viernes, 12 de marzo de 2010

Delibes, el último de los grandes

Ha muerto Miguel Delibes. Gran periodista, excelso escritor, sensacional persona...con Delibes el periodismo, la literatura y España pierden a uno de sus mejores referentes y yo, al autor cuyas obras me hicieron soñar con seguir su camino. Por esto, este artículo no será un obituario al uso ni una reseña o semblanza de las que se acostumbran en estas ocasiones.

Delibes fue, es y será, junto a Pío Baroja, el autor que, en primera instancia, alimentó en mi niñez la afición por disfrutar de la lectura y, posteriormente, la pasión por escribir. Ambos son mis padres literarios (después "llegaron" a mi vida Valle-Inclán, García Lorca y Cela, en lo literario, y Larra y Pérez-Reverte, en lo periodístico) pero era el castellano quien tenía más afecto e influencia en mí. Espejo en el que mirarme, a él le debo muchísimas de mis mejores horas de ocio y evasión y buena parte de mi modesto estilo literario. Por eso, espero que se entienda que la pérdida de este hombre sea para mí especialmente dolorosa.

Orfebre de la lengua, incomparable descriptor de la naturaleza (del hombre y de la otra, en proporciones inconmensurables en ambos casos), artesano de los sentimientos, quintaesencia de las virtudes de las gentes castellanas (cuya sangre corre honrosamente por mis venas), maestro de la sinceridad...Delibes encarna para mí todo lo que yo sólo puedo soñar con ser en lo literario y en lo personal. Con él concluye la que en mi opinión es la edad de plata de las letras españolas (iniciada por la generación del 98, continuada por la del 27 y encumbrada por los autores de la posguerra) que poco tiene que envidiar al Siglo de Oro. ¿Después de él? La nada. Un erial donde el marketing y el esnobismo se encargan de disimular la obscena falta de talento y la miopía intelectual y emocional que caracteriza a la mayor parte de los "literatos" actuales.

Leyendo a Delibes disfruté de la lectura, leyendo a Delibes amé el noble oficio de escribir, leyendo a Delibes conocí buena parte del alma del ser humano. Por eso, creo que más vale concluir aquí este artículo en memoria de Don Miguel si con ello consigo que te abalances sobre cualquier ejemplar de una de sus obras, no importa el título. Yo guardo especial recuerdo de dos: "El camino", con la que le conocí, y "El hereje", con la que le despedí. Pocas veces la lengua castellana y el idioma español han alcanzado tan altas cotas de calidad literaria y hondura emocional. Descansa en paz, Miguel...te veo en los libros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Retrató como nadie , el mundo rural de su amada Castilla.Reflejó en casi todas sus novelas la pasión por la naturaleza , plasmó todos los vocablos populares en multitud de refranes y dichos.Deja un legado prolífico e importante, personalmente , me quedo con "El camino" novela que leo y releo más de una vez.Descanse tranquilo debajo de la sombra de su cipres.
MARIA

Anónimo dijo...

muy chulo el artículo de Delibes, cómo se nota cuando se escribe sintiendo de verdad (no como cuando se habla de política)...ha quedado muy especial y entrañable, como el que escribiste sobre tu perrito,,,