domingo, 30 de marzo de 2008

...responda el Cielo y no yo

Anoche tuve el placer de disfrutar de una nueva versión de la obra más inmortal, famosa y señera del teatro patrio, con permiso de "La vida es sueño" y "El alcalde de Zalamea", y que no es otra que "Don Juan Tenorio", de José Zorrilla. En esta ocasión, el celebérrimo galán y pendenciero llega al Teatro Albéniz y de la mano de la compañía valenciana L'Om-Imprebís, quien ha puesto en escena un Don Juan rebosante de originalidad, cariño y respeto por uno de los grandes iconos y arquetipos españoles.

El montaje dirigido por Santiago Sánchez, cercano a las dos horas y media de duración, destaca especialmente en el apartado artístico-técnico, aspecto este en el que es de justicia alabar la "sencilla" escenografía de Dino Ibáñez, que se muestra tan increíblemente eficaz como original, permitiendo recrear con unas cuantas tarimas móviles todos los lugares donde se desarrolla la trama. Tampoco van a la zaga el fabuloso vestuario, la sutil iluminación ni la fantástica música en directo, elementos todos ellos que constituyen una fenomenal base sobre la que construir un Tenorio.

En cuanto a las interpretaciones, cabe señalar que en líneas generales todo el reparto se entrega con innegable cariño, frescura y dignidad a sus personajes, si bien he de resaltar dos grandes interpretaciones y ambas femeninas: Trinidad Iglesias, como la astuta y pícara alcahueta Brígida, y Alba Alonso, como la cándida y dulce doña Inés, cuajan una extraordinaria función y, como las grandes de la escena, elevan la calidad interpretativa en cuanto pisan el escenario. En cuanto a los antagonistas del Tenorio, hay que decir que Vicente Cuesta y Carlos Lorenzo ofrecen unos don Gonzalo y don Luis Mejía dignos pero con ciertos problemas en el apartado vocal que malogran sus intervenciones. Pero hora es ya de hablar del Tenorio de este montaje: Fernando Gil. Como suele ocurrir en no pocas ocasiones, a este actor se le conoce más por su faceta televisiva que por su carrera artística. Por ello, sorprenden la pasión y el esfuerzo con los que se entrega a este totémico personaje. No obstante, su Tenorio es más bravucón que carismático y más fresco que imponente, y quizás por ese motivo su interpretación pueda chocar con la imagen que se puede tener de este personaje, más próxima a la de memorables interpretaciones como la de Ramón Langa en el teatro Español en 2002. Fernando Gil va de menos a más, al menos en la función de anoche, y en eso salen perjudicadas escenas tan famosas como la tercera (¿No es verdad, ángel de amor, que en esta apartada orilla, más pura la luna brilla y se respira mejor?...) y la décima (Llamé al cielo, y no me oyó, y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo, no yo) del cuarto acto, pero favorecida la segunda parte en general y el final en particular, cuajando un don Juan conmovedor y humano que se gana sobradamente el aplauso.

En definitiva, el "Don Juan Tenorio" de L'Om-Imprebís es un digno montaje, original y respetuoso, que aunque sólo fuera por la sensacional segunda parte de la obra merece la pena ver y disfrutarse. Olé, Tenorio, olé.

viernes, 14 de marzo de 2008

De cielo y tierra

Las buenas personas existen. No son un mito, aunque el mundo en que vivimos las estén convirtiendo en eso. Son las personas que en su ausencia dejan una colosal estela de enseñanzas y buenos recuerdos, las que te hacen mejor con el mero hecho de estar a tu lado, las que te honran con su cariño y sabiduría, las que se visten de humildad y echan a andar por el alambre de la vida sin pretensión alguna de ser centro de atención ni fuente de problemas. Son gente de una bondad tan descaradamente indiscutible que sólo un velo de sincera modestia evita que eclipsen al resto. Son ángeles que tardan un tiempo en volver al lugar al que pertenecen: el Cielo.

Yo tengo la inmensa suerte de haber conocido y/o conocer a buenas personas. Carlos, Eduardo, Pedro Mª, Lucy, Camino, Ernesto, Íñigo, Socorro, Miguel Ángel, Manu, Pablo, Víctor, Nacho, Mónica, Davinia, María, José, Amparo, Ana, Tomás, Pedro, Rafael...Es un honor y un verdadero privilegio conocer a tantas buenas personas que no podría citarlas a todas. Sin embargo, hoy quiero dedicar este artículo a tres personas que ya no caminan sobre la tierra. Tres personas de las cuales puedo decir orgulloso que llevo su sangre y apellidos: Esther Morán y José y Pedro Cullell; la abuela, el padre y uno de los tíos de mi excepcional madre.

Los tres ya son recuerdo, inspiración y leyenda, porque recordar a personas de una bondad casi legendaria sólo puede ser motivo de inspiración. Siendo honesto, he de reconocer que sólo tuve la increíble fortuna de conocer durante muchos años a Esther, "la yaya", como la llamábamos, y que fue, es y será, sin rodeos ni eufemismos, la mejor persona que habré conocido nunca. De José Cullell, mi abuelo materno, sólo sé lo que de él me han contado mi abuela y, fundamentalmente, mi madre, puesto que murió cuando ella era sólo una niña. Algo parecido sucede con Pedro Cullell, mi tío abuelo, al que, por desgracia, desde ayer ya nunca conoceré en persona, pero del que siempre guardaré el tesoro de elogios que le han dispensado durante todos estos años mi abuela y mi madre. Esther, José y Pedro: tres personas que con sus vidas han dado un oceánico sentido a palabras que son virtud: "humildad", "sabiduría", "esfuerzo", "cariño", "valentía", "pundonor", "comprensión", "sencillez", "compromiso", "bondad", "nobleza", "honestidad"...

Ante gente así, yo sólo puedo aspirar a honrar su memoria intentando ser ejemplo vivo de sus portentosas cualidades humanas y testimonio de su infinita bondad, pero sin renunciar nunca al principal valor que me han dejado como legado: ser humilde. Esther, José y Pedro enseñaron demasiadas cosas buenas como para dejar que caigan en saco roto. Ni ellas ni lo que significan merecen caer en el olvido. Eso sería un lujo obsceno. Yo sólo quiero ser digno de estar a la sombra de su ejemplar corazón. Yo sólo quiero estar a la altura suficiente para no traicionar nunca las últimas palabras que hace años me dijo mi yaya Esther antes de fallecer: "Sé bueno".

Descansad en paz. Gracias por ser personas hechas de cielo y tierra. Fuisteis ángeles en este mundo. Hoy sois estrellas en el firmamento.

Este no es un artículo para criticar ni frivolizar. Este es un artículo para recordar por qué hay que dar gracias.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Génova 13 del Percebe

Rajoy se queda, al pie del cañón o del abismo, pero se queda. Se pueden hacer muchos análisis y elucubraciones, pero las cosas son como son. No obstante, creo que la actualidad del Partido Popular merece que le dedique un post, especialmente después de lo acontecido en las elecciones.

  • La campaña electoral: Ha sido la mejor que podría hacer el equipo que rodea a Mariano Rajoy. Si ha sido buena o no, depende de si el objetivo era aumentar su potencial como oposición o bien llegar al Gobierno. Yo, personalmente, creo que si no se ha conseguido relevar al peor Gabinete, tanto en resultados como en integrantes, de la historia democrática española, la campaña no puede considerarse ni mucho menos un éxito. Se podrán poner todos los paños calientes que se quiera, pero maquillar un fracaso es el camino más corto para el autoengaño y la autocomplacencia más estériles. A mi juicio, Rajoy ha tenido tres problemas en la campaña: su cursi "niña" no apta para diabéticos; su falta de carisma (entendido especialmente como carencia de fotogenia, telegenia y gancho "publicitario"); y, por último pero más importante, el equipo que le ha rodeado, aunque, visto lo visto, hay que entender por "rodear" lo que hicieron los indios a Custer en Little Big Horn o los senadores a Julio César en los idus de Marzo...
  • El candidato: ¿Es Mariano Rajoy un buen candidato? Sí. ¿Es Mariano Rajoy el mejor candidato que puede tener el PP? No. Mariano Rajoy es un hombre preparado, honesto, noble, sincero, sensato y templado. Son esas cualidades las que le hacen un buen líder de partido y un buen candidato, pero no es el mejor candidato que puede presentar al PP para llegar a La Moncloa. Dentro del Partido Popular hay personas que mejoran y amplían las cualidades de Rajoy y por eso a mi entender son mejores candidatos. Hablo del extraordinario Rodrigo Rato, que es mi favorito porque tiene todas las cualidades que debe tener un gran político y un buen presidente del Gobierno y pocas personas, por no decir nadie, del panorama político actual puede igualarle. Si hoy no es el candidato del PP es porque Aznar eligió dactilarmente a su sucesor; que éste no fue Rato porque, entre otras cosas, se opuso en la intimidad gubernamental a la guerra de Iraq; porque este magnífico economista y mejor político no es bien visto por ciertos sectores del PP y sus votantes por las buenas relaciones que tiene con la progresía política y mediática de este país (quizás hay quien olvida que amigos hay que tener hasta en el infierno); y porque, como de tonto Rato no tiene un pelo, le va muy bien actualmente, alejado del fangoso y erosivo escaparate político. Otra persona que sería una fenomenal candidata sería Esperanza Aguirre, vendida y criticada como "la niña tonta" del PP pero que es una leona parlamentaria y una estupenda gestora. Si no es la candidata es porque tenemos la suerte en la Comunidad de Madrid de haberla renovado hace poco como presidenta. Otro gran candidato sería Alberto Ruiz Gallardón si no fuera Alberto Ruiz-Gallardón y a buen entendedor, pocas palabras bastan. ¿Alguien más podría ser un buen candidato en lugar de Rajoy? Que se conozca más o menos públicamente, ninguno. La única opción sería apostar por alguien de la trastienda, pero con potencial suficiente para hacer lo que hizo Aznar en su día o Zapatero más recientemente. No obstante, sería la opción más arriesgada y el PP no vive días para jugar a la ruleta rusa.
  • El equipo: Si fichas a Zidane para que juegue en el Pontevedra, lo más probable es que, por mucho que haga, no gane el Campeonato de Liga. En política, tener un buen equipo es tan importante o más que tener un buen candidato. Y este es el principal problema del PP en general y Rajoy en particular. Sus caras visibles, sus timoneles o están "quemados" políticamente o son de una formación y nivel político vulgar. En cualquiera de los dos casos son inútiles a la hora de prosperar y ganar unas elecciones. Ni el PP como partido ni Mariano Rajoy como candidato, si ambos quieren reverdecer laureles, se pueden permitir tener ni un minuto más en su escaparate a gente como Ángel Acebes, Soraya Sáenz de Santamaría, Gabriel Elorriaga y demás lastres (Zaplana, Martínez Pujalte...) de ineficacia probada. Todos ellos son tumores benignos, pero tumores al fin y al cabo y ya se sabe qué hacer con los tumores. Si hay que buscar culpables de los fallos del PP en los últimos cuatro años hay que buscarlos en ellos y sólo en ellos, especialmente en cuanto a política de imagen y comunicación se refiere, porque ha sido, simplemente, desastrosa. Cualquier cambio que haga el PP si quiere mejorar debe pasar por sustituir a la corte de advenedizos y políticos ramplones que harían mejor función en cualquier otro cometido que el que tienen actualmente. Hace falta gente "nueva" y mejor. Así de sencillo.
  • La maquinaria: En un partido político democrático del siglo XXI no puede entenderse que no sean las bases quienes elijan al líder. En el PP, las bases actualmente sólo pueden ratificar (que es muy distinto a "elegir") al candidato. He ahí el otro gran problema del partido. La discusión y el debate son siempre provechosos si se dan entre personas cualificadas. En el PP hay personas así, pero no hay posibilidad de debate ni discusión. Aznar unió y fortificó el partido a costa de convertirlo en una formación cesarista y piramidal donde la casa se construye por el tejado y todo aquel que no sea el líder sólo puede decir "Amén, Jesús" a todo. ¿Así cómo se van a renovar mensajes, estrategias y caras? Imposible. Es un funcionamiento anacrónico y poco democrático y enriquecedor. ¿Es que no miran al resto de partidos políticos españoles, europeos o norteamericanos? El PP es un elefante en tiempo de leopardos. ¿Hay alguien que quiere cambiar eso? Que levante la mano, por favor, si es que puede.
  • Otras cuestiones a solucionar: Hay que mejorar urgente y ostensiblemente la situación del PP en el País Vasco y Cataluña. Una tarea tan difícil como necesaria porque ambas regiones se han convertido en un caladero de votos socialistas y una sangría para los populares, como ha quedado demostrado en los últimos comicios. Igualmente, el 9-M ha puesto de manifiesto que hay que cuidar mejor el "mensaje", de manera que en forma y en fondo se pueda hacer llegar con eficacia a cualquier región y colectivo (jóvenes, inmigrantes y homosexuales, por citar unos ejemplos) sin caer en incompatibilidades ni incoherencias. El mensaje actual del PP es alérgicamente rancio en algunos aspectos y puede herir y de hecho hiere sensibilidades y por ahí se le escapan muchos votos. Es decir, el PP no se sabe vender. No se trata de perder contundencia ni de cambiar de ideas, sino de transmitirlas de una forma que no puedan ser malinterpretadas. Es necesario que el PP ingenie una nueva manera de comunicar lo mismo. Sólo es cuestión de echarle talento y ganas.

En definitiva, el PP debe entender una vez por todas que se encuentra en una situación en la que impera el lema "renovarse o morir". Renovar las caras, el funcionamiento y el mensaje. Sólo así se retomará la senda de glorias pretéritas. Sólo así dejará de parecer 13 Rúe del Percebe. Ya veremos qué pasa en junio...

martes, 11 de marzo de 2008

Carta a Patxi López

Señor Patxi López:

En primer lugar, perdone que le trate de usted y como "señor", pues es mero resultado de la educación que recibí y de la que usted carece. Ambos sabemos que no merece tan magnánimo tratamiento, así que disimulemos.

Es una siniestra casualidad que le escriba esta carta en el cuarto aniversario de la mayor masacre terrorista cometida en Europa y comienzo de la más infame y nauseabunda manipulación política de la historia de nuestra democracia, gracias a la cual el partido al que pertenece llegó a La Moncloa. Fue la primera vez en ocho años en la que una victoria electoral se cimenta sobre cadáveres. La segunda fue el pasado domingo, cuando su partido, señor Patxi López, consiguió ser la fuerza más votada en el País Vasco, gracias a que en Euskadi les dieron el pésame en las urnas por el asesinato de su compañero Isaías Carrasco. Yo me pregunto si es reconfortante que te voten por rabia o por pena. Por suerte, yo no puedo responder a esa pregunta. Usted sí.

Pero si hoy le escribo esta carta no es para reprocharle su triunfo electoral. Cada uno triunfa como sabe. Si hoy le escribo esta carta es para recordarle por qué es usted un cobarde, señor Patxi López. Sé que ya le han escrito otras cartas mejores para afearle su actitud, pero he de reconocer que hacía tiempo que se merecía esta misiva. Ruego disculpe mi humilde osadía, con la certidumbre de que usted hará caso omiso de mis palabras, como lo hace con cualquiera que no piense como usted ni le aliente. Es curioso que este reproche sea compartido al que se hace a cualquier tirano, dictador o terrorista. Da que pensar, ¿verdad?

Todos sabían de usted, cuando en 2002 trepó - unos ascienden y otros, como usted, trepan - al puesto de Secretario General del PSE, que su valentía y valía política distaba mucho de la de Nicolás Redondo Terreros o Rosa Díez. Luego demostró que su virtud como político es la misma que la de un parásito: Arrimarse a cualquiera en beneficio propio. Siento si le ha ofendido la comparación, señor Patxi López. Le ruego que por favor la olvide. Quería decir que su cualidad política es idéntica a la de la meretriz más añeja: Flirtear con cualquier persona con la esperanza de obtener un provecho personal. El agravante, en su caso, señor López, es que no flirteó con cualquiera, sino con gente que de democrática poco (PNV) o nada (Batasuna), como por ejemplo sucedió el 6 de julio de 2006. No obstante, en su descargo, si es que eso es posible, he de decir que esa actitud no ha sido exclusiva de usted, sino de su partido, el PSOE, quien en función del viento electoral, ha mancillado o no la Ley. Y si su memoria es frágil, valgan como recordatorio Ignacio de Juana Chaos, Batasuna, PCTV o ANV.

Por tanto, no le puedo culpar de tener esa actitud, militando en un partido que, además de usar la Ley a su antojo, decidió no sólo redundar en errores de Gobiernos pretéritos sino ahondar en los mismos, dando tregua y regalando atención a una organización criminal y asesina que estaba notablemente menguada en todos los frentes. Fueron la ignorancia y la desfachatez del PSOE las que dieron a una banda terrorista aire suficiente para que pudiera volver a matar. La diferencia entre vencer y convencer es a veces tan grande como la vida y la muerte. La lástima es que hasta después de tres muertes, su partido no se dio cuenta de ello, si es que alguna vez dejaron de dársela. La lástima es que si hubieran dedicado el mismo tiempo a perseguir y anular a ETA y sus adláteres que el que emplearon en avergonzar, menospreciar y humillar por ejemplo a la AVT, quizás fueran otras mis palabras. Pero no ha sido así.

Mas volviendo a usted, déjeme decirle, señor Patxi López, que la rúbrica de su valía personal, política y moral la firmó usted el pasado viernes, en la capilla ardiente de Isaías Carrasco. Su actitud entonces sólo es comparable a la de Judas Iscariote o Efialtes. No, no eran vascos. Eran y son dos de los más ruines traidores de la historia de la humanidad. Utilizar, y digo bien, utilizar a un muerto para atacar políticamente a otra persona es de una vileza desmesurada. Usted organizó una encerrona, una traición, para que Mariano Rajoy y María San Gil fueran increpados por usted y otros bellacos cuando se disponían a ofrecer una honesta muestra de respeto humano y político por el nuevo asesinado de ETA. Usted tuvo el infame honor de afear una noble conducta de un adversario político delante de un cadáver. Usted, vil y cobarde Patxi López, quiso protagonizar la anécdota más amarga de esa jornada de luto.

Vista su actitud, señor López, creo que es la rabia y el dolor lo que le mueve. La rabia de que, con su persistente coqueteo y tibieza con el entorno etarra, el tiro les saliera por la culata. El dolor de que ese tiro fuera a parar a un compañero de partido. No sé si sabe que tanto usted como su partido se equivocaron. Lo que sí sé es que ahora sabe y saben de primera mano la magnitud de su error. Ojalá ahora sean conscientes de que, sin distinción, a los criminales se les persigue y a las víctimas se las honra.

Regodéese si quiere en su hiel, en su vileza y cobardía, señor Patxi López, porque, por mucho que haga y diga, lo acontecido este fin de semana demuestra que por desgracia en este mundo muere gente valiente y de bien para que vivan en libertad personas cuyos valores humanos son tan livianos e indecentes como el polvo del suelo.

Acuérdese ahora de las sonrisas que usted les dedicó a quienes fueron las únicas personas que sonrieron el viernes.

Acuérdese ahora, señor Patxi López.

lunes, 10 de marzo de 2008

Que lo arregle...si es que sabe

El PSOE ha ganado las elecciones, el PP está en mejores condiciones para hacer oposición y todos los partidos parásitos han sido convenientemente fumigados. En esa oración se podría resumir todo este artículo. Otra síntesis podría ser: "Zapatero gana y Chiquilicuatre va a Eurovisión". No obstante, dadas las interesantes conclusiones que me suscitan los resultados electorales, no me resistiré a comentarlas.


  • La izquierda pierde, el PSOE gana. Aunque parezca una contradicción, no lo es. Los partidos de izquierda, ya sean de ámbito nacional (por ejemplo, Izquierda Hundida) o "nacionalista" (ERC) han perdido votos y representación parlamentaria, lo cual es una gran noticia para la democracia. Una pérdida que no por casualidad coincide con el aumento del PSOE en votos y escaños. Para mantenerse en el poder, el PSOE ha desgraciado a las demás fuerzas de izquierdas, succionando cual Nosferatu sus votos. Algo lógico teniendo en cuenta que tanto la legislatura como su discurso electoral (no diré programa porque no hablo de lo que no existe) han sido de un acentuado izquierdismo. De moderado, el PSOE sólo tiene el nivel intelectual y ya es ser muy benigno.

  • El PP: Más popular que hace cuatro años. Quizás es porque ahora nadie ha tenido oportunidad de endosarle miserablemente la responsabilidad del mayor atentado cometido en Europa, ni ha habido una campaña de asedio a sus sedes y representantes, el PP ha aumentado su número de votos y escaños. Es digamos más "popular". Es lo que tiene ser el único partido con un programa serio y un candidato sensato. ¿Es suficiente? Para hacer una oposición más seria y contundente, desde luego que sí. Pero para relevar al Gobierno más inepto y sectario de toda la historia de la democracia patria, hace falta algo más, y a la vista está. Se precisa más talento en la artillería. Hora es ya de liquidar políticamente a las cabezas visibles del PP de estos últimos cuatro años. Hablo de Acebes, García Escudero, Sáenz de Santamaría, Elorriaga y esa corte de mediocres "políticos" de medio pelo que el mayor favor que podrían hacer al PP sería quedarse mudos o dedicarse a la vida contemplativa en la cima del K2. El PP necesita gente de oratoria contundente, carisma y preparación incontestable...y la tiene. Sólo que ha estado oculta y relegada por esa morralla de advenedizos que por decencia o vergüenza política deberían cambiar el escaparate por el sótano. Fuera de su partido, Mariano Rajoy lo ha hecho muy bien (quitando la cursilada naif de "la niña" y el experimento fallido de Manuel Pizarro). Ahora le toca hacer lo mismo dentro de su partido.

  • UPD: Lo justo y necesario. El partido novato, UPD, ha logrado un escaño. Algo bastante previsible dado el desencanto o hastío que han generado en estos últimos cuatro años los dos grandes partidos. Que Rosa Díez haya conseguido que se escuche su voz en el Congreso es una sensacional noticia para la política y un quebradero de cabeza para el PSOE y las ladillas nacionalistas. Bien por los que han apostado por la Juana de Arco de la tierra de nadie.

  • CiU: El guía del desfiladero. Esta formación catalana es la única que se ha salvado de la criba soberana y dado que el PSOE no ha logrado la mayoría absoluta, éste tiene tres opciones: gobernar en minoría, gobernar pactando con CiU o gobiernan pactando con otros que no sea CiU. La primera alternativa es bastante improbable, por lo que el interés se centra en las otras dos. Pactar con CiU es la opción más sensata pero implica meterse en un charco en Cataluña, donde el triunvirato de izquierdas arrinconó a CiU para hacerse con el poder en la Generalitat. No pactar con CiU supone hacerlo con el archipiélago de tumores políticos que han sido castigados por los electores como PNV, IU, ERC, BNG...A ver qué hace el PSOE porque, decida lo que decida, caminará por un desfiladero donde las amenazas de desprendimientos son inevitables.

  • Nacionalismo...el español. La otra gran noticia para la democracia y la política es que la mayoría de los partidos nacionalistas o han perdido escaños o han perdido grupo propio o han desaparecido del Congreso. Queda por tanto claro que los ciudadanos no quieren que el destino de todo un país lo dirijan ni txapelas ni barretinas ni gaitas cuya única vocación es la de ser buitres con alma de garrapata. Agur, adeu, adeus, bazofilla.

Dicho esto, hay tres temas de los que quiero hablar antes de finalizar este artículo:


  1. ¿Por qué no me importa que haya ganado el PSOE? Porque pienso que quien rompe una cosa es quien tiene que arreglarla o apechugar con ello. Si el PP hubiera ganado las elecciones, debería solucionar una papeleta causada por el Gobierno más infame y menos preparado de la historia de España y se puede merecer muchas cosas, pero desde luego eso no. Me parece estupendo que sea el PSOE quien tenga que comerse el nauseabundo marrón de sanear la economía, la educación, el problema laboral, el acceso a la vivienda, la inmigración, la criminalidad...Si lo solucionan, genial para todos. Y si no, caerán merecida y fulminantemente y muchos de ellos desaparecerán de la vida política. En ambos casos, es una estupenda noticia para quienes como yo no hemos votado a ese vergonzoso partido. Que lo arreglen...si es que saben (que lo dudo).

  2. Zapatero, el nigromante. Tanto en las elecciones de 2004 como en las de 2008 ha quedado demostrado que si hay un partido que sabe sacar rédito electoral de los cadáveres, es el PSOE. Nadie maneja mejor las tragedias que este partido. Tanto que uno empieza a pensar que en los últimos años al PSOE se le vota más por rabia o pena que por cualquier otra cosa. Que sea decoroso o no, poco (les) importa. Zapatero ha demostrado que además de ser un excelente encantador de zotes y un mentiroso hipnótico, es un fenomenal nigromante y muy pocos políticos pueden presumir de estas "cualidades".

  3. ¿Quiénes han votado al PSOE? He ahí una de las grandes claves de estas elecciones. Al PSOE le han votado los analfabetos intelectuales y/o funcionales, los "progres" de mansión, los que están a favor de negociar con una banda de asesinos, los corsarios del canon digital, los artistas que quieren cobrar por respirar, los ateos y los anticlericales, los que quieren ganar una guerra que perdieron, los que quieren que a los niños se les adoctrine y no se les eduque, los simpatizantes de dictaduras bananeras y caciques latinoamericanos, los que disfrutan de la democracia cuando les entra por el tafanario, los que hacen distinciones entre víctimas, los que tienen acné demagógico, los partidarios del arribismo y el "todo vale", las minorías que quieren cambiarlo todo a su gusto, los que sólo entienden de democracia cuando les favorece...y los pocos, poquísimos socialistas decentes y sensatos que votan por respeto y fidelidad a una ideología muy por encima de unas siglas y sus representantes.

¿Ahora qué cabe esperar? Sólo dos cosas: Que la situación nacional vaya a mejor o que esta sea una de las legislaturas más cortas de la historia política española. Por eso estoy contento. Y mucho.

martes, 4 de marzo de 2008

...O pronto dejará de ser o grande o democracia

Decía Sir Winston Churchill: "La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás". Más claro, agua. No menos cierto es que "En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno", como dijo Konrad Adenauer. Por eso mismo, los políticos en general y los nuestros en particular sienten predilección por los mítines y los debates. Poco importan el programa, las ideas, el rigor y la cualificación. Hoy en día, cualquiera puede ser político e incluso ascender al puesto de timonel de un país: Ahí están George W.Bush, Hugo Chávez, Vladimir Putin y José Luis Rodríguez Zapatero, casos todos ellos que demuestran a la perfección que, por un lado y tal como afirmó Jardiel Poncela, "El que no se atreve a ser inteligente, se hace político", y, por otro lado, que, salvo honrosas excepciones, la política del mundo actual es el arte de amaestrar a millones de personas para que hagan no lo que ellos quieren sino lo que una sola persona quiere, pero convenciéndoles de que es lo mejor para ellos. En época de comicios, que te voten. Otra cosa es que tengas intención de cumplir lo que prometes: "Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa", Jardiel dixit. Por todo ello, debates como los que vivimos el 25 de febrero y el 3 de marzo son especialmente interesantes y los cuales no me resisto a comentar:

  • Los moderadores: Manuel Campo Vidal y Olga Viza, periodistas ambos que coquetean con el olvido profesional y aprovechan la mínima oportunidad para evitar que publiquen su esquela en ningún periódico. Manuel Campo Vidal tiene un mal disimulado afán de protagonismo, con una humildad tal que si pudiera hacerse el amor a sí mismo, sería ninfómano. En cuanto a Olga Viza, pues debió olvidar que el ejercicio de moderar consiste, entre otras cosas, en evitar que alguien interrumpa frecuentemente a quien está en uso de la palabra y hacer que se respete lo pactado o que sería aconsejable no confundir las identidades de los debatientes. Tampoco seguiré dando mayor importancia a quien no la tiene.
  • Los debatientes: Supuestamente, son los estandartes de la política española...y así nos va. De cualquier forma, es lo que hay, al menos oficialmente, y no hay más vuelta de hoja porque encontrar en nuestra fauna política a alguien sin mácula ni errores pretéritos es tan sencillo como hallar un esquimal correteando por el desierto del Sáhara. Volviendo a la pareja de marras, ambos políticos tienen como mayor virtud la principal carencia de su oponente: Rodríguez Zapatero, el carisma, y Rajoy, la sensatez. Uno y otro encarnan dos formas diametralmente opuestas de concebir y ejercer la política: el eslógan contra la idea, el talante contra el talento, la improvisación contra la planificación, la demagogia contra el argumento, la forma contra el fondo, la idealización contra la reflexión, la apariencia contra la preparación, lo etéreo contra lo pragmático, la dramatización contra la seriedad. Teniendo esto presente, es bastante fácil adivinar la actitud de Rodríguez Zapatero y Rajoy en ambos debates, pero aun así, los comentaré.
  • Los debates: Han sido un combate de boxeo a dos rounds. En el primer round, celebrado el 25 de febrero, el aspirante al título salió con todo, bailando en torno a su rival como Muhammad Alí y desplegando un amplio repertorio de golpes que dejó al campeón buscando cuerdas, campanas o toallas salvadoras, pero sin rendirse al KO. Rajoy demostró ser un pegador de primera clase y Zapatero un solvente encajador y sólo por eso Rajoy venció pero no noqueó. Fue un duelo sin cuartel, un OK Corral, un Álamo, en el que lo más importante no fue hablar de programas ni proyectos, sino acabar con la imagen y la credibilidad del rival. Rajoy golpeaba duro y certero al hígado de la última legislatura y Zapatero lanzaba sin mucho tino ganchos al mentón de sucesos acontecidos hace cuatro o muchos más años. Sólo la demagogia fácil y pueril sobre errores pretéritos y ya castigados del Partido Popular (Iraq, MNLV...) - aunque no personales de Rajoy - libraron a Zapatero de plantarle un beso francés a la lona. En el segundo round, acontecido el 3 de marzo, el campeón salió a desquitarse y para ello decidió tomar la iniciativa lanzando puños de programa y utilizando un abanico de golpes bajos que ni Torrebruno en el Madison Square Garden. Rajoy tardó poco en recuperar el aire y, esta vez, decidió ser George Foreman: menos movimientos pero golpes más contundentes, ya fuera con directos de refutaciones o ganchos programáticos. Cuando a Zapatero se le acabó la gasolina de las ideas (es decir, bastante pronto), Rajoy empezó a devolver golpe por golpe, algunos de ellos magistrales (ej: sanción en Cataluña por rotular en castellano), pese a que Zapatero intentó tomar resuello tratando de llevar a su oponente a su terreno con discusiones bizantinas (ej: la dichosa "primera pregunta" en el Congreso) o navajazos faltos de moral y vergüenza. No tuvo éxito, porque Rajoy es un político tan decente como astuto, pero al menos consiguió capear el temporal popular antes de que pasara a mayores. Si esto fuera de verdad un combate de boxeo, después de estos dos rounds, el vencedor a los puntos sería clara y honestamente Rajoy, aunque ya sabemos que la historia del boxeo y la política comparten hitos de decisiones cuando menos discutibles...
  • Las encuestas y las "opiniones": Bien, veamos. Si preguntamos a alguien que vote a o milite en IU, CiU, ERC, PNV, BNG y demás "extras" del panorama político español quién cree que ha ganado un debate entre Zapatero y Rajoy, ¿cree alguna persona en su sano juicio que diría "Rajoy", aunque así fuera? No, exacto. Si a esos encuestados los aderezan con borregos mentales (por lo general, jóvenes que desarrollan antes el acné que la capacidad reflexiva) y demás carne de demagogia, tendrán una visión bastante clara del motivo por el que Zapatero sale vencedor indiscutible en los sondeos y encuestas. Por otra parte, respecto a las opiniones periodísticas, tampoco hay que dejarse engañar y sí ver las cosas con objetividad: Los medios de comunicación españoles están plenamente politizados. Todos, con mayor o menor claridad (honestidad), simpatizan o defienden a un partido político. Si a eso añadimos que la mayoría de las televisiones públicas y privadas son filosocialistas y que se tiene por serios a medios de comunicación (impresa y radiofónica) que no son más que libelos de izquierda, es bastante obvio qué opiniones cabe esperar y qué "visión" de la realidad va a tener más posibilidades de calar en la población. Aprovecho la ocasión para mandar un cordial saludo a todos aquellos que viven en las antípodas de la profesión periodística que tanto amo: Iñaki Gabilondo, Enric Sopena, Margarita Sáenz Díez, Mª Antonia Iglesias, Ernesto Ekaizer, José Mª Calleja, Miguel Ángel Aguilar, Carlos Carnicero, Hilario Pino...Gracias por convertir a "El Jueves" en un ejemplo de periodismo serio.


  • Resumen: Han sido dos debates en los que se ha hablado más del pasado y los errores cometidos que de los programas electorales del PP y el PSOE. Pese a ello, da la impresión, bastante fundada, de que Mariano Rajoy es quien tiene más claro qué hacer y cómo para mejorar el patio patrio. José Luis Rodríguez Zapatero no, porque en ambas ocasiones, ha quedado demostrado que vive y cree firmemente en un mundo donde lo malo o no existe o es culpa del PP, los errores son mentira y todo va fetén (educación, control inmigratorio, infraestructuras, política exterior, empleo, acceso a la vivienda...). Sé que el PP critica el presente porque le preocupa el futuro, del mismo modo que sé que el PSOE no ha salido de la letanía demagógica del pasado (Iraq, 11-M, MLNV, la derecha es "facha", etc.) porque es lo único a lo que pueden aferrarse. Y ahora pasemos a lo realmente desagradable: Yo sabía que Zapatero era y es un cretino colosal, un demagogo que se cree sus propias invenciones y mentiras, y un sujeto que encarna perfectamente sentencias como "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados", del genial Groucho Marx, "La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema" del gran Woody Allen, o "Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral", de sir Francis Bacon. Lo que no sabía y demostró ayer es que su vileza humana es aún más profunda que la sima de su formación política e intelectual. Cuando alguien es capaz de decir: "¿qué política antiterrorista prefiere, la de esta legislatura con cuatro víctimas mortales,o la de la legislatura anterior con 238 víctimas mortales?", no sólo se está descalificando como político, sino como ser humano. Rajoy puede ser muchas cosas pero desde luego no es un individuo que me provoque ganas de leer su obituario, como sí hace el demencial necio que llegó al poder única y exclusivamente como efecto colateral de la mayor masacre terrorista de Europa. Hay gente que no se merece estar al frente de un país, gente que avergüenza la política y la historia de una nación, gente que no se merece el sueldo que ganan, pero, además de eso, José Luis Rodríguez Zapatero en más de una ocasión no se merece ni el suelo que pisa.


En fin. El nueve de marzo saldremos de dudas o, mejor dicho, se acabará la espera. Decía Theodore Roosevelt que "Una gran democracia debe progresar o pronto dejará de ser o grande o democracia". Faltan cinco días para que los ciudadanos de este país elijan entre seguir como estamos o hacer caso al consejo de Roosevelt.