lunes, 3 de diciembre de 2012

"La vida de Pi": La historia de Richard Parker

Este fin de semana se ha estrenado La vida de Pi, película dirigida por el oscarizado Ang Lee y basada en la novela homónima de Yann Martel. Una película con varios errores que, sin embargo, resulta una obra bastante interesante gracias a su ingenioso desenlace.

El film, uno de los más esperados y rumoreados para los próximos Óscars, cuenta el peculiar tránsito de Pi Patel de la niñez a la madurez, su pérdida de la inocencia, su consecución de la consciencia, su renacemiento como adulto. Un tránsito motivado por una tragedia (el naufragio del carguero en el que viaja rumbo a Canadá desde su India natal junto a su familia y los animales del zoológico familiar) que lo empuja a aceptar forzosamente la llamada de la aventura, cambiando su vida para siempre. Es decir: una historia iniciática en toda regla. Un viaje del héroe o, mejor dicho, del náufrago. Nada nuevo bajo el sol. Y es que, dejando aparte el perfecto acabado visual de la película, el gran interés a priori no está en la arquitectura interna de la historia sino en una cuestión más superficial y retorcida: ¿cómo leches sobrevive un chico en medio del océano en una barca con un tigre llamado Richard Parker?

Decía antes que La vida de Pi es una película con varios errores. En mi opinión, sus fallos son:
  1. Historias así se pueden abordar de varias formas (ñoña, dramática, poética, cómica y épica). Ang Lee pretende hacerlo desde todas a la vez y provoca que el espectador no sepa con qué clave interpretar lo que ve durante buena parte del metraje: ¿Me tengo que emocionar? ¿Me debería descojonar de esto? ¿Me quedo sin habla? ¿Me pongo a pensar? ¿Me tenso? ¿Qué puñetas hago? 
  2. Otro error, este bastante habitual en la filmografía de Ang Lee, es el ritmo lento y la redundancia a la hora de realizar/montar la película. Dicho de otra manera: se podrían eliminar bastantes elementos/partes y la historia no se resentiría sino que ganaría en intensidad y el espectador lo habría agradecido. Pero no, Ang Lee sigue cargando sus narraciones cinematográficas con un lastre prescindible, poniendo a prueba la paciencia y el interés del espectador. Quizás es que el director sigue creyendo que su característico preciosismo es incompatible con la concreción.
  3. El ordenador "canta" demasiado en varias escenas y eso, si no estamos en Pandora, Narnia o una galaxia muy muy lejana, no es muy aceptable.
  4. Realismo y fantasía son agua y aceite, a no ser que estemos hablando de realismo mágico. Y, aun así, esta historia, tal y como está contada/filmada/mostrada, es en demasiados momentos tan obvia y escandalosamente inverosímil que bordea el absurdo y cuesta saber dónde quiere ir a parar Pi, Ang Lee y la madre que los parió.
Como solución a todos estos problemas, Ang Lee apuesta por la belleza como remedio, distracción y sedante. Y lo hace de una forma tan decidida que parece claro que el narrador (Lee/Pi) no quiere convencer sino epatar y maravillar. En ese sentido, en La vida de Pi se sacrifica la verosimilitud en pos de la belleza, de lo estéticamente indescriptible, de "lo-imposible-pero-que-queda-bonito". Y es precisamente eso lo que salva la narración/película de naufragar como el carguero de la ficción, siempre y cuando aceptemos que ir a la deriva es mejor que no irse a pique. Porque la película, durante buena parte de sus casi dos horas, parece ir tan a la deriva como la barca de Pi...

Y digo "parece" porque es en el acto final cuando emerge incontestable el gran acierto de la película. Un giro. Una sorpresa. Un cambio de rumbo que la lleva con éxito a la orilla. Es entonces cuando el espectador descubre que todo tenía un sentido. Que lo inverosímil era premeditado. Que lo hueco y artificioso escondía algo hondo, humano y espiritual. Que la lucha del protagonista es contra la naturaleza, sí, pero la humana. Que la realidad estaba más allá de la fantasía. Que de lo que habla esta película no es de un chaval indio puteado en medio del mar sino de algo mucho más profundo. Que,en el fondo, la vida de Pi es la historia de Richard Parker.

Lo cierto es que La vida de Pi es una fábula sobre la condición humana. Un cuento sobre la imaginación como única vía para asimilar el mundo y todo lo que no queremos o no somos capaces de entender. Una interesante reflexión sobre si la fe, las religiones, las creencias no son más que fantasías con las que elegimos disfrazar el mundo real y dar un sentido a la vida. Un inmenso y poético interrogante sobre el hecho mismo de ser y creer. Sólo por eso merece la pena tolerar los fallos de la película y dejarse llevar por Pi, embarcándonos en un viaje al final de cual quizás nos encontremos nosotros mismos.

5 comentarios:

Unknown dijo...
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Unknown dijo...

Tu mirada occidentalizada no te deja ver mas allá de la superficie de la película. Crítica superficial y previsible.

Javi Crespo dijo...

Gracias por compartir tu opinión.

manipulador de alimentos dijo...

Hay un cierto resabio a religiosidad de pandereta en 'La Vida de Pi' cuando ya de por sí exuda espiritualidad por los cuatro costados. Por momentos me pareció apreciar fogonazos de Spinoza, ya sabéis, ese identificar a la naturaleza con Dios. Aún así, sus cuatro 'oscar' han resultado toda una sorpresa. No debería serlo: la factura de la película es impecable y las interpretaciones, incluida la del tigre, son formidables. Me esperaba algo más peñazo. Si te pasa lo mismo, dale una oportunidad, que igual te sorprende. Un saludo!!!

Anónimo dijo...

Esta película a sido algo asombroso...tenga sus errores o no..es estupenda y magnifica..por que..¿quien es perfecto en esta vida? Pues la película tampoco tiene por que serla...al igual que dios te da..te quita.. Si os dais cuenta esta película a conseguido que cada uno de vosotros de su opinión, es decir, cada persona tiene su pensamiento libre ante lo inexplicable..hay a veces que sabemos la realidad,pero no la queremos ver de esa manera..si no preferimos taparla pero sigue siendo lo mismo..Nosotros elegimos la forma de llevar y afrontar las cosas..pero en los momentos dificiles necesitamos siempre a alguien que este con nosotros para no sentirnos desamparados sin nadie que nos guie y nos pueda echar una mano... Seguir dando vuestras opiniones..como dice la película la duda siempre va estar..un saludo