lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Geek? De toda la vida

Recientemente, por casualidades del surfeo on line, he visto un curioso e ingenioso vídeo que plantea una amena y, a mi juicio, acertada revisión del significado del término geek. Porque, si bien hoy en día se suele manejar dicha palabra para etiquetar a una persona fanática de las nuevas tecnologías, lo cierto es que este vocablo alude a una actitud que no debe circunscribirse exclusivamente al ámbito tecnológico.

¿Qué actitud? La de estar abierto al progreso y formar parte activa de la evolución intelectual, técnica, científica y, en definitiva, social. Hoy el futuro orbita en torno a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) igual que antaño lo hizo alrededor de la invención de la rueda, el desarrollo de la arquitectura civil, los viajes más allá de los límites conocidos o la investigación en Física, por poner ejemplos extraídos del vídeo. Por tanto, aceptando como válida esta extrapolación semántica, podemos afirmar que geeks han existido siempre, desde el mismo momento que a un audaz homínido le dio por caminar erguido sobre sus dos pies para perplejidad del resto de sus congéneres.

Lógicamente, ser pionero en algo o anticiparse a lo que un día será usual son decisiones sólo al alcance de muy pocas personas, por la valentía y apertura de mente que se requiere. De ahí que la connotación marginal o minoritaria del término que nos ocupa no sea peyorativa, sino bastante descriptiva y, en cierto modo, elogiosa de quienes no temen salirse del dictado o paradigma imperante y situarse en la soledad de la vanguardia. Un atrevimiento que tiene una estupenda recompensa: Disfrutar del porvenir antes que la mayoría.

En definitiva, hora es ya de enterrar el uso del término geek como retorcido sinónimo de friki o inadaptado, porque son estos "fans de la evolución" los que contribuyen decisivamente a la prosperidad y el desarrollo, ya que de nada servirían las ideas revolucionarias ni los avances científicos si no hubiera nadie dispuesto a asumirlos en su vida diaria. Los "geeks" son los primeros en caminar por el futuro. Que nadie olvide ni menosprecie eso.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Un poco de insecticida, por favor

¿Qué hay dentro de la mente de Zapatero? ¿Cuál es el género de Falete? ¿De qué planeta procede Karmele Marchante? ¿Por qué fingen los luchadores de wrestling? ¿En qué trabaja la Familia Real? ¿A qué miran los moáis? ¿Qué consume Karlos Arguiñano antes de salir ante las cámaras? ¿Con qué se tiñe Mariano Rajoy?¿Por qué todo el mundo desvía la mirada dentro de un ascensor? ¿Dónde diantres está la Atlántida? ¿Cómo se puede uno librar de los teleoperadores? ¿Es Belén Esteban la primera oleada de una invasión extraterrestre? ¿El jeta nace o se hace? ¿Se quedan sin saliva los lameculos? ¿Induce al suicidio escuchar la música de Álex Ubago? ¿Cuánta vida hay en el suelo de un váter público?¿Quién me ha robado el mes de abril?...Todas ellas son inquietantes cuestiones que flotan en el inconsciente colectivo de los españoles desde hace tiempo. Yo tengo otra: ¿Por qué se sigue emitiendo "El hormiguero"?

El programa de Cuatro (neuronas), cuyo nombre va de perlas para reflejar la altura física e intelectual de su responsable, ha sido recientemente objeto de una curiosa polémica a propósito de la entrevista perpetrada contra los protagonistas del, por cierto, interesante film "La red social"; una escena en la que el más cretino de todos los hobbits, también conocido como Pablo Motos, volvió a demostrar que la estupidez suele ir acompañada de una absoluta falta de complejos

Dejando a un lado la posterior y exagerada reacción de Jesse Eisenberg, lo cierto es que razones no le faltan para abjurar de su paso por un espacio televisivo en la que el menguado engendro barbilampiño y su patulea de colaboradores se dedican al curioso cometido de hacer el idiota, cuando no simplemente a actuar como perfectos bobos de baba. Quizás a Motos y sus colegas se les ha pasado por alto que "ir de graciosos" es algo muy distinto a "ser graciosos". ¿Por qué? Porque la gracia requiere inteligencia y un mínimo de preparación, virtudes ambas que brillan por su ausencia en  el interior de "El hormiguero", será porque no caben o porque la vanidad no combina muy bien con el talento y de aquella  "Pocket Motos" va sobrado. 

Una cosa es querer hacer un programa original, desenfadado y con el (buen) humor como base y otra muy diferente realizar un programa cuyo guión parece escrito por un politoxicómano de cinco años; los colaboradores, abducidos de un botellón; y las entrevistas a los invitados, preparadas cinco minutos antes en el inodoro. Cualidades todas ellas que hacen de "El hormiguero" un estupendo candidato a engrosar la lista de programas sépticos como "Chulos, putas y viceversa", "Sálvame de Belén Esteban", "Las chonis de la corona", "La noria de las vanidades", "Enemigos íntimos de la vergüenza", "Supervivientes (por desgracia)", "Mercedes Milá Show", "Resistiré este horror","Dónde estás carroña", "El diario de la chony","El intermedio de la nada", "Vuélveme boba"...

La culpa de esto no la tiene Motos, que ya era así antes de "El hormiguero", sino quien mantiene en emisión un programa de vergüenza ajena cuyo público objetivo, a juzgar por la calidad de  sus contenidos, debe ser o bien los inquilinos de un jardín de infancia o bien los habitantes de un frenopático, con todos los respetos para unos y otros.

En definitiva: ruego encarecidamente que alguien extermine televisivamente a los memos de "El hormiguero", aunque sólo sea para evitar que los extranjeros que acudan a él salgan con la idea de que España es un país de gilipollas.

martes, 16 de noviembre de 2010

"Scott Pilgrim vs El mundo": Oda la generación friki

El pasado fin de semana vi en el cine "Scott Pilgrim contra el mundo": divertida, ingeniosa, original y llamativa a rabiar, esta película de Edgar Wright, basándose en la exitosa saga de cómics de Bryan Lee O'Malley, es, de lejos, el mejor retrato generacional que conozco de esos jóvenes que han crecido al amparo de los videojuegos, los tebeos, el cine palomitero y la música; jóvenes que han hecho de sus vidas una apuesta por la originalidad y una marginación voluntaria de las convenciones imperantes; una juventud que ha encontrado en seres ficticios de dos dimensiones estupendos referentes, compañeros y vías de escape para un mundo no lo suficientemente atractivo; gente como yo que recibe la etiqueta de "friki" por una sociedad tendente a premiar lo plúmbeo, lo previsible y la homogeneidad
Atendiendo sólo a su ámbito cinematográfico, "Scott Pilgrim contra el mundo" es una estrafalaria e hilarante comedia romántica  de corte "indie" en la que el lozano protagonista, Scott Pilgrim (sensacional Michael Cera), desafía a todo y todos con tal de lograr el amor de una peculiar y misteriosa chica que le deparará más de una sorpresa, dolor de cabeza, contusión...e incluso besos.
Trufada de guiños al mundo del noveno arte, a los videojuegos, al manga/anime y a la "cultura pop", la cinta destaca especialmente en el apartado visual (brillante híbrido de cómic y videojuego) y sonoro (fantástico y demoledor surtido de canciones), lo cual supone un  perfecto envoltorio para un  producto imaginativo y divertido que proporciona un amenísimo rato para el espectador, especialmente si comparte con los responsables del original y su versión fílmica su amor y admiración por esos mundos bidimensionales que tantísimos buenos ratos nos han hecho y hacen pasar. 
¡Viva Scott Pilgrim! ¡Larga vida a los frikis!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Obituario de un portento

Ayer el cine español y, por ende, la cultura  española perdieron a uno de sus hombres más merecidamente brillantes: el maestro Luis García Berlanga. Lúcido, talentoso y modesto, Berlanga puede ser considerado con razón uno de los cineastas más brillantes que ha dado, no ya España, sino Europa al séptimo arte en su centenaria historia. Un director que no sale en absoluto mal parado de comparaciones con genios inmortales como, por ejemplo, Billy Wilder, con el que, por cierto, entroncaría por el dominio de ambos de un humor irónico e inteligente de poso amargo.  No en vano, Berlanga lo único que tiene que envidiar a los mitos de la dirección hollywoodiense es que ellos tuvieron un país que les valoró como merecían....

Habilísimo retratista social y excelente crítico de los pecados y vicios que han formado parte indeleble de la historia española del último medio siglo, Berlanga fue quizás el miembro más brillante de esa hornada de directores españoles (Bardem, Nieves Conde, Forqué...) que demostraron que el ingenio es el único color que necesita el blanco y negro...o que la censura jamás puede ni podrá eclipsar la luz del talento.

Para la posteridad quedan joyas como "Bienvenido, Mister Marshall", "Calabuch", "Los jueves, milagro", "Plácido" o "El verdugo", películas para la admiración y reflexión de quienes, como yo, echaremos de menos a portentos de esta magnitud y brillantez sin parangón ni relevo...

Descanse en paz.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El hombre de hielo

Recientemente, he concluido la lectura de "El hombre de hielo", detalladísima biografía realizada por el periodista Philip Carlo de uno de los mayores y más desconocidos asesinos del siglo XX: Richard Kuklinski. Responsable de más de 200 asesinatos, Kuklinski es un fascinante y típico ejemplo de psicopatía: Infancia tortuosa marcada por unos padres extremadamente violentos, irresponsables, y patológicos (alcoholismo paternal, extremismo religioso maternal); juventud en un ambiente insanamente pendenciero y mafioso; y madurez al abrigo de las grandes familias de la Mafia norteamericana, que avivaron, gratificaron y se aprovecharon del gran talento de este hombre: Matar con suma efectividad y nulos remordimientos. Terminadas de leer las más de 500 páginas de la historia de Kuklinski, tengo claro que él ni nació ni se hizo asesino; le hicieron; y esto no quiere decir, bajo ningún concepto, que yo le exculpe de las atrocidades que cometió. Tuvo una vida lo suficientemente atípica y desgraciada como para que se convenciera, desafortunadamente, de que lo único que hacía sin problemas era matar.


Sin embargo, dejando a un lado su acongojante currículum como "hitman" o sicario de la Mafia, lo que más me ha llamado la atención de esta biografía es otro rasgo que suele acompañar en no pocas ocasiones a los psicópatas o los asesinos en serie: Que nadie de su entorno más cercano, incluyendo su propia familia, se percató de la monstruosa doble vida que llevaba Richard Kuklinski hasta que lo detuvieron. ¿Por qué? Porque este despiadado asesino fue, sorprendentemente, un marido, padre y vecino ejemplar; exceptuando, eso sí, los ocasionales ataques de furia que se apoderaban de él y que desembocaban en episodios de lo que hoy llamamos "violencia doméstica". Más, incidiendo en este transtorno bipolar entre el ángel y el diablo, no puedo dejar de preguntarme cuántos monstruos acechan tras luminosas y bondadosas fachadas...

De todos  modos, siendo sincero, el único motivo que tengo para reprobar  sin paliativos al apodado "hombre de hielo" es el mismo del que él se arrepintió profundamente todos los días de su truculenta vida: las brutales peleas con su mujer. Es decir, que no lo repruebo como asesino. ¿Por qué? Porque casi la totalidad de los hombres (no mataba ni a mujeres ni a niños) que asesinó , por iniciativa propia o por encargo, pertenecen, para mí, a la escoria de la sociedad: matones, estafadores, traficantes de armas o drogas, sicarios, pedófilos, ladrones, vagabundos camorristas...¿Merece gentuza de esta ralea vivir? Para mí, no. Al menos no en un mundo donde la Policía y la Justicia fallan más que una escopeta de feria. Por tanto, ¿qué hay de malo en erradicar a esa bazofia humana de una forma segura y definitiva? ¿Qué hay de malo en borrar de la faz de la tierra a esos bellacos sin escrúpulos? ¿Qué hay de malo en privar de cualquier derecho a gentuza repugnante como la referida? Sólo una cosa: Que solamente podemos esperar que nos libre de ellos alguien como Richard Kuklinski...Y eso es lamentable.

Igual que lo es cómo se comportó la Policía con la familia de Kuklinski en el momento de su detención o la sospechosa muerte de éste en la cárcel justo cuando estaba a punto de tirar de la manta en un escándalo de primera magnitud que habría estremecido los pilares judiciales, legales y policiales de Estados Unidos: el bochornoso pacto de las autoridades norteamericanas con un mafioso vil y traidor como fue Sammy Gravano.

En definitiva, "El hombre de hielo" es un libro que supera a muchos de los mejores "thrillers" que nos ha brindado la ficción en las últimas décadas y un interesante motivo para reflexionar sobre lo siguiente: ¿Qué clase de sociedad es ésta que convierte en una bendición a un monstruo como Kuklinski? Quizás la misma sociedad donde los policías son unos cobardes, los jueces unos ineptos y los criminales pueden vivir con insultante comodidad...