien no se siente identificado con esta descripción, enhorabuena, tiene una familia que sólo monta el Belén con intenciones belenísticas.
En fin, sea cual sea el tipo de banquetes que ustedes vayan a sufrir o disfrutar en los próximos días, espero y deseo que no se arrepientan de ellos, de corazón.
sábado, 11 de diciembre de 2010
¿Un Nobel de Tecnología?
Ayer se entregaron los Premios Nobel (que este año parecen The Vargas Llosa Show) y una idea empezó a rondarme la cabeza: De acuerdo que la Física, Química, Medicina, Economía y Literatura son disciplinas que contribuyen al desarrollo del ser humano y que sus próceres merecen ser galardonados por su tácita filantropía. De acuerdo también que hay que premiar el esfuerzo de quienes hacen de su vida un baluarte de la Paz en un mundo donde lo más fácil y habitual es liarse a mamporros o elucubrar cómo hundir al prójimo en la miseria. Pero, si de lo que se trata en el fondo es de reconocer a los cuatro vientos a personas cuya dedicación profesional ha contribuido decisivamente al avance de la Humanidad, ¿por qué los Nobel no cuentan con una categoría dedicada a la Tecnología?
Ya sé que estos galardones están supeditados explícitamente a lo estipulado por el inventor y químico sueco Alfred Nobel en su testamento, pero el mundo ha cambiado radicalmente desde 1896, año en que el insigne hijo de Suecia pasó a los anales de los cementerios. Por eso, creo que sería necesario replantearse la inclusión de nuevas categorías en los Nobel, especialmente en lo tocante a la tecnología, porque, de no hacerlo, tarde o temprano se quedarán más como un hito pomposo y trasnochado que como un termómetro del mundo en que vivimos y de sus egregios iconos. Al fin y al cabo, si algo tan sumamente longevo como las Olimpiadas está abierto a nuevas incorporaciones, ¿por qué no los Nobel?
También soy consciente de que existen muchos otros laureles para premiar las disciplinas que quedan exentas, y que, en cuestión tecnológica, los émulos de los Nobel son los premios Turing, Kyoto y, fundamentalmente, Tecnología del Milenio. Pero creo que se coincidirá conmigo en que su repercusión mediática y social es nimia comparada con la que gozan los Nobel; una parca trascendencia que supone casi un agravio para uno de los pilares fundamentales del progreso mundial en las últimas décadas y las venideras: las nuevas tecnologías. Y, para quien dude de lo que defiendo, que se pregunte si la humanidad no ha avanzado más y mejor con logros como Internet o la telefonía móvil, por citar sólo dos casos notorios, que con las "aportaciones" de algunos de los más recientes premiados en Suecia.
La historia está llena de casos de geniales tecnológos que han carecido de un reconocimiento digno o bien han sido víctimas del oprobio del olvido. Ahí están, por ejemplo, Jerónimo de Ayanz o Juanelo Turriano, en España, o, Nikola Tesla y Antonio Meucci, allende nuestras fronteras. Creo que un Nobel de Tecnología contribuiría enormemente a paliar que errores así no se repitieran y haría justicia para quienes, al igual que otros científicos, ponen al ser humano un poco más cerca de sus sueños.
domingo, 5 de diciembre de 2010
Wikileaks o la envidia del periodismo
En otra ocasión, ya di mi opinión y particular análisis de la delicada y controvertida situación que vive mi profesión, el periodismo, en los últimos lustros. Por eso, no tenía intención alguna de volver sobre mis pasos y poner proa al único trabajo cuya materia prima es la verdad, o debería serlo. Y digo "debería" porque, como muy bien se ha demostrado en las últimas fechas, el cuarto poder, la prensa, los medios de comunicación, los periodistas, los plumillas o como lo queramos llamar hace tiempo que dejaron la búsqueda, anuncio o denuncia de la verdad en el cajón de las tareas pendientes.
Convertidos mayoritariamente en meros copistas de notas de agencia y transportistas de teletipos, el único distintivo que podemos esperar de los profesionales del periodismo es el sesgo con el que ofrecen las noticias, en función de las filias y fobias del director del medio o de la empresa que paga a fin de mes. Un hecho lamentable pero cierto y que no hace ningún favor a la sociedad. Una sociedad para la cual la verdad se ha convertido en algo tan sumamente incómodo que no duda en echarse gozosa en los brazos de los eufemismos, las tergiversaciones o, directamente, la ignorancia.
Por eso, no deja de resultar curioso y digno de encomio que, desde el denostado ámbito tecnológico, aparezca una iniciativa que , sin ser periodística, encarne vivamente la esencia del periodismo (sacar a la luz la verdad sin importar las consecuencias) y airee a los cuatro vientos lo que los medios de comunicación, por falta de capacidad, valentía o interés, no han descubierto. Estoy hablando de la polémica WikiLeaks, empresa online que, pese a llevar funcionando cuatro años, ha conseguido en 2010 una relevancia incontestable merced a la difusión de informaciones confidenciales (suministradas por informadores anónimos), especialmente las vinculadas a la actividad exterior de Estados Unidos, ora en las contiendas bélicas actuales, ora en las tareas diplomáticas. Cada documento divulgado por la entidad encarnada en la figura del pirata informático Julian Assange ha sido todo un bombazo informativo. Y como vivimos en los tiempos en que vivimos ,la caza de brujas no ha tardado en comenzar, hostigando a WikiLeaks como entidad y a Assange como representante por hacer lo que unos no quieren y otros no pueden: difundir la verdad. La presión es tal que la web de WikiLeaks ha tenido que cambiar de servidor, tiene dificultades de financiación y Assange está buscado por la Interpol.
Yo no soy un "conspiranoico" pero sí soy un periodista vocacional y un ciudadano al que no le gusta que le engañen o le oculten las cosas. Es un error absurdo, constante e inadmisible que un gobierno, una compañía o un medio de comunicación elija de forma paternalista y menospreciativa qué información debe ser tenida en cuenta y cuál no, porque para eso está el criterio y el gusto individual de cada persona.
Por eso, me da igual la información que divulgue WikiLeaks (se comenta que las empresas privadas, las entidades financieras e incluso los Ovnis serán los protagonistas de sus próximas difusiones) porque siempre contará con mi apoyo al saber que no tiene más interés que el de informar, y, especialmente, porque hace envidiablemente lo que todo periodista sueña: contar lo que otros no quieren que se sepa. ¿Es Internet el último reducto de la libertad de expresión y el derecho a la información?
sábado, 4 de diciembre de 2010
Aterriza como puedas
Hay sucesos cíclicos y tradicionales en los prolegómenos de las Navidades: la cola interminable en "Doña Manolita", las vistosas luces en las calles, el entrañable "Cortylandia", los tediosos ágapes de empresa, la enajenación mental colectiva, el turrón que vuelve a casa, los espectáculos infantiles en los colegios y, por último pero no menos importante, las huelgas oficiales u oficiosas (¿por qué lo llamarán "huelga" cuando quieren decir "motín"?) en los transportes (ya hablemos de aviones, trenes o autobuses).
En esta ocasión, los controladores aéreos, inesperados cinéfilos además de denodados trabajadores con sueldos paupérrimos, han decidido homenajear al tristemente finado Leslie Nielsen, el genio de las "spoof movies", con un émulo de una de sus más recordadas películas: "Aterriza como puedas". Para ello, han optado por pasarse por la quilla a decenas de miles de pasajeros y dejarles a su suerte en el limbo mientras ellos, los titánicos controladores, se van a su casa como medida de protesta y presión contra lo que ellos consideran una injustica: un decreto que acota su caradura. ¿Consecuencias? Los aeropuertos, convertidos en Woodstock de la mala leche y el espacio aéreo español, cerrado. Muy bien, campeones. Muy bien.
Yo no sé si realmente tienen motivos para poner el grito en el cielo y a los pasajeros en tierra. Lo que sí sé es que, una vez más (y van...) han quedado como una caterva de jetas que reaccionan de forma impresentable cuando algo amenaza con estropiciarles el chollo. Con la que está cayendo, con una imagen exterior penosa, una economía comatosa y un nivel de desempleo mareante, la "performance" de los controladores no puede calificarse más que de ruin, impresentable, desproporcionada y una falta de respeto injustificable para quienes vivimos aquí y quienes nos visitan.
El desmán perpetrado es tan grande que ha tenido que intervenir el Ejército y se va a declarar, por primera vez, el estado de alarma, en aras a convertir oficialmente a estos golfos en lo que ya son de facto: delincuentes. Ya era hora de que alguien tuviera la valentía y la firmeza necesarias para plantar cara a quienes, trabajando en algo tan crítico como el transporte, no dudan en chantajear a todo un país con agravios arduamente tolerables. Máxime si, como en el caso de estos demiurgos del caos o sus colegas los pilotos, su salario es descomunalmente superior al del resto de profesiones. Y que no me hablen de estrés y sandeces así, porque sarna con gusto no pica y, además, en todas partes cuecen habas.
Ojalá que lo que les ocurra a estos tunantes sirva de escarmiento y que, cuando alguien intente volver a porculizar a la sociedad con pretensiones discutibles y marginables, sufra la contundencia de la ley y la honradez.¡Basta ya de sufrir a vagos y sinvergüenzas!
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