miércoles, 27 de junio de 2012

¿Problemas? Una cuestión de perspectiva

Mira a tu alrededor. Todo o casi todo lo que ves ha sido imaginado, pensado, diseñado por alguien. Alguien que no sabe nada de ti y al que probablemente nunca conocerás pero cuyas creaciones forman parte de tu vida más cotidiana. Alguien que, al igual que el escritor, se enfrenta al reto que supone un papel en blanco. Alguien que, como el músico, el pintor o el escultor o cualquier otro artista, convierte su talento y creatividad en algo que legar y compartir con el resto de la sociedad. Alguien que, desde la mesa de un estudio, es capaz de cambiar el mundo tal y como lo conocemos.

Personas que miran de una forma distinta, original. Personas para las que un espacio vacío es a la vez un desafío y un infinito de posibilidades. Personas que crean con la mirada. Personas que entienden que, en ocasiones, un cambio personal o profesional comienza por mirar las cosas desde una perspectiva distinta. Personas que son capaces de transformar la estética y la utilidad en percepciones y sensaciones que definen nuestro día a día. Personas que hacen del tándem crear/mejorar la base de su trabajo.

Ellos idean y construyen tanto los escenarios en los que transcurren nuestras vidas como todo el atrezzo que utilizamos en ellas. Ellos se definen a través de los inmuebles y objetos que crean y que, a su vez, nos caracterizan a cada uno de nosotros. Ellos son los que dan rienda suelta a toda su expresividad desde la técnica. Ellos son los que crean y recrean el mundo en que vivimos.

Son los arquitectos y los diseñadores. Artistas de la geometría que influyen, casi inconscientemente, en todos nosotros. Talentos para los que los problemas son sólo una cuestión de perspectiva. Gente como el arquitecto Andrés Jaque o el diseñador Borja García, dos jóvenes españoles, premiados nacional e internacionalmente, que en un contexto tan crítico como el actual, en el que el futuro profesional de los jóvenes en nuestro país está en entredicho, son el vivo ejemplo de que un callejón sin salida es el mejor lugar para crear y construir una puerta abierta.

Y si alguien no me cree, mejor que se pase el martes 3 de julio, a las 19:00h, por el Espacio Fundación Telefónica, para escucharles en el segundo coloquio del ciclo Friends of Talent. Una buena oportunidad para refrescarse del calor…y del pesimismo.

lunes, 18 de junio de 2012

Por algo es "The Boss"...

A Bruce Springsteen se le conoce con el sobrenombre de "The Boss" (El jefe). Podría ser por su energía, por su carisma, por su honestidad, por su integridad, por su coraje, por su directo, por su compromiso social, por su capacidad para mantenterse en lo más alto...o por sus ya míticas canciones. Pero creo que, si se ha ganado tanta fama, respeto y admiración, si ha conseguido ser "The Boss" es por hechos como el de anoche. Porque, a veces, la grandeza, cabe en unas pocas palabras:"Queremos dedicar esta canción a Nacho". 

Grande. Muy grande.

sábado, 16 de junio de 2012

Reescribir y desaprender

Escribir es como vivir. Como vivir de verdad, esto es, sabiendo que, a  veces, para descubrir, tienes que olvidar; para avanzar, retroceder; para hacer, rehacer; para actuar, pensar; para conseguir, sufrir; para creer, dudar; para mejorar, errar; para saber, preguntar; para disfrutar, sudar; para ser, sentir; para ordenar, desordenar; para construir, partir de cero...

Vivir es como escribir. Como escribir de verdad, esto es, siendo humildes para librarnos de todo lo que no importa; honestos para admitir nuestros errores; sinceros para aceptar qué y quiénes somos; valientes para atrevernos a ir un paso más allá de lo fácil y seguro; originales para hacer las cosas como nadie más las haría; críticos hasta con lo que más nos gusta...

Todas estas reflexiones y enseñanzas no son el efecto de ninguna droga ni el resultado de una borrachera ni la consecuencia de un golpe en la cabeza. Son parte del legado que ha dejado en mí el paso por la Escuela Contemporánea de Humanidades (ECH). Un lugar que, del mismo modo que este blog me sirve para recordar mi verdadera profesión (el periodismo),ha servido para recordarme mi auténtica vocación: la de ser escritor. Un lugar al que entré como de puntillas, casi con miedo a delatar mi presencia o a cometer una equivocación y que ahora,casi nueve meses después, se ha convertido en algo bastante especial y significativo.

Accedí a "la escuela" (como solemos llamarla) con la intención de desempolvar mi gusto por la escritura, comprobar mi valía como escritor, mejorar mi estilo, obligarme a leer autores y libros que de otra forma no conocería nunca, seguir explorando mi creatividad tras abandonar el grupo de teatro, enmendar el error que supuso el abandono forzoso de la carrera de Teoría de la Literatura y Literatura comparada, y desintoxicar mi mente de todo estrés y mediocridad. Ahora que mi paso por la ECH ha terminado, creo que mis intenciones no sólo se han visto cumplidas, sino superadas.

Mi estilo ha cambiado tanto como yo. Ha sido todo un viaje personal y literario de descubrimiento y aceptación construido de forma muy original: reescribiendo, desaprendiendo, desordenando y compartiendo. Compartiendo creaciones, reflexiones y recuerdos con profesores tan cercanos que los sientes como compañeros y con compañeros con tanto talento y experiencias que aprendes de ellos como profesores. Unos y otros, singulares y peculiares. Unos y otros, maestros todos. Maestros que hoy siento, aprecio y respeto como amigos.

Del mismo modo que cuesta explicar con palabras qué es "la escuela", también cuesta transcribir qué ha significado para mí. Lo que está claro es que es uno de los mejores consejos que me han dado y una de las mejores decisiones que he tomado en toda mi vida.

Ahora la ECH ha cambiado de sede. Supongo que extrañaremos ese peculiar chalet en la calle del Oria, tan lleno de ideas, creaciones y anécdotas. Pero tengo la convicción de que "la escuela" no es un lugar físico que se pueda condensar en unas coordenadas postales. Es un espacio de creación, reflexión y encuentro donde la genialidad y la anécdota están tan cerca como el éxito y el error: a un pensamiento de distancia.

De lo que estoy seguro es de que voy a pasar una buena temporada echando de menos a los profesores: a José Luis y sus contundentes y necesarias enseñanzas, a Tomás y su espídica brillantez, a Jesús y su increíble mundo de los sentidos. Y también a los almunos: a Elías y su universo ateo, caribeño y freak; al antihéroe poético, críptico y maldito de Guille; a la frescura, la agudeza y la provocación de Fernando; a la borrasca de ideas, conocimientos y tacos de Nines; a la escritora que hay más allá de la ciencia que es Cata; a la espontaneidad y creatividad de Martina; a la templanza y sabiduría de Cristina; a la cantante cubierta de palabras que es Evita; a la agradable Agnes, perdida en el wonderland de la moda...

Voy a extrañarlos. A todos. En el peor de los casos, siempre me quedará el consuelo de tener casi la certeza que volveré a saber de ellos, espero que leyendo un libro suyo. Y, en el mejor de los casos, sé que el curso que viene, cuando vuelva a "la escuela", podré ver caras conocidas y amigas. Y eso, para qué engañarnos, me encanta.

viernes, 15 de junio de 2012

¿A qué suena el talento?

“Dos chicos que se rebelaron contra su presente y construyeron su futuro”. Así presentó la periodista Sonsoles Ónega el pasado martes a dos de los nombres propios de la(r)evolución de la música en España: Pablo Alborán y Roberto Carreras. Los tres fueron los protagonistas del primer coloquio del ciclo Friends of Talent, organizado por el Espacio Fundación Telefónica. Un evento que contó con el apoyo de 965 espectadores y que generó un intensísimo debate en Twitter, llegando a ser trending topic en Madrid y España. Un coloquio lleno de ideas interesantes, frescas y honestas; de argumentos para utilizar el optimismo como herramienta de trabajo; de razones para creer que triunfar profesionalmente es posible sin renunciar a los sueños personales. 

¿Qué es el éxito para dos triunfadores como ellos? Para Pablo, poder trabajar durante toda la vida en lo que te gusta y dignamente. Para Roberto, la felicidad entendida como hacer cada día algo que te motive y te haga escapar de la rutina. Pero…¿qué hace falta para tener éxito? En opinión de los ponentes, hay varios elementos clave a la hora de tener éxito:
  1. Talento.
  2. Ganas constantes de aprender y mejorar.
  3. No tener miedo a arriesgarse.
  4. Paciencia.
  5. Rodearse de personas que compartan contigo la ilusión y las ganas de trabajar.
Igualmente, del mismo modo que reflexionaron sobre el “éxito”, Pablo y Roberto coincidieron en señalar que el “fracaso”, el “no” forman parte del aprendizaje y la evolución profesional y que cada experiencia fallida es una oportunidad de hacer las cosas mejor que antes.

La crisis, omnipresente en la actualidad, también se coló en el coloquio. Para Pablo, en una situación como la que vivimos, es fundamental no perder la pasión, destacando que lo grave no es tanto estar en crisis como no tener algo por lo que luchar. Roberto coincidió con su compañero, apuntando que lo que nos tiene que impulsar ahora más que nunca son las ganas de querer hacer cosas. Ambos señalaron que para aprovechar las oportunidades que paradójicamente se abren en un contexto como el actual es muy importante tener una actitud creativa y saber aprovechar las herramientas que tenemos a nuestro alcance, como, por ejemplo, Internet y las redes sociales, entendidas éstas no ya como un magma impersonal sino como un punto de encuentro entre personas. En ese sentido, Roberto Carreras no dudó en afirmar que “Internet no está lleno de piratas; está lleno de talento”. Por su parte, Pablo Alborán apuntó que las redes sociales son un lugar donde puedes crecer, compartir, aprender la perspectiva del otro y donde descubrir nuevas ideas, lo cual convierte a las redes sociales en una herramienta de trabajo, si bien señaló que “no se puede vivir sólo de un vídeo en Youtube”.

En cuanto a los consejos que les ayudaron a crecer profesionalmente, Pablo afirmó que nunca hay que ser conformista, hay que buscar mejorar sin por ello dejar de disfrutar del presente. En la misma línea, Roberto indicó que uno de los consejos que más le han marcado fue “Es mejor se cabeza de ratón que cola de león”, entendido como no obsesionarse con tener éxito cuanto antes sino en ir paso a paso y disfrutando de lo que estás haciendo en cada momento.

Así que, respondiendo a la pregunta que titula este post, después del coloquio de Pablo Alborán y Roberto Carreras se puede decir que el talento suena a esfuerzo, a creatividad, a ilusión, a sensibilidad, a humildad y, especialmente, honestidad.

En definitiva, el primer coloquio del Friends of talent fue un evento muy ameno e interesante (mérito de Sonsoles, Pablo y Roberto) en el que el debate fue muy intenso a un lado y otro de la pantalla y que dejó a todo el mundo con muy buen sabor de boca…Por suerte, el ciclo no ha hecho más que comenzar. La próxima cita con el talento y el esfuerzo, el martes 3 de julio.

Ver evento en diferido

martes, 12 de junio de 2012

La factura

¡Cómo está el patio! Recientemente, he sabido por un amigo una anécdota ocurrida a un conocido. Sé que parece el inicio de una leyenda urbana, pero me cuesta mucho creer que sea mentira (dado quién me lo ha contado). Resulta que, por lo que parece, este conocido común recibió hace no mucho un email procedente del área de recursos humanos (ese área donde, por lo general, tan cuestionable es lo primero como lo segundo) en el que le comunicaban que, comprobando el consumo de su teléfono de empresa, habían detectado un gasto de 25 euros, instándole a revisar el uso que estaba haciendo del mismo. Es decir, cuidadito chaval, que te estamos controlando.

¿Una llamada de atención por una factura de 25 euros? Cuando menos, es curioso. Pero lo es más cuando se conocen los detalles que enmarcan este singular suceso: 1) Según cuenta este conocido, descubrió que los 25 euros derivan de usar dicho dispositivo para conectarse a Internet; 2) El teléfono de empresa de este conocido parece ser que es un smartphone (uno de esos cuyo gran atractivo y utilidad es precisamente la conexión a internet); 3)Por su desempeño profesional, este conocido necesita profesionalmente conectarse a Internet con cierta frecuencia; y 4)La empresa en la que trabaja este conocido no es aparentemente una que esté en riesgo de quiebra ni tampoco está pasando penurias.

Si a todo ello le añadimos que este conocido se ajusta bastante bien al prototipo de joven empleado en España(vamos a correr un tupido velo...),el "toque de atención" es para mearse de risa. Una risa amarga, pero risa al fin y al cabo. Y eso fue lo que hicimos el amigo que me contó este disparate y yo: tomarnos una caña y descojonarnos con el nivel de despropósito, de tomadura de pelo, de hipocresía, de histeria, de absurdo que ha alcanzado la sociedad en que vivimos.

Desconozco en qué ha quedado el conflicto de los 25 euros, pero espero que este conocido haya solventado la papeleta renunciando a su teléfono profesional...y haciendo lo posible para salir de una empresa capaz de llamar la atención a un empleado por un recibo de 25 euros. Mientras, al resto, nos queda la opción de tomar una caña y confiar en que existe un mundo mejor, en algún lado, pero existe. 

sábado, 9 de junio de 2012

¿Y si matamos los bancos?

Europa, al rescate.¿De los bancos? Sí. ¿De España? Tal vez. ¿De los miles de afectados en España por la banca? Eso seguro que no.

Por mucho que se viera venir, y se veía venir hace tiempo, no deja de ser algo desagradable, pese a los esfuerzos del Ministro de Economía por hacer juegos malabares con las palabras e inyectar optimismo. Es un rescate-préstamo obligado: el Gobierno por razones de incapacidad (no tiene dinero, no puede pedirlo prestado en los mercados porque le corren a hostias y no puede obligar a la banca a provisionarlo porque no sabe negociar con esa mafia asquerosa que son los banqueros, al menos los españoles) y Europa por interés y no precisamente económico ni altruista (lo que ha hecho el Eurogrupo es intentar apagar la mecha que corría por España en dirección al polvorín que es la UE, ya que si estallara, empezarían a salir muertos del armario de algunos países europeos que hoy se están librando de la tormenta y entonces la Unión Europea se desangraría letalmente). 

Y encima, podemos estar contentos de que el informe del FMI haya precipitado todo esto un fin de semana, que es cuando duermen los histéricos mercados, porque de haberlo hecho en día laboral...a lo mejor, más que de rescate de la banca estaríamos hablando de la intervención a todo un país.

Lo peor es que ese dinero europeo no va a servir para reactivar el crédito a personas y empresas, sino para evitar que los bancos de España quiebren. Es decir, ayudar al criminal en lugar de a la víctima.

¿Por qué ha pasado todo esto? Porque los bancos españoles no tienen un puto euro. Vamos, que era esto o la quiebra. ¿Por qué la banca de España necesita una transfusión de sangre de este calibre? Porque, vamos a decirlo claro, son unos jetas, unos canallas, unos mierdas que han pensado únicamente en hacer dinero fácil y no en sus clientes. Son unos ludópatas del lucro propio...y se han arruinado. Si esta banda de sinvergüenzas que son los bancos españoles se hubiera limitado a gestionar responsable y honestamente los ahorros de sus clientes, nada de esto habría pasado.Pero como se lo han consentido, pues...ancha es Castilla. ¿Quién se lo ha consentido? Los políticos. ¿Qué políticos? Todos. ¿Por qué? Bien porque son unos inútiles, bien porque son igual de sinvergüenzas que los banqueros.

Dicho esto, a mí, después de la noticia y de la rueda de prensa, yo tengo estas dudas: 

  • ¿Por qué se ayuda a los culpables de la crisis en lugar de a sus víctimas?
  • ¿Es el Presidente del Gobierno tan sumamente cobarde como para dejar que se coma solo el marrón el Ministro de Economía? 
  • ¿Por qué el Gobierno no ha utilizado su mayoría absoluta para enfrentarse a la banca y sanearla radicalmente?
  • ¿Por qué el Presidente del Gobierno parece incapaz de protagonizar cualquier acto de heroísmo político?
  • ¿Por qué nadie en el Gobierno dimite? 
  • ¿Por qué tiene que dar la cara un Estado por entidades privadas?
  • ¿Quién nos asegura que los bancos no vayan a emplear ese rescate de forma irresponsable, como hicieron ya con las anteriores inyecciones de dinero?
  • ¿Por qué no se procesa judicialmente a los directivos de todas las entidades financieras españolas de los últimos diez años? ¿Por qué no meterlos directamente en la cárcel?
  • ¿Por qué no se procesa judicialmente a Miguel Ángel Fernández Ordóñez por negligencia? 
  • ¿Por qué no aprobar un decreto ley por el cual los exdirectivos de las entidades intervenidas tengan que dar al Estado sus archimillonarias jubilaciones?
  • ¿Por qué no decretar una ley que prohiba a las entidades financieras cualquier operación que no sea preservar los ahorros de sus clientes?
  • ¿Por qué no nacionalizar toda la banca?
  • ¿Por qué no hay una insurrección popular que por lo menos ponga en su sitio a los políticos y a los banqueros?
  • ¿Por qué no dejar caer a los bancos y arreglar el asunto directamente con los clientes y afectados?
Yo, particularmente, creo que lo mejor que le podría pasar a los españoles es sacar sus ahorros de los bancos y gestionarlos como buenamente puedan. La pena es que eso es lo peor que le podría suceder a España. Y es ridículo y patético que lo que sea bueno para los ciudadanos sea malo para el país. Pero es real. ¿Por qué? Habría que preguntar a los banqueros y los políticos.

La (r)evolución de la música

A veces, un pequeño gesto, una idea íntima se convierte en la solución a un gran desastre. Un desastre como el que afecta a la industria musical española. Una industria que, por lo general, ha dedicado más esfuerzo a buscar culpables fuera (piratería, descargas ilegales...) que dentro (los dioses del Olimpo no son dados a la autocrítica). Una actitud errónea, en mi opinión, porque la industria musical debería haberse dado cuenta de que su crisis se debe a causas propias como el desgaste que supone escuchar lo mismo y a los mismos una y otra vez, el precio de los cedés (ese objeto que ya casi es pieza de museo), la falta de oportunidades para los nuevos artistas, la actitud despótica respecto a sus principales consumidores (todo para los jóvenes, pero sin los jóvenes), la excesiva promoción de artistas de calidad más que discutible, la ausencia de ideas e iniciativas que rompan la inercia musical y promocional, el empecinamiento de sus responsables en defender un modelo de negocio desfasado respecto a la sociedad conectada en la que vivimos, la actitud victimista de algunas estrellas...

Lo curioso es que, precisamente, dos ejemplos de solución a los problemas de la música en España han surgido de Internet, demostrando que, lejos de ser un bastión de piratas violadores de los derechos de autor, es un punto de encuentro lleno de posibilidades.

El libre y espontáneo intercambio de opiniones desinteresadas de personas distintas geógrafica y culturalmente, la democratización global de las oportunidades, el enrequecimiento multidireccional al que se ve expuesto cualquier contenido online, la fiabilidad del implacable proceso de "selección natural" a la que está sometida cualquier cosa que se cuelgue en la red, la difusión masiva e instantánea, la posibilidad de trabajar o colaborar con toda clase de gente en cualquier momento y lugar y en tiempo real...Internet, más que una fosa séptica de maleantes del copyright, es un géiser de posibilidades y utilidades fantásticas que no hay que minusvalorar. Y esto es algo que entendieron muy bien dos personas: Pablo y Roberto.

Pablo: En los tiempos que corren, ya no es necesario mendigar la atención de las productoras peregrinando de una a otra con una maqueta para tener una oportunidad. En los tiempos que corren, Internet se ha convertido en una ventana al talento íntimo y personal de cualquier artista y en un escaparate fantástico desde el que darte a conocer masivamente y a coste cero (o casi). En los tiempos que corren, nada ni nadie condiciona que te guste algo o no: lo buscas en Internet, lo lees/ves/escuchas y entonces tú decides. En los tiempos que corren, Internet es el mejor lugar para tasar el talento en estado puro, en bruto, sin arreglos ni trucos. En los tiempos que corren, no hace falta irte a ningún estudio ni plató para dar rienda suelta a tu potencial, a tu talento, a tu sensibilidad; gracias a Internet, lo puedes hacer en tu casa.Y eso lo entendió muy bien el chico de este vídeo:
El resto, ya es historia. La historia de un triunfo apabullante conquistado a base de humildad, esfuerzo y talento. La historia de Pablo Alborán.

Roberto:A veces, el camino consiste precisamente en ir en sentido contrario o en salirte del camino que te marcan o en pensar un camino distinto. A veces, escribir el currículum profesional consiste en reescribirlo. A veces, la salida laboral está dentro de ti. A veces, probar algo nuevo es la mejor manera de mejorar algo que ya existe. A veces, el éxito individual se concibe como el éxito de un colectivo, como la suma de esfuerzos, ideas y voluntades. A veces, el triunfo profesional no consiste en querer ser el único, sino en formar parte de los mejores. A veces, el fracaso es el tiempo que tardas en darte cuenta de las cosas, de las oportunidades. Y esto creo que es algo que sabe muy bien mi compañero de universidad y amigo Roberto Carreras. Él es el mejor ejemplo que ilustra cómo siempre se puede tener un "plan B" cuando hay personalidad, "coco" y ganas de trabajar. Roberto supo renunciar al incierto camino del periodismo, tuvo hace años un excelente olfato con el potencial de Internet y las posibilidades que ofrecían las entonces incipientes redes sociales, y fue lo suficientemente valiente como para crearse su propio camino profesional. Si a ello le añadimos que entendió fenomenalmente que la creatividad puede ser una suma colectiva de talentos individuales pues...tenía unas buenas bases para que le fuera bien. Y así ha sido. También ayuda que en su viaje profesional cuente como acompañantes con personas que se han dado cuenta de todo eso. Una de ellas, el gran Carlos Jean. ¿El resultado? El exitoso "Plan B" (que salga algo malo de ahí es casi imposible) y el potente "Coca cola Music Experience" (si una empresa como Coca Cola se fija en ti, muy malo no debes ser...). En resumen, que está claro que no hay nada mejor que dejar que talento guíe tu camino...

Los casos de Pablo Alborán y Roberto Carreras son dos buenos ejemplos para ilustrar lo que decía al comienzo del artículo:un pequeño gesto, una idea íntima se convierte en la solución a un gran desastre. Y es que, con todo merecimiento, ambos son dos nombres propios de la (r)evolución que está cambiando la música en España. Dos ejemplos de que el talento y la juventud no están reñidos con el éxito. Dos personas con algo que contar y que decir y a las que escucharé en un coloquio que promete mucho: el del ciclo Friends of Talent del próximo martes.

miércoles, 6 de junio de 2012

Oz a la vuelta de la esquina

Todo va mal. El mundo se acaba. No hay futuro. Próxima estación: Apocalipsis. Desde hace años vivimos en un estado permanente de “se acabó lo que se daba” que los medios de comunicación se encargan de recordarnos un día sí y otro también. Un panorama emocional que convierte la cama en el mejor lugar en el que podemos estar, no vaya a ser que al poner un pie en el suelo nos lo devore la prima de riesgo o que al caminar por la calle nos unamos a la cola del paro, como una conga diabólica y eterna.

Yo no sé si los mayas predijeron este ambientazo de funeral o si la culpa de todo esto es de los políticos, los mercados, los bancos o de los illuminati. Lo que sí sé es que los jóvenes en general y los españoles en particular lo último que necesitamos es que nos hagan sentir como si nuestro futuro estuviera escrito en un acta de defunción. Es cierto que la situación no es para tirar cohetes, que las perspectivas no son para descorchar champán (o cava), que quizás estamos en medio de una tormenta perfecta donde las malas noticias caen como chuzos de punta. Pero no menos cierto es lo que decían en una película de culto: “Nunca llueve eternamente”.

Hasta hace poco, me costaba mucho creer que sólo les iba bien a quienes se iban fuera de España a buscarse la vida, entendiendo por “fuera” la residencia de cualquier tipo al que se le pague un dineral por venir aquí a darnos una charla con traducción simultánea para que nos descubra el Santo Grial. Desde hace unas semanas, directamente, no me lo creo. Me niego a creer que el camino de baldosas amarillas te lleva necesariamente a Berlín, París, Londres o Nueva York. Y me niego no por un optimismo tonto y sin fundamento, sino porque tengo argumentos para pensar diferente. Argumentos que se llaman Pablo, Roberto, Borja, Andrés, Diego, Josef, Rodrigo...Razones para creer que Oz puede estar a la vuelta de la esquina. Que el éxito puede ser tu vecino.

Y si alguien no me cree, más vale que no se pierda el ciclo Friends of talent, porque, a lo mejor...empieza a pensar como yo.

domingo, 3 de junio de 2012

Bancos: juerga privada, resaca pública

Imaginemos que un grupo de colegas organiza un fiestón donde todo el mundo se lo pasa genial y en el que los invitados se exceden como si no hubiera un mañana. Imaginemos también que, mientras tanto, tú te has quedado en casa tranquilamente porque ni te han invitado ni sabías muy bien que había siquiera dicha fiesta. Imaginemos ahora que, al cabo de unos días, te llega un recibo donde se te factura todo el gasto de la bacanal.

Imaginemos ahora otro suceso: Imaginemos que en una punta de la ciudad, hay un tipo que una noche se va de garito en garito bebiéndose hasta el agua del retrete mientras, en la otra punta de la ciudad, tú estabas en casa metido en la cama relajadamente. Imaginemos que, al día siguiente, el tipo de los garitos se levanta fresco como el Ártico mientras tú te levantas del catre con una resaca de esas que te impulsan a vomitar hasta la primera papilla y ametrallar la jaqueca con medicamentos.

Pues bien, ambos supuestos imaginados ilustran lo que está sucediendo con la banca en general y la española en particular en los últimos tiempos. A la hora de repartirse y disfrutar de los beneficios, todo queda entre directivos, pero cuando toca asumir pérdidas y reparar errores, lo hace toda la sociedad, tenga o no ahorros o acciones en dichas entidades. Algo tan lamentable, cabreante, injusto e ilógico como cualquiera de los dos sucesos imaginarios arriba enunciados.

Si ya por definición la actividad de un banco es cuando menos cuestionable (lucrarse a costa del dinero que ganan otros), la situación actual en la que los españoles parecemos abocados (por no decir obligados por el Gobierno) a salvar el culo a los banqueros es ciertamente indignante. Y lo es no sólo porque nadie más que los propios banqueros tienen la culpa de haber olvidado aquello de "la avaricia rompe el saco", sino también porque son los bancos los grandes responsables en primera instancia de la crisis (la mundial, la europea, la española...). 

En el caso de España, los bancos son los que han cebado la crisis de la burbuja inmobiliaria y la crisis de crédito.Se han estado lucrando durante años a costa de los ahorros y las posesiones de cientos de familias (que por ingenuidad, irresponsabilidad o estupidez no se dieron cuenta de con quién estaban haciendo negocios) y ahora que se acabó lo que se daba y tienen que afrontar las consecuencias, ¿qué hacen? Maquillar sus cuentas de resultados y engordar sus jubilaciones estratosféricas con las inyecciones de dinero público destinadas al crédito para empresas y personas; desahuciar a decenas de familias, abocar a la quiebra a muchos pequeños y medianos negocios...y esperar que el Gobierno les salve el culo con el dinero de todos los españoles.En resumen, la banca española es Dorian Gray jugando al Monopoly. Son los que se han pasado años diciendo a todo el mundo: "Tranquilo, Ícaro, que con estas alas que te doy llegas al Sol fijo".

Decía que son los responsables en primera instancia de la crisis porque lo cierto es que hay otros culpables, en segunda instancia, de todo este cisco: los políticos. Movidos por una infame e interesada complicidad, han sido partícipes de esas asquerosas prácticas (en el caso de las cajas) o bien han desviado la vista a cambio de suculentas aportaciones o condonaciones de deudas.

Así,con la falta de escrúpulos de unos y la ausencia de vergüenza de otros, España está donde está: al borde del KO y con todos sus posibles aliados mirándola de reojo. Para ello, ha resultado fundamental el disparatado y aberrante "caso Bankia" (con el Gobierno practicando aquello de "salvemos la enfermedad, matemos al enfermo": ayudar, con el dinero de todos los españoles, a la entidad y sus directivos en lugar de a todas las familias y empresas víctimas de su pésima gestión). Algo inconcebible si no fuera por la política económica practicada por el Gobierno siguiendo el "método Froilán" (dispárate en el pie, que ya te lo arreglarán otros) y por esa actitud tan típica del Presidente de vestir la cobardía de prudencia y la indecisión de tranquilidad.

Y mientras, los ciudadanos a seguir sufriendo la resaca creada por unos pocos. Ojalá nos "rescaten", "intervengan" o salven otros de fuera si con eso nos libramos de aguantar a los de dentro...