lunes, 30 de noviembre de 2009

El terror "amateur" ya no sorprende

Recientemente he visto la película "Paranormal activity", film que ha venido precedido de un tsunami de críticas favorables y se ha presentado como una novísima maravilla del cine terrorífico, "El exorcista" del siglo XXI y unos cuantos parabienes más. Como siempre sucede en estos casos, se ha vuelto a cumplir la máxima de que cuanto mayores son las expectativas creadas, más númerosas son las posibilidades de decepción. ¿Por qué? Porque, honestamente, como amante y defensor del cine en general y del género de terror en particular puedo decir que "Paranormal activity" no es para tanto...
  • El "look" amateur en el cine de terror es algo que se inició y, si me apuras, se agotó en esa magnífica e inquietante película de 1999 llamada "El proyecto de la bruja de Blair". Suyo fue el mérito no sólo de descubrir qué posibilidades ofrecía un tratamiento amateur a una película de este género sino de utilizarlo de una forma efectiva, brillante y creíble. Los responsables de "The Blair Witch Project" lo hicieron tan bien que apenas dejaron migajas útiles para quienes vinieron detrás, haciendo bueno aquello de que quien da primero, da dos veces. De forma sintética, se puede decir que lo que se busca con la estética amateur (montaje sin apenas edición, grabación con cámara en temblorosa mano u hombro, actores tan desconocidos que pueden ser fácilmente "vendidos" como personajes reales, localizaciones reales, escasísimos o inexistentes efectos visuales o sonoros...) es brindar una verosimilitud inusitada en la gran pantalla, haciendo que la implicación del espectador con lo que ve sea tan grande que olvide inconscientemente que se trata de una ficción, convirtiendo, a efectos de recepción, en un "falso documental". Eso, utilizado en el ámbito del escalofrío, es una garantía para que el patio de butacas sea presa de un pavor genuino e inmisericorde: es decir, una gran baza para que la película sea un éxito. No obstante, pese a que "El proyecto de la bruja de Blair" llegó, vio y venció, hay que reconocer que en su estela, plagada de lamentables emuladores, merece la pena destacarse un film bastante estimable y desasosegante: "Open water". Por tanto, la originalidad de "Paranormal activity" en este sentido, brilla por su ausencia, porque repetir una fórmula descubierta y sublimada hace diez años no es precisamente un alarde de ingenio.
  • La cámara de vídeo como lenguaje en pos de un contundente realismo fue un hallazgo que hay que volver a adjudicar a la bruja blariana y que, posteriormente, ha sido utilizado con cierto talento en películas como "Rec", en su modalidad mononarrativa, y en "Cloverfield" y "Rec 2", en su vertiente plurinarrativa. No obstante, la prueba de que esto ya no posee el devastador efecto que acompaña a cualquier novedad la encontramos sin ir más lejos en uno de los últimos títulos de uno de los grandes maestros del cine de terror, George A. Romero: "Diary of the Dead", insulsa y que pasó sin pena ni gloria por la cartelera. En resumen, en este terreno, "Paranormal activity" tampoco aporta nada nuevo.
  • El binomio exiguo presupuesto-buenos beneficios es algo que, aunque pueda sorprender, es casi tan viejo como el cine: Ahí están el cine mudo, la serie B y, más recientemente, "El mariachi" o las ya citadas "El proyecto de la bruja de Blair" u "Open water". ¿Contribución de "Paranormal activity" a esto? Tan sólo ahorrarse aún más costes, rodando en la propia casa del director.
  • La relación inversamente propiorcional entre presupuesto y talento es algo tan clásico que se puede encontrar en todas las óperas primas de los grandes directores y, constantemente, en el injustamente marginado ámbito del cortometraje. Por tanto, la película que nos ocupa tampoco brilla con luz propia en este terreno.
  • Tema del hostigamiento sobrenatural y la posesión demoníaca...es uno de los grandes recursos argumentales del cine de terror y también uno de los más socorridos, así que la originalidad de esta película no habrá que buscarla aquí.

Entonces, si ni la forma de filmar ni las condiciones presupuestarias ni la premisa argumental suponen novedad ni descubrimiento alguno...¿dónde está el gran acierto de "Paranormal activity"? A mi juicio, esta película sólo tiene dos grandes virtudes:
  1. Sustituir el miedo y el "susto fácil" por una tensión desquiciante hecha a base de una constante sucesión de clímax y anticlímax.
  2. Conseguir persuadir a tantísima gente en todo el globo terráqueo para que vaya a ver algo que ya ha visto antes.
Por otra parte, igual que tiene esas cualidades, es justo poner de relieve sus tres grandes defectos, que giran en torno a la ausencia de factor sorpresa:
  1. Cualquier atisbo de conseguir el mismo nivel de paranoia y credulidad de films antológicos como el mencionado "El proyecto de la bruja de Blair" se ha aniquilado merced al destripamiento de sus "sorpresas" y claves esenciales perpetrado por las entrevistas concedidas por el director, Oren Peli, y las reseñas que han supuesto la vanguardia del estreno de "Paranormal activity" en nuestro país. Por tanto, los textos "informativos" que abren y cierran este film, están más cerca de ofender la inteligencia del espectador que de conseguir engañarlo...
  2. Previsibilidad: El gran enemigo del cine de nuestro tiempo, mortal en el caso de las películas de suspense y terror. A los pocos minutos de metraje, el patio de butacas ya adivina con cierta facilidad cómo va a acabar la desventura de los protagonistas. Por tanto, no sorprende a nadie que el desenlace deje cierta sensación de indiferencia o decepción, no por esperado (que también) sino por lo redundante en explicar ante cámara qué ha pasado...
  3. Quizás por todo lo anterior, el público tarda en empatizar (para bien o para mal) con los protagonistas (meros retazos con unas interpretaciones que sólo son aceptables y creíbles en el caso de Katie Fetherston), algo que es letal para un film de terror, porque lo peor que puede pasar es que al espectador le dé igual lo cuanto padezcan los personajes. En mi caso, salí del cine con la misma empatía para esos trasuntos con la que entré: Ninguna.
En conclusión, "Paranormal activity" sólo merece la pena por la tensión que es capaz de generar y la inquietante sugestión de efecto retardado que suscita ya que, por lo demás, está más cerca del "bluf" que de la excelencia. Y es que si algo está claro es que el terror "amateur" ya no sorprende.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Doce del patíbulo: La indignidad catalana

Ayer jueves, la prensa catalana salió en tromba con un editorial común a propósito de la revisión del estatuto autonómico en el Tribunal Constitucional. En contra de lo que pudiera parecer, me parece fantástico porque me encanta que cada cual diga lo que piense, aunque sean necedades y mentiras, porque para eso está la libertad de expresión.

En primer lugar, es justo reconocer que flaco, flaquísimo favor se ha hecho el periodismo en Cataluña convirtiéndose en meros escribas de la clase política, abrazando el servilismo más bochornoso y contraproducente para una profesión que tiene uno de sus pilares en ejercer una crítica constante y desinteresada del poder, que es algo situado en las antípodas de convertirse en un vocero del mismo. De todos modos, el editorial colectivo de los doce diarios catalanistas no ha hecho más que confirmar que la prensa en esa autonomía tiene una idiosincrasia tan peculiar que la predispone más hacia el pasquín político que al periodismo "objetivo" que se hace en las otras dieciséis regiones (una pena porque La Vanguardia, si no fuera por estulticias como la de marras, sería uno de los mejores diarios que se editan en España). No obstante, me parece perfectamente lícito lo que han hecho los periódicos catalanes: cada uno elige ganarse el pan, sueldo o sobresueldo como le venga en gana, y, además, profesiones como palafrenero, mamporrero, recadero, amanuense o pregonero son oficios que sería lamentable perder.

Dicho esto, si el Tribunal Constitucional cede a las infames presiones de la parasitaria clase política catalana, estaré contento con el dictamen. ¿Por qué? Porque no sé ustedes pero uno ya empieza a estar cansado del discurso victimista, egoísta e hipócrita que se viene proclamando desde aquella cornisa mediterránea en todos estos años de democracia. Quizás me exceda y esté confundido y en realidad la cantinela catalana no sea más que un ejercicio de ironía, de sorna malhadada perpetrada por quienes se saben ingente y constantemente beneficiados de un país al que dicen no querer pertenecer. Cataluña y sus mentes preoscuras (poque de preclaras, poco) me producen tal hastío que creo que lo mejor que puede pasar es que el Tribunal Constitucional, en un ataque de patriotismo enajenado, no sólo refrende el Estatuto sino que propugne la escisión y emancipación a todos los efectos de esa autonomía y que les den con viento de levante a todos los hijos de la senyera. Es más, a servidor le entusiasmaría que un desastre natural hiciera lo imposible: arrancar geográficamente a Cataluña y convertirlo en una ínsula que flote por el Mediterráneo cantando a Serrat, haciendo castellets, comiendo pantumaca y bailando una sardana mientras siguen practicando el esnobismo endogámico más ridículo de esta parte del hemisferio.

De todos modos, estoy convencido de que si el dictamen del Tribunal no agrada a esa minoría que quiere sodomizar no ya al resto de sus convecinos sino al resto del país, no se desatará el Apocalipsis y seguirán haciendo lo que han hecho siempre: lloriquear, hacer aspavientos, exigir y poner el cazo, porque les conviene seguir extorsionando económica y competencialmente a un país del que han obtenido más cosas de las que le han dado. Cataluña tiene una vocación parasitaria tan patética que es incluso divertida: Son a la política nacional lo que los judíos a la internacional: unos perros del hortelano que se aferran a un exasperante victimismo para no perder cuota de poder ni dinero en las arcas. Hasta el momento, han vivido magníficamente a base de manipular la historia, retorcer la cultura y chantajear en el Congreso a unos cuantos Gobiernos. ¿Por qué cambiar lo que va bien?

Para mí, la mejor síntesis de lo que son Cataluña y sus políticos más notorios la encarna ese avieso ser de sangre de hiel y saliva de cianuro llamado Enric Sopena y que se dice periodista: Un patológico compendio de hipocresía, cinismo, maniqueísmo, cobardía, avaricia, chaqueterismo, manipulación de la realidad y ausencia de escrúpulos. Eso es Sopena y eso es Cataluña, al menos la que ha sido impuesta por esa gangrena de siglas políticas.

De cualquier forma, y acabando ya, quería formular dos preguntas a esos doce periódicos, títeres de unos políticos que quieren poner en el patíbulo a un Tribunal, una Constitución y un Estado democrático: ¿La mejor manera de ganarse un respeto para unos pocos millones de personas es faltándoselo a todo un país? ¿Por qué reclamáis dignidad haciendo de la indignidad vuestra bandera?

martes, 17 de noviembre de 2009

Pirateando al Estado

Se ha resuelto el secuestro del "Alakrana". ¡Viva! ¡Hurra! ¡Bravo! ¡Olé! ¡Toma ya! Espero que se me perdone que mi alegría dure milésimas de segundo. ¿Debemos alegrarnos por uno de los grandes bochornos y vergüenzas de lo que va de año? ¿Por haber hecho el ridículo dentro y fuera de nuestro país? Yo, desde luego, no estoy dispuesto a tolerar, al menos no sin ciscarme antes convenientemente en la madre que alumbró a más de un bellaco o botarate, que de todo hay en esta historia de error y horror.
  • Somalia. Me parece infame e hipócrita que se olvide que buena parte de lo que ocurre en ese "país" (tiene más de tugurio que de nación) en los últimos años es culpa del mal hacer de la llamada "comunidad internacional" (esa banda de países superpoderosos con vocación de filarmónica y sonido de charanga): La intervención bélico-política iniciada en 1992 no hizo más que cambiar una situación malísima por otra pésima (dislate que rima con Afganistán e Iraq), el impune menoscabo con dimensiones de saqueo de los caladeros de sus costas por partes de pescadores de todo el mundo, la contemplación de esa región del mapa como un vertedero (otro más) que ocultar bajo la alfombra...Nadie debe olvidar esto para situar en su correcto contexto las tragicomedia del "Alakrana". No está en mi ánimo justificar el abyecto comportamiento de los homínidos con piel tan negra como su alma, pero sí llamar la atención de que cuando la salida más cómoda y fácil a una situación inestable es hacer el mal, siempre hay legiones de bastardos dispuestos a ser los más espabilados.

  • Hipocresía a toda vela. Siguiendo con el descenso al averno del despropósito, no quiero dejar en el tintero la actitud hipócrita y cobarde de los armadores y pescadores. Yo puedo entender que el negocio es el negocio y que hay que llevar pan a la mesa, etcétera. Pero también soy consciente de que armadores y pescadores saben perfectamente cómo está el patio y que aun así, vulneran leyes y se juegan el pecio y el pellejo ya sea para lucrarse o meramente sobrevivir. Por eso no me termina de convencer ni agradar la posibilidad de que todo un país tenga que aligerar el bolsillo para costear un comportamiento irresponsable y temerario. Ese dinero debería haber salido de quienes alientan, permiten o consienten que nuestros barcos se pasen por la quilla leyes y advertencias, máxime cuando se leen reveladoras informaciones sobre la facturación y ganancias anuales de los responsables del atunero...Así de sencillo.

  • Nuestra Armada. En apenas unos siglos, hemos pasado de la Invencible a la Risible. A tenor de su actuación a lo largo del conflicto, culminada con la traca final de la "liberación" (rendición previo pago), yo no sé si seguían órdenes, son unos tarados mentales o se la cogen con papel de fumar, pero lo que sí sé es que los barcos de plástico de "Hundir la flota" merecen mayor respeto y transmiten más seguridad que nuestra ¿armada?

  • La Justicia. Si alguien en este país todavía cree en la Justicia, debería ir pidiendo hora en el psiquiatra. Por un lado, ha demostrado que, cuando se quiere, la Justicia funciona a toda mecha (lo cual no es sinónimo de "bien"), agravando aún más la justificada indignación por el marasmo jurídico que vive España desde hace décadas. Por otro, ha evidenciado que nuestros próceres jueces e instituciones jurídicas no son más que unas marionetas (a placer o no) del Gobierno, que las ha metido en un embrollo supino con todo el asunto de qué hacer con los dos despojos importados directamente desde Somalia. Y, a medio camino entre una y otra vergüenza, una comedia: ¿Cuál es la edad de Abdu Willy? ¿Juega con muñecos o le da a la muñeca? ¿Tiene vello en los testículos o es sólo pelusilla? ¿Le invitamos a zumos o a cubatas?... ¡Vaya astracanada con toga!

  • La negociación. Todo lo hecho en este cisco constituye un manual de lo que no se debe hacer en una situación de este tipo: Demorar 47 días una solución que se podía haber adoptado inmediatamente (para ese viaje no se necesitaban esas alforjas...); sublimar la categoría de los piratas (y sus reivindicaciones) al poner como interlocutores de la negociación al Presidente, Vicepresidenta y Ministros de un Gobierno de un país civilizado; devaluar el prestigio internacional de un país cediendo sin rechistar al chantaje criminal; olvidar las posibles moralejas del precedente del "Playa de Baquio"; obviar lecciones de resolución de secuestros de este tipo como las legadas recientemente por Estados Unidos y Francia...Es difícil encontrar un cúmulo de fallos semejante, en serio. Con lo fácil que es recordar una máxima tan eficaz como ésta: "A los criminales, balas o condenas"...

  • El Gobierno. No voy a ser redundante ni reiterativo, pues sobradamente conocido es que yo a todos los integrantes del Gabinete del señor POE les mandaría un ramo de flores de la marca "Mateo Morral". Baste decir que con esta abominación política, diplomática y militar que han perpetrado con el secuestro del "Alakrana" empiezo a pensar que esta banda de ineptos, mentirosos y mezquinos está empeñada en convertir a Fernando VII en una ursulina y a Godoy en un ejemplo de integridad. El Gobierno que llegó por onda expansiva, el que no ha hecho nada acertado frente a la crisis económica, ahora consiente que se piratee al Estado y se rían de todos y cada uno de los ciudadanos de bien de un país. A mí, honestamente, me encantaría arrojarlos a todos, ellos y ellas, a la Fosa de las Marianas, con una rueda de molino de corbata, si no me diera cargo de conciencia contaminar el lecho marino...
Lo peor de todo no es tener la convicción de que se han hecho fatal las cosas, sino de estar "gobernados" por una panda de bellacos gilipollescos que se suben las enaguas para que rufianes de toda índole les violen con total impunidad y alegría. No sé a ustedes pero a mí me da un escalofrío pensar qué habría hecho este deleznable Ejecutivo aquel funesto julio de 1997. Duele saber que este Gobierno no estaría a la altura de Miguel Ángel Blanco, pero sí de un pirata somalí...¿Hasta cuándo vamos a tener que sufrirlo?

martes, 10 de noviembre de 2009

40 magistrales e inolvidables años

Barrio Sésamo está de cumpleaños y todo el planeta celebra su 40º Aniversario. La mítica creación del genial Jim Henson ha calado hondo en el corazón y la memoria de varias generaciones con la sencilla receta de enseñar divirtiendo o divertir enseñando, lo mismo da.

No descubro nada nuevo ni exagero un ápice cuando digo que esta antológica serie ha hecho más (y mejor) por la educación de los niños de este país que 31 años de Gobiernos democráticos y millones de padres incapaces o haraganes. Servidor, que creció con la entrañable tutela de Triki, Coco, Epi y Blas (y los nabucodonosorcitos), la rana Gustavo, el conde Draco, la gallina Caponata y compañía, jamás podrá olvidar que, junto a mis queridos padres, fueron estas marionetas las que pusieron los pilares de mi educación de una forma asombrosamente sencilla e insultantemente amena.

Todos estos personajes, que forman ya parte de la cultura popular tanto como de la memoria personal, son un modelo a seguir que muchos han querido imitar o pervertir, con resultados ora sonrojantes, ora ridículos (estoy pensando en los teletubbies, en los paupérrimos Lunnis), dotando así de mayor mérito y digno reconocimiento a la extraordinaria labor de quienes se colaron en la vida catódica mundial un 10 de noviembre de 1969.

Tan es así que Google, sensacional emblema del mundo en que vivimos, no ha dudado en dedicar su famoso logo a muchas de las creaciones del gran Jim Henson, el otro Walt Disney y responsable de otras series míticas como Fraggle Rock y El Cuentacuentos o de películas de culto como Cristal Oscuro o Dentro del Laberinto.

Por eso, a modo de homenaje y agradecimiento, quiero acabar este artículo con la recopilación de dichos logos conmemorativos...no sin antes decir a Jim Henson y a quienes han hecho y hacen posible el sueño de Barrio Sésamo: ¡GRACIAS, MAESTROS!

lunes, 9 de noviembre de 2009

Los otros muros de Berlín

Hoy se conmemora la caída de uno de los muros más infames y dolientes de la historia de la humanidad. Ya han pasado veinte años desde que terminó realmente la 2ª Guerra Mundial, porque no fue el 2 de septiembre de 1945 sino el 9 de noviembre de 1989 cuando todo el mundo quiso verdaderamente pasar página de una vez por todas con el deseo de que fuera para siempre...y ojalá que sea así.

No obstante, quiero aprovechar este hito superlativo para recordar esos otros muros que el ser humano ha de superar o destruir en pos de una convivencia y paz universal. Murallas reales o figuradas que siguen recordando cuánto le gusta al descendiente del mono comportarse como un gorila.

Así pues, animo desde aquí a todos los que esto lean a derribar los muros del capitalismo, el comunismo, el fascismo, el antifascismo, el populismo, el fanatismo, el integrismo, el fundamentalismo, el racismo, el analfabetismo, el terrorismo, el clasismo, el machismo, el feminismo,
el independentismo, la brecha digital y cualquier otro sistema, problema, fobia o ideología que separe, divida y margine a un ser humano. ¡Destrocemos esos muros! ¡Aniquilemos a quienes los defienden!

Este mundo en que vivimos no necesita muros, sino puentes y caminos. Está en nuestra mano construirlos. ¿Y tú a qué esperas?

viernes, 6 de noviembre de 2009

¿Amor con o sin compromiso?

Recientemente, he visto una reconfortante e inteligente comedia sobre las relaciones sentimentales en la juventud de hoy en día. El título, "500 días juntos". La impresión, inmejorable.

Esta afortunada película, dirigida por Marc Webb con guión de Scott Neustadter y Michael H.Weber,
se aleja de los típicos y tediosos estereotipos del cine comercial para, mientras los critica implícitamente, ahondar con contundencia, naturalidad e inteligente sentido del humor en la relación entre dos jóvenes en el que el chico (un convincente Joseph Gordon-Levitt) encarna la tradicional concepción femenina del amor (valoración del compromiso, primacía de los sentimientos sobre el instinto y las bajas pasiones, la fidelidad como mecanismo de respeto mutuo, altruismo emocional) y la chica (espléndida Zooey Deschanel), por su parte, representa el comportamiento que tradicional y feministamente se ha asociado a los varones (independencia y libertad sentimental-sexual, aversión a la fidelidad, hedonismo egoísta, desapego emocional, escepticismo afectivo).
Un trueque de roles sentimentales que, aunque pueda parecer estrambótico, está cada vez más instalado en la sociedad postmoderna que vivimos, siendo esta inversión algo especialmente palpable en la juventud en general y en las féminas en particular.

A lo largo del metraje, conducidos por una original narración no lineal, los espectadores son testigos del devenir de esa peculiar y azarosa relación, la cual entraña un curioso proceso de quijotización y sanchificación sentimental que, resulte amargo o no, es tan real como la vida misma. ¿Habrá final feliz? Tal vez...La respuesta está en el cine.

De la película sólo puedo añadir que es ciertamente recomendable, ya sea como comedia "romántica" (quien la vea sabrá el porqué del entrecomillado) o como demoledor y lúcido ensayo sobre las relaciones hoy en día. Y es precisamente en éste último ámbito en el que quiero centrar mis reflexiones hoy. "500 días juntos" esconde una suerte de manual de instrucciones para no naufragar por las procelosas aguas de las relaciones actuales (donde el lecho marino está lleno de pecios de buenos sentimientos y esqueletos de idealistas), especialmente si se es joven. Unas advertencias con amargas moralejas que se pueden resumir en las siguientes:

1- El compromiso del no compromiso. Hoy el compromiso, entendido como fidelidad y respeto al otro, está siendo devaluado (se utiliza por estética o retórica más que por convicción) o denostado (al asociarlo erróneamente con una mentalidad rancia, machista u obsoleta) o pervertido (como disfraz del egoísmo: "compromiso sí, pero sólo cuando me interesa"). Hoy lo más "normal" (sinónimo de infelizmente común) es que o bien no se ofrezca compromiso ni fidelidad alguna (como si su ausencia fuera la letra pequeña de un contrato relacional) o bien se exija de forma más o menos diplomática la permisividad en la libertad de acción (sentimental y, sobre todo, sexual). Lo más doloroso y lamentable es que esto, además de ser un (im)pacto cuya onda expansiva está aún por delimitar, es el mejor remedio para evitar desazones, depresiones o enfados mayúsculos cuando tu pareja te comenta o te
demuestra que no eres el único nombre en su corazón o cama. En definitiva, el compromiso ha muerto para despendolar el libre albedrío sexual.

2- La perversión del concepto "amistad". Actualmente, la amistad parece ser que da mucho de sí y hay quien la ha estirado como el chicle a la hora de justificar unos comportamientos hedonistas, despreocupados y egoístas. La bóveda de la amistad se ha ampliado hasta casi la distorsión con tal de dar cabida a actos y actitudes hasta ahora circunscritas al ámbito de la "pareja formal": ósculos y no precisamente en la mejilla, cópulas ocasionales, utilización del amigo/a como remiendo o parche eventual de tu pareja...Quizás no me equivoco si digo que bajo esta perversión y manipulación de los límites de la amistad se esconde la alergia al compromiso y la responsabilidad y el rampante gusto por el egoísmo sentimental-sexual. El amigo es concebido por no pocas personas (cada vez más jóvenes) como una especie de "compañero multifunción", una comparsa de las apetencias íntimas al que puedes utilizar a conveniencia sin escudarte en más justificación que "Sólo somos amigos". Esta idea es uno de los pilares de la trama de
la película y es ejemplarmente criticada en una elocuente escena.

3- La conciencia como interruptor.
No es de extrañar que ante un panorama tan hedonista
y egoísta, la conciencia se haya tornado para quienes llevan a la práctica esas indecorosas ideas en un interruptor que sólo encienden cuando se quiera aparentar dignidad, huir de problemas o ejecutar un rentable victimismo. La conciencia es algo demasiado incómodo para quienes no les preocupa ni el pasado ni el futuro ni ven más allá de sus propias narices o genitales. "Si la conciencia es un foco que nos muestra amargamente como viles retales de inmoralidad, más vale tenerla apagada" deben pensar...Lo cierto es que el hueco dejado por la ecuánime conciencia ha sido ocupado por una voraz desvergüenza.

4- Las chicas, de víctimas a verdugas. Con esto quiero decir que si antes eran víctimas del proverbial (y discutible) egoísmo y desconsideración de los chicos, ahora son ellas las que cosifican a los varones para su propio disfrute y utilidad, enarbolando los vicios y defectos arriba criticados. Se han invertido las concepciones y los roles, pero la injusticia sigue siendo igualmente reprobable. Ahora las sufridas dominadas son inmisericordes dominantes, un daño colateral más del estúpido feminismo que cambia una dictadura por otra. Ellas eligen, ellas hacen, ellas deshacen. No es una generalidad, ojo, pero sí una tendencia cada vez más expandida y evidente, especialmente en la juventud.

Si todas esas premisas subyacen en la estupenda "500 días juntos", habrá a quien no le sorprenda el desenlace de la película...o tal vez sí. Lo único seguro es que quien esto escribe, lo hace desde la experiencia propia y la sensatez y no desde la misoginia, porque tan malo e indecente es que lo que he criticado y comentado lo hagan los chicos como las chicas ya que, sencillamente, es algo vergonzoso e inhumano. Quizás escribo todo esto porque soy un romántico enamorado de los finales felices, dentro y fuera de una pantalla...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Con Aguirre, contra todos

Hace poco más de un año ya declaré mi pública aversión a los actuales integrantes del PP, rechazo que básicamente se traduce, por un lado, en que no volveré a votar a ese partido mientras su candidato y líder sea cierto compostelano y, por otro, en que intentaré no escribir con frecuencia en este blog sobre ese bochornoso partido (no llega a los niveles del PSOE, pero hiede igual). Si hoy dedico este artículo es porque, después de todo el tema "Gürtel" y "Caja Madrid", se me ha hinchado la paciencia...

  • Con Aguirre: Eficaz, carismática, valiente, sensata, hábil, contundente, íntegra, independiente... Esperanza Aguirre tiene las suficientes virtudes como para que sea la única persona del PP, exceptuando al excelso Rodrigo Rato, que se merece todas mis simpatías y apoyo. Quizás son esas mismas virtudes las que han levantado envidias en el seno de un partido que parece estar deseando que a la Presidenta del Gobierno y PP de la Comunidad de Madrid le lleguen sus particulares "idus de marzo". Quizás es que carecer de esas virtudes sea la tónica en un partido copado por inútiles, arribistas y mezquinos y de ahí que que quieran poner en la picota a la única persona junto al señor Rato que puede devolver al PP a lo que era y debería ser el principal candidato a relevar a un funesto y felón Gobierno. Aunque es obvio que Aguirre no es una santa y tiene su parte de responsabilidad en todo cuanto está ocurriendo, las evidentes injusticias y vilezas que se están cometiendo con ella y su equipo en los últimos tiempos sólo consiguen reafirmarme en mi apoyo a esta persona y mi repulsa a todos aquellos que quieren aniquilar políticamente a Esperanza Aguirre, empezando por la plana mayor de ¿su? partido.

  • Contra todos: ¿Qué me suscita el PP actual? Pues casi las mismas sensaciones que el Gobierno y el PSOE: vergüenza, asco, bochorno...Así pues, dispararé a discreción: Rajoy, un insulso, cobarde y acomplejado cretino que, como todos los tiranos avergonzados de sus propias carencias, se rodea de una corte de palmeros que son lo suficientemente estúpidos como para no hacerle sombra o lo suficientemente listos como para esperar a carroñear el cadáver del último gran error de Aznar, al tiempo que persigue con saña a toda persona capaz de dejarle en evidencia o eclipsarle. Mª Dolores de Cospedal, la escudera y matona particular del gallego, capaz de traicionar sin remilgos a la mujer que la catapultó políticamente. Soraya Sáez de Santamaría, un bonsai que da la suficiente poca sombra como para que le convenga a su "jefe". Manuel Fraga, un cadáver franquista que en el preciso instante en que perdió la cordura debería haberse jubilado en una caja de pino. Esteban González Pons, el hombre invisible encargado de decir sandeces que pocos ya creen. Javier Arenas, "er sulo cortijero" que es lo suficientemente avieso y oscuro como para sobrevivir pase lo que pase, igual que las cucarachas. Nacho Uriarte, el "niño bien" con pinta de oso gay esperando que quede vacante alguna plaza de mamporrero en las altas esferas...y así podría seguir con todos los primeros espadas del PP actual, la mayoría ex-aznaristas con la suficiente poca vergüenza como para consentir un viraje hacia el abismo con tal de seguir viviendo del momio y los titulares.

  • Contra Cobodrio: Es de esas raras personas que se merecen tanto los calificativos como los descalificativos y conseguir que se parezcan. Sus calificativos: Lacayo, escudero, palafrenero, felpudo, lugarteniente, gregario, esclavo, mancebo, siervo, vil, mezquino, hipócrita, mentiroso, marioneta. Sus descalificativos: Alimaña, rémora, parásito o, simplemente, desecho. Este humanoide con cara de pescado en mal estado y cuerpo contrahecho (fiel reflejo de su interior) me daría hasta pena si no fuera público y notorio que está encantado con su papel de títere de Ruiz-Faraón, el gran tumor maligno del Partido Popular. Vistas sus vomitivas y despreciables actuaciones, uno no puede dejar de lamentar que cierta dolencia no le retirara hace dos años de la vida (política).
En fin, visto el percal, lo mejor que podría hacer el PP por respeto a sus militantes, votantes y ex-votantes sería cerrar el partido y declararlo en ruina moral y profesional.

martes, 3 de noviembre de 2009

Si España fuera Hollywood...

...el finado José Luis López Vázquez tendría merecidamente más de un Óscar en su haber, una estrella en el Paseo de la Fama y una legión de mitómanos. Pero estamos en España, un país que actualmente babea, rebuzna y aplaude a unos actores que, en el mejor de los casos, quedan eclipsados por quienes les precedieron en años, talento, discreción, honestidad, genio e ingenio.

En España tenemos la insana costumbre de darnos cuenta de la valía de un actor una vez la palma mientras que en vida siempre tendemos a hacerles de menos en comparación con las rutilantes estrellas hollywoodienses. Esta injusticia, que no sufrirán la mayoría de nuestros actores actuales porque no se merecen ni siquiera eso, se ha cometido y se comete con todos aquellos grandísimos intérpretes que comenzaron su andadura en el magisterio interpretativo y cinematográfico en el franquismo. Me vienen ahora a la cabeza los nombres de los también difuntos Fernando Rey, Fernando Fernán Gómez, Agustín González, Manolo Gómez Bur, Pepe Isbert, Paco Martínez Soria, Juanjo Menéndez, Alberto Closas, Antonio Ferrandis, Paco Rabal...Auténticos fueras de serie, como lo son Alfredo Landa y Tony Leblanc, por citar unos vivos, a los que la gente ha mancillado con su ignorancia, cuando no con una extraña inquina por haber hecho cine durante el franquismo o despreciándolos por haber destacado en el arte de hacer reír, considerado por muchos cafres y snobs algo burdo y carente de mérito. Se desprecia a quienes no accedieron a la fama por ser cabezas de manifestaciones "progres" ni contertulios papanatas, a quienes fueron fieles a sus ideas y discretos en sus declaraciones, a quienes prefirieron ser actores antes que mascotas de un partido político, a quienes en el talento tenían su mejor carta de presentación. Así nos va...

Yo lo único que sé es el que el cine español ha perdido a su Jack Lemmon, el hombre capaz de hacer perfectamente al ciudadano medio de este país fuera cual fuera el género de la película. Un actor que, de haber nacido en Norteamérica hoy sería, con todo derecho, un mito universal del Séptimo Arte, como tantos otros que han muerto entre la minusvaloración y la indiferencia de sus compatriotas españoles. Descanse en paz, maestro.