miércoles, 17 de marzo de 2010

"Green zone": Mentiras demasiado arriesgadas

Hoy he visto la película "Green zone", del siempre interesantísimo y honesto director Paul Greengrass, autor de conmovedoras maravillas como "United 93", "Omagh" o "Bloody sunday" y de entretenidísimos thrillers como los de la saga Bourne. La película, ambientada en los días posteriores a la invasión bélica de Iraq en 2003 y basada en un libro me imagino que francamente interesante (a juzgar por su traslación cinematográfica), es superficialmente un ameno thriller de acción y espionaje amparado por la zona que da título a la cinta y cuyo eje argumental es la supuesta existencia de armas de destrucción masiva.

Si nos quedáramos con eso, tendríamos una estupenda película para pasar un buen rato. Pero es que "Green zone" no es sólo eso. Es, en el fondo, la mejor crítica que he visto en la gran pantalla al despropósito pepretrado por EEUU y cía en Iraq, un cisco asentado en argumentos falsos (la tenencia de armas de destrucción masiva), alentado por ignorantes, en el mejor de los casos, o sinvergüenzas, en el más común de ellos, y cuyo coste en vidas inocentes (en todos los "bandos") roza lo obsceno.

"Green zone" es una película de héroes, villanos y antihéroes, como cualquier film de este género, pero también es una cinta honesta que se limita a reflejar sin saña pero con
contundencia, con inteligencia pero evitando la suficiencia, el papel asumido por burócratas, militares, medios de comunicación y civiles en un conflicto que ya antes de comenzar hizo bueno el aforismo "En una guerra, la primera víctima es la verdad". Esta obra del británico Greengrass muestra el poder de la mentira, tan infamante como letal, y, además, evidencia sin remilgos la absurda, caníbal y cainita rivalidad (analizada magníficamente por Bob Woodard en su libro "Negar la evidencia") entre distintos estamentos y agencias norteamericanas, cuyo resultado es el caos político, logístico y militar que todos conocemos desde hace años en aquella región.

Con una red de secretos, mentiras y traiciones a varias bandas como la existente en Iraq, era bastante previsible que algún avispado director hiciera de ella el telón de fondo perfecto para un thriller, como así ha hecho Greengrass en esta película protagonizada por un valiente Matt Damon, no tanto por el alférez que interpreta (que también) sino por la honradez y madurez política que demuestra al encabezar esta producción que escocerá (y mucho) en varios despachos a lo largo de todo el mundo.

En definitiva, "Green Zone" es una película que quizás por su género pueda caer injustamente en la desconsideración, pero que atesora todas las virtudes (cinematográficas y morales) de las que adolece el film al que los recientes (y desafortunados) Óscar han convertido en uno de los más sobrevalorados de todos los tiempos: "En tierra hostil". Es lamentablemente curioso como dos películas ambientadas en la misma región y utilizando el mismo conflicto como marco argumental pueden ser tan distintas...Supongo que el factor diferencial es el talento y la honradez, dos de los distintivos de Greengrass.


1 comentario:

Javi Crespo dijo...

Respecto al tema de la guerra, yo no me considero pacifista (si de mí dependiera, invadiría parte de Latinoamérica y una buena porción de Oriente Medio, por ejemplo). Lo que no soporto, en general, es la mentira y el sostén o pretexto de la guerra de Iraq en 2003 fue una puñetera trola.