domingo, 26 de agosto de 2012
La huella de Armstrong
Ha muerto Neil Armstrong. El mítico tripulante del Apolo 11 que extendió la frontera de la Humanidad. El hombre que holló un lugar reservado para los sueños y la ficción. El ser humano que se coló en el territorio de los dioses. Una pequeña gran nota a pie de página en la historia del cosmos.
Dejando a un lado las teorías de la conspiración, Armstrong encarnó y encarna la mayor hazaña realizada por el hombre: Poner un pie en la Luna. Un símbolo de la capacidad de vanguardia y progreso que hay dentro de cada ser humano y del potencial de la humanidad como colectivo de ideas y esfuerzos. Armstrong es ya para siempre sinónimo del progreso científico y tecnológico de la Humanidad.
Es un recordatorio perfecto de lo que podemos llegar a ser y hacer, pero también una invitación para la reflexión más crítica: Actualmente la Humanidad no puede repetir la hazaña del Apolo 11 ni superarla. Por falta de dinero, ideas, interés, talento o altura de miras, pero no puede. Y eso es un buen argumento para cuestionar el grado de avance de la Humanidad. ¿En qué medida hemos progresado si no somos capaces de emular o sobrepasar un hito logrado hace más de 40 años?
La huella de Neil Armstrong, hoy más inmortal y legendaria que nunca, fue en sus propias palabras "un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad". Ojalá demos en un futuro otro paso así.
viernes, 24 de agosto de 2012
Injustice for all
"Se ha perdido la Justicia. Se ha violado la Justicia. Se ha ido la Justicia". Así dice la letra de una mítica canción de Metallica, ...And Justice for all. Pero también podría ser la mejor reflexión respecto a dos noticias que han marcado este verano.

La otra noticia, internacional: la condena a 21 años de cárcel para Anders Behring Breivik por el asesinato de 77 personas en Noruega. Vamos, que el coste por la vida inocente en ese país está a casi 100 días por personas. Es decir, que por poco más de tres meses puedes estar en paz con la Justicia si te cargas a alguien. Noruega, todo un Valhalla para los asesinos. Y si no lo es, desde luego, lo parece.
En definitiva, que la vida de un inocente no vale una mierda. Y la Justicia, menos. Y es que, como dice la canción de Metallica, el martillo de la Justicia te aplasta. Pues eso.
lunes, 20 de agosto de 2012
Hace diez años...
...en un lugar de Navarra llamado Estella, yo apuraba mi última experiencia profesional como periodista. Un largo e intenso verano que puso el punto y final (al menos, de momento) a la que es y será siempre mi profesión. Una que ejercí viviendo intensamente cada dificultad y oportunidad en el Diario de Navarra. Y lo hice no en una vasta redacción llena de gente y ruido, sino en la discreta delegación de Estella. Gracias a ello, comprendí que el tamaño y la importancia real de un lugar no la dan las grandes dimensiones y números sino las pequeñas cosas que lo configuran.
Aquél fue el segundo verano que pasé profesionalmente en la redacción de Estella. El primero, un año antes, lo hice como becario, y el segundo, como amigo. Ambos, como periodista aún en ciernes (apenas acabada la carrera). No sé hasta qué punto ese estado de inocencia y virginidad periodística me ayudó o me perjudicó. Lo que está claro es que desde el primer hasta el último día que pasé en la delegación de Estella aprendí que, en el fondo, el periodismo lo hacen personas para personas y que la humildad es el camino más corto para hacer bien las cosas. No en vano, allí, si se quería ser útil de verdad, no te podías permitir el lujo de dedicarte en exclusiva a algo: Redactor, reportero, entrevistador, cronista, fotógrafo, maquetador... Mentiría si negara que, especialmente el primer verano, para mí fue todo un shock tener que trabajar de aquella manera, creyendo, estúpida y erróneamente, que yo allí no iba a aprender nada, que el chico de Madrid iba a dar una lección a todos los que se encontrara por el camino, que yo estaba allí única y exclusivamente para "exhibirme" como redactor. La ignorancia es osada. La gilipollez, más. Pocas veces me ha gustado tanto descubrir que estaba equivocado.
Fiestas locales (chupinazos, procesiones, festejos varios), encierros (visita al hospital incluida), comidas populares (la receta de ciertas "pochadas" parece tan secreta como la de la coca-cola), noticias de lo más variopinto y peculiar (una de las primeras que escribí fue sobre unas campanas nuevas para la iglesia de un pequeño pueblo), encuestas (donde mi timidez y procedencia me las hizo pasar putas en ocasiones), entrevistas (entre ellas, aún recuerdo la que hice a un cantaor tan estrafalario como interesante llamado Paco, el Lobo), competiciones deportivas, reseñas de obras de teatro...En la redacción de Estella aprendes de todo un poco...y muy bien.
No obstante, el propósito de este artículo no es hablar de mí ni contar batallitas, sino homenajear a las personas que dieron/dan carácter al Diario de Navarra y ponen cara a mis recuerdos de esos dos veranos. Porque, sin lugar a dudas, fue gracias a esas personas que aprendí en esos meses más que en cuatro años de carrera (sin desmerecer en absoluto a los fantásticos profesores y compañeros que tuve en la universidad). Una plantilla a la que respeto y ante la que me quito el sombrero profesionalmente. ¿Quiénes? Pues...María Puy Amo, que inauguró con firmeza la lista de mujeres para las que he trabajado (y trabajo); Fernando P.Barber, un periodista interesante que parecía sacado de una novela de su colega Ray Loriga y que me enseñó a no renunciar a mi estilo personal; Rosana Aramendía, que demostró que la profesionalidad luce igual sin importar ciudad ni periódico; Marcos Sánchez, un crack de la sensatez y la templanza; Irache Castillo, una chica de lo más divertida y mi primera amiga (que no la última)en esa redacción; José de Astería, un hombre bueno del que aprender siempre y que me demostró que la pasión periodística no tiene fecha de caducidad; Myriam Munárriz, pura personalidad y carácter dentro y fuera de la redacción; y Diego Echeverría, quien, junto a Puy y Montxo, me enseñó que una buena historia cabe dentro de una sola fotografía.
Desde entonces, han pasado diez años y no he vuelto a trabajar como periodista, pero, gracias a lo vivido en aquellos dos veranos y a la compañía que tuve, nunca me voy a arrepentir de haber estudiado y ejercido una profesión que, más allá de la lealtad a la verdad, consiste en contar historias con honestidad y humanidad.
martes, 14 de agosto de 2012
"Elefante blanco": Los renglones torcidos
Cualquier película en la que intervenga Ricardo Darín siempre me llama la atención, por el interés de sus proyectos y por la solvencia y calidad de sus interpretaciones. Por eso, he visto Elefante blanco. El film gira en torno a las penurias existenciales y sociales de un grupo de sacerdotes y asistentes sociales en una zona profundamente marginal y conflictiva de Buenos Aires. Pero, de lo que realmente trata esta película, es del conflicto entre fe, vocación y realidad. En ese sentido, no deja de ser simbólico y revelador que el colosal hospital inacabado donde malviven los protagonistas y que da título a la cinta represente el fracaso de las esperanzas y, paralelamente, la resistencia del compromiso.
La película funciona muy bien a la hora de suscitar en el espectador interesantes reflexiones que te agarran del cuello y no te sueltan hasta que te animas a responderlas. Cuestiones como ¿qué es la fe?, ¿es la última reacción ante la adversidad?, ¿es el placebo de los idealistas?, ¿se puede tener fe en Dios y en el hombre a la vez?, ¿nos da la sociedad actual motivos para creer?, ¿puede un sacerdote perder la fe sin renunciar a su vocación?, ¿puede un agnóstico encontrar a Dios en el activismo social?, ¿cuál es la auténtica cara de la religión: la predicada desde un púlpito o la que baja al barro y se abre el alzacuellos?, ¿hay futuro para una sociedad perdida en sus propias contradicciones?, ¿Dónde está Dios cuando los más desfavorecidos le necesitan?...Preguntas incómodas, como lo fue la famosa afirmación de Santa Teresa de Jesús: "Dios escribe recto pero con renglones torcidos".
Además de ello, Elefante blanco cuenta entre sus virtudes con unas interpretaciones muy solventes de su trío protagonista (Ricardo Darín, Jeremie Renier y Martina Gusman) y del crudo retrato del ambiente de miseria de Ciudad Oculta. Todo ello hacen de esta película un film creíble, áspero y humano que compensa con valentía y honestidad su carácter irregular.
Y es que, pese a sus virtudes, este film se ve lastrado por algunos defectos: la creciente pérdida de intensidad y pulso dramático desde mitad de metraje hasta el final, ciertas tramas y escenas forzadas y previsibles, y la reivindicación innecesaria (por explícita y redundante) de la figura del padre Carlos Múgica y de la labor del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo.
En resumen, por la honestidad de su puesta en escena y el interés de las cuestiones que plantea, vale la pena perdonar los fallos de Elefante blanco y verla, aunque sólo sea para salir del cine cuestionándose ciertas ideas y planteamientos.
domingo, 12 de agosto de 2012
Somos españoles
Podría hablar de leyendas vivientes como Michael Phelps o Usain Bolt. Podría hablar de que el deporte olímpico español se conjuga en femenino. Podría hablar del hito de David Cal. Podría hablar de mucho de lo que ha ocurrido en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Pero hoy quiero hablar de ellos. De la Selección Española de Baloncesto. Cada cuatro años, los seres mortales tienen la oportunidad de entrar en ese terreno reservado a los mitos e inmortales. Hoy, la selección de baloncesto de España lo ha vuelto a hacer. La diferencia respecto a las anteriores (Japón, Rusia, China, Polonia, Turquía, Lituania) es que hoy, quizás más que nunca, los jugadores de la selección de baloncesto han abrazado la leyenda con la pasión y la valentía de los auténticos héroes.
El cruce final contra la acojonante y prepotente selección de Estados Unidos me recordaba antes de celebrarse a la batalla de las Termópilas. Arrojarse feroz y brillantemente a la gloria aunque ésta no pase por la victoria. Ahora, después de ver la final, creo que los espartanos de entonces y los españoles de hoy están hechos de la misma materia. De las de las leyendas. Unos y otros fueron guiados e inspirados por unos líderes increíbles(Leónidas, Pau Gasol)ante un rival colosal, temible y con fama de divino (Persas, Estadounidenses). Unos y otros pusieron entre interrogantes el concepto de "imposible". El mérito del resultado, lo juzgará la historia.
Mientras tanto, me sentiré profundamente afortunado por haber visto jugar a estos titanes porque el día de mañana podré tener el honor y la suerte de decir: "Yo les vi jugar". Porque gracias estos campeones (grandes en la pista, mayores fuera de ella) y a los del fútbol y Rafa Nadal, cualquiera de nosotros puede decir con orgullo: Somos españoles, los que hacemos sufrir a los dioses.
sábado, 11 de agosto de 2012
"Prometheus": Preguntas sin respuesta
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué existimos? ¿Qué o quién nos hizo?...preguntas como éstas han sacudido los pensamientos y la imaginación del ser humano desde el primer atisbo de consciencia. Preguntas cuyas respuestas quizás no estén en la Tierra, sino en las estrellas. Tal vez por ello, merecía la pena que Ridley Scott volviera con Prometheus al universo de una de sus grandes obras maestras, Alien, para intentar abordar estas cuestiones de proporciones cósmicas y, de paso, ahondar en el origen de esa misteriosa criatura que apareció en el citado film de culto de 1979 y que, hasta ahora, recibía el nombre de "Space Jockey".
Aunque preliminarmente podría considerarse una precuela de la saga de los xenomorfos, Prometheus está concebida como un punto de origen común a partir del cual desarrollar una historia anterior y divergente respecto a la que conocemos por las aventuras de Ellen Ripley. Es una exploración hacia el pasado, más que un preludio que desemboque en la Nostromo. En la ficción y en lo cinematográfico, es un viaje hacia el misterio, hacia el origen de todo.Y eso se nota. Así, en esta cosmogonía "made in Scott", hay elementos, detalles y guiños fácilmente reconocibles para quienes ya sabían que en el espacio nadie puede oír tus gritos (la corporación Wayland, los viajes en estasis, el androide inquietantemente ambiguo, los siniestros ambientes tecno-orgánicos, la denominación LV de los planetas, cierta efigie representada en un mural de una de las cámaras de la pirámide en torno a la cual gira toda la acción...), pero Prometheus esto es otra historia. Una centrada en la figura de los "Space Jockeys", los ingenieros, los hacedores, los padres de la vida, los responsables de crear...y destruir.
Todo ello, unido al hecho de que esta película supone el regreso de Scott al género que le ha convertido en mito, Prometheus es un film con los alicientes suficientes para sostener unas colosales expectativas. Lo malo es que, esperando una nueva obra maestra, nos encontramos con una película irregular, por debajo de su titánico potencial y que, al finalizar la proyección, deja al espectador con más preguntas de las que empezó. Funciona mejor como antesala, episodio piloto o preludio que como una película cerrada y redonda. Prometheus se revela como un gigantesco diamante por pulir. Sus imperfecciones son varias, y, en el caso de alguien con el talento y la experiencia de Scott, tan inesperadas como difícilmente justificables: Unos personajes con una construcción demasiado simple (salvo excepciones como el genial y oscuro androide David) que los acercan a los "arquetipos de usar y tirar", unos sucesos y acciones incongruentes (por falta de explicación o justificación casi siempre), una nueva "mitología" (la de los "Ingenieros") no suficientemente desarrollada, una heroína con menos carisma del que cabría esperar (Shaw es insulsa comparada con Ripley), algunos giros argumentales con justificación de chistera...
Según lo que he aprendido en la ECH, un elemento decisivo para que una historia (literaria o cinematográfica) funcione es generar preguntas en el receptor (lector o espectador) y demorar la respuesta, pero Prometheus las demora tanto, tantísimo que las deja sin responder (emplazándolas a una nueva película tal vez). Igualmente, otro de los factores clave para que una historia "funcione" es que nada ocurra como esperan sus personajes ni el lector/espectador y aquí, nuevamente, Prometheus se excede, porque suceden cosas a las que cuesta encontrarles el sentido.
No obstante, no todo es criticable en una película que, defectos aparte y aun por debajo de las expectativas generadas, está muy por encima de la media. Visualmente, Scott demuestra en algunas escenas que sigue teniendo excelente mano para dejar sin palabras a los espectadores; el personaje y la interpretación del androide David (que me parece muy próximo a los míticos replicantes de la otra genialidad de Scott, Blade Runner) a cargo de Michael Fassbender (y van); la espectacular frialdad de Vickers/Theron; la fisonomía de los "Ingenieros" (a medio camino entre H.R.Giger y Miguel Ángel) y, para mí, la idea más interesante que se maneja en la película: el poder de la destrucción está concebido dentro de la creación y viceversa. Hablando de ideas, la propuesta-premisa de Prometheus según la cual hubo unos seres del espacio exterior que nos crearon, a mí, particularmente, no me pilla de sorpresa pues es algo que, por ejemplo, en los cómics Marvel, ya plantearon en 1976 con "los Celestiales".
En definitiva, Prometheus es un film lastrado por las expectativas y pretensiones, imperfecto y con muchas excelentes preguntas y cuestiones por resolver...quizás en una más que probable secuela. Por lo demás, ¿es una película de Alien? Más bien, no. Sin desvelar demasiado de la trama, quien quiera ver facehuggers, chestbursters y xenomorfos los verá...aunque no de la forma que podría esperarse. ¿Por qué? Porque lo que importa en esta película no son los bichos, sino las cuestiones. Esas que dan tanto respeto o más que la criatura que Dan O'Bannon pensó, Giger dibujó y Scott filmó.
lunes, 6 de agosto de 2012
"The Dark Knight rises": Redención, conclusión, gloria

Nolan y el resto del "equipo base" (el guionista David S.Goyer; y los geniales Christian Bale, Michael Caine, Gary Oldman y Morgan Freeman) que durante los últimos siete años han sublimado el género de los superhéroes, se despiden del cruzado enmascarado y Gotham con esta tercera y última entrega, El caballero oscuro: La leyenda renace. Y lo hace como empezó: enfrentando a Batman con la Liga de las Sombras, con las vidas de todos los habitantes de Gotham en juego. Un enfrentamiento que sirve para cerrar heridas, atar cabos y concluir ese enorme arco argumental que ha sido el viaje iniciático de Bruce Wayne/Batman hacia el terreno de la leyenda. Un viaje marcado por sus enemigos, por sus aliados y por sus seres queridos; todos con roles distintos pero igualmente decisivos. La individualidad construida a partir de la interacción con el colectivo.
Un tránsito heroico y legendario que no es más que el descubrimiento, la definición y la aceptación de la identidad. En cierto modo, todos hemos acompañado a Bruce y Batman a encontrarse a sí mismos hasta el punto de hacer discutible quién es el alter ego de quién. Somos testigos y cómplices. Y, en ambos casos, disfrutamos de ello con asombro a veces, pasión en otras y placer siempre.
Dejando a un lado las evidentes influencias de los acontecimientos actuales (movimiento indignado, terror económico, críticas hacia los poderosos, colapso social...) que muestra, para mí The Dark Knight rises es una película sobre la redención, entendida como la superación del pasado, la aceptación de la pérdida, la liberación de los traumas, la exculpación íntima y pública, la asunción de un destino rechazado, la purga de nuestros demonios interiores y exteriores la dominación de nuestras dudas, la respuesta a los retos, la inmolación como evolución, la conexión con lo que está por encima de nosotros, la conclusión de tareas inconclusas y sueños por completar, el hallazgo del sentido de nuestra existencia, la conjunción entre lo que queremos hacer, lo que debe hacerse y lo que esperan que hagamos, el triunfo de las metas por encima de los métodos. Todo eso está. en esta película. Y todos los personajes que en ella intervienen, héroes y villanos, buscan (aunque no lo sepan) esa redención. Si lo consiguen o no...lo debe responder quien la vea.
Por lo demás, El caballero oscuro: la leyenda renace, encantará y sorprenderá a los neófitos. A quienes, como yo, adoran a Batman y conocen bastante bien su historia, o, mejor dicho, sus historias hay algunas sorpresas que, a pesar de las inteligentes mezclas y licencias que se han tomado Nolan y Goyer, les será muy fácil anticipar o adivinar, especialmente a quienes ya conocieran a Bane (el único villano con un intelecto y físico comparables a los de Batman) de las sagas La venganza de Bane; Bane del demonio; y La caída del murciélago (algunas de ellas recopiladas recientemente) o hubieran leído la genial El retorno del caballero oscuro, o que recuerden qué pasó con el huérfano que descubrió la identidad secreta de Bruce Wayne...Por tanto, si eres un friki de los cómics de Batman, hay cosas en esta película que no te pillarán desprevenido, aunque eso no quita que las disfrutes casi tanto como si no tuvieras ni idea de ella.
En definitiva, The Dark Knight Rises no es una obra maestra como lo fue su predecesora pero es una excelente película (el guión, el elenco, las interpretaciones, la dirección, el ritmo...)una conclusión más que digna al magistral trabajo realizado por todos los que han hecho de estas tres películas algo simplemente memorable e inimitable. Si es el final, un punto y aparte o un punto y seguido, el tiempo lo dirá, porque su conclusión está tan bien ideada que puede ser válida para cualquiera de esas opciones...Y es que esta conclusión, sabe a gloria, y no sólo para Batman.
viernes, 3 de agosto de 2012
"El enigma del cuervo": Matar a Poe
Hace no muchas semanas se estrenó en España la película El enigma del cuervo, film que ficciona los últimos días del genio Edgar Allan Poe, convirtiéndolos en el clásico thriller con asesino en serie, transformando a Poe casi en su personaje Auguste Dupin. Su título original, The Raven, evidencia desde el principio el ánimo de homenajear a este fabuloso escritor, al compartir título con su poema más célebre. Así las cosas, esta mezcla entre thriller y homenaje se presenta como una apuesta tan arriesgada como interesante. Si a eso le añades que la dirección está en manos de James McTeigue (V de Vendetta) y que el protagonista (Poe, obviamente) está encarnado por John Cusack, el interés, al menos en mi caso, no se resiente.
No se puede decir que El enigma del cuervo sea una película magistral ni siquiera una muy buena, pero sí bastante entretenida. ¿Por qué? Porque a pesar de que meter a Poe en un thriller hollywoodiense es devaluar casi por definición su figura; que el guión es más efectista que trabajado; y que la película, como thriller, no aporta nada nuevo al espectador acostumbrado a ese género, sí que cumple con su principal cometido: entretener. Aunque parezca un contrasentido, es "cine palomitas" con un poso cultural. Ni más ni menos. Y es quizás ese poso cultural lo (único) que hace que merezca la pena verla.
Que un asesino (real o inventado) se inspire en hechos históricos o ficcionados, como hace el de esta película al tomar como referencia los relatos de terror y misterio de Poe, no es algo nuevo. Valga como buena muestra lo que hizo Matthew Pearl en El club Dante (en esa novela, el asesino se inspiraba en los castigos descritos por Dante en el Infierno de su Divina Comedia). Tampoco es un hito el hecho de meter a Poe en un producto de "cultura popular" ni de elucubrar/novelar qué ocurrió en sus misteriosos últimos días, cosa que, por ejemplo, hizo el citado Pearl en La sombra de Poe. Ni lo es revisitar en clave videoclipera y canallesca a un icono de la literatura; ahí está el Sherlock Holmes de Guy Ritchie o el de la fantástica serie de la BBC.Igual que no es una novedad ofrecer al espectador una película de misterio y época con un potencial visual bastante atractivo (Ej:Vidocq, Sleepy Hollow, Desde el infierno). Por tanto, uno de los grandes méritos de esta película es su ausencia de pretensiones y su eficiencia.
El otro mérito es conseguir que la muerte de Poe lleve a interesarse por él. Con un poco de mala leche, se podría decir que el valor de esta película es despertar el interés por la vida y obra de un autor fundamental en la literatura universal...a pesar de la película. La muerte de E.A.Poe, por tanto, no sólo da pie a The Raven, sino que le otorga sentido, porque, ya sea por morbo o curiosidad, no serán pocos los que descubran a Poe gracias a esta película (lo cual, de paso, no es que sea una buena noticia).
Así pues, teniendo en cuenta el mundo en que vivimos y el nivel educativo/cultural, a lo mejor sí es necesario matar a Poe haciendo una película como ésta...si alguien, movido por el entretenimiento, se anima a leer sus geniales escritos. Y a quien no le guste nada el tema cultural, siempre le quedará la opción de entretenerse un buen rato con esta película cuyos crímenes empiezan por la traducción del título.
viernes, 27 de julio de 2012
La canción de George R.R. Martin
Hace casi una semana, Madrid estuvo, gracias a los eventos organizados por el Espacio Fundación Telefónica, un poco más cerca de Poniente, el continente imaginario donde tiene lugar la ficción de Canción de hielo y fuego, de la que ya hablé en otro artículo.Por no extenderme demasiado y puesto que la mayoría de dichos eventos se pueden ver en diferido en internet, los comentaré muy brevemente.
Gracias a la proyección del capítulo Aguasnegras descubrimos que una serie ya no tiene nada que envidiar a una película y que el valor no depende del tamaño, aspecto o linaje de un personaje sino de sus decisiones, de sus acciones.
En el coloquio sobre el fenómeno de Juego de tronos entendimos que sólo dentro de mucho tiempo se podrá tasar el verdadero valor de los libros de Canción de hielo y fuego y la serie de ellos derivada; que ser lo más vendido o visto no significa obligatoriamente ser lo mejor; que uno de los grandes méritos de esta obra de George R.R. Martin es cómo aglutina elementos y trucos narrativos ya clásicos; que lo importante no es distinguir entre lo bueno y lo malo sino entre lo bueno y lo excelente; y que Internet y las redes sociales han sido una enorme caja de resonancia que ha aumentado decisivamente los efectos del tradicional boca-oreja.
Y en el encuentro con George R.R. Martin, Alejo Cuervo y Cristina Macía comprendimos (más de 5.900 personas) que el éxito no por tardío es menos merecido; lo bueno (y valiente) que es apostar por algo antes que nadie (y esto se puede aplicar a Gigamesh, a HBO y a Canal Plus); que la frase de Martin de "Si no puedes complacer a todo el mundo; por lo menos complácete a ti mismo" es una excelente filosofía; que detrás de un éxito y un fenómeno como éste hay cientos y cientos de horas de trabajo y esfuerzo; que nunca hay que confundir ganar un premio con la calidad literaria; que todo empezó con un poema de Robert Frost; que la humildad es algo que caracteriza a los verdaderos triunfadores; que traducir bien (olé Cristina Macía, olé Diego García Cruz) es algo no suficientemente bien valorado; que el personaje favorito de Martin es Tyrion Lannister y su casa/familia preferida son los Stark...y decenas de anécdotas y secretos más.
En lo personal, sólo tengo unos apuntes respecto a este asunto:
- Poniente es un mundo hijo de nuestro tiempo: el efecto mariposa de cualquier acción es multilateral; no importa tanto en qué o en quién creas sino qué haces; todo cuanto sucede responde a unos intereses; la comunicación es instantánea (los cuervos funcionan como e-mails); las mujeres tienen un poder que, si bien puede ser distinto, no es menor que el de los hombres; la política es un juego de traiciones; el Muro encarna ese miedo/aversión a lo foráneo; el peso de la religión se ha disipado; el poder y el manejo de la información (Baelish/Varys) son fundamentales; la amenaza del inminente invierno es el clásico recordatorio conservador que advierte de las penurias económicas o bélicas; todo lo que no se puede solucionar con el dinero o las armas se puede resolver con el sexo; lo que mueve el mundo no es tanto lo que se sabe como lo que no se sabe...
- Pese a la calidad y el atractivo de la adaptación televisiva, los libros que integran Canción de hielo y fuego son mucho
más interesantes y divertidos.
- Juego de tronos demuestra que, actualmente, las series de televisión ya pueden superar la calidad de muchas películas.
- El peso de la violencia y el sexo explícito es mucho mayor en la televisión que en los libros, haciendo evidente que la adaptación televisiva es eso: una adaptación para televisión (con todo lo bueno y malo que ello conlleva).
- En Canción de hielo y fuego se mezclan unos personajes de una calidad casi Shakespeariana (Tyrion) con otros que se salvan del arquetipo gracias a unos matices que no los hacen puramente buenos o malos.
- Mi personaje favorito es Tyrion Lannister con mucha, muchísima diferencia.
- Mi familia favorita son los Stark, por su nobleza, su firmeza, sus vínculos afectivos; su austeridad...y por tener como símbolo a mi animal favorito.
- No todo lo que se clasifica como "cultura de masas" tiene una calidad mediocre y éste es un buen ejemplo.
- George R.R. Martin es un tipo muy agradable, simpático, divertido y cordial. De divo, sólo debe tener la cuenta corriente. Es algo así como un "Santa Claus de lo friki" (y ojo que no estoy utilizando "friki" peyorativamente).
En definitiva, el paso del cometa Martin por Madrid ha sido un auténtico placer para aprender, conocer y descubrir que a la cultura le sobran etiquetas y que, aunque no sea Tolkien, vale la pena adentrarse en la fantasía que George R.R.Martin escribe y Gigamesh publica. En serio.
jueves, 12 de julio de 2012
"Juego de tronos": Un éxito de hielo y fuego

Porque, la verdad
es que las luchas de poder, venganza y supervivencia entre las familias más
poderosas de los Siete Reinos atraen por igual al niño, al adolescente, al
adulto y al que peina canas y son seguidas no sólo en las páginas publicadas en
España por la editorial Gigamesh, sino también en los capítulos televisivos que
en nuestro país emite en primicia CANAL +, en el videojuego desarrollado por Cyanide Studios, en las viñetas del cómic
publicado en España por Planeta DeAgostini...
Casos como La Guerra de las Galaxias, El Señor de los Anillos, Harry Potter, Las Crónicas de Narnia, o Batman son buenos ejemplos de cómo el éxito
hace trascender una ficción más allá del soporte original en el que fuera
contada: Libros, películas, televisión, videojuegos, cómics...e internet y las
redes sociales. En el siglo XXI, el
triunfo de un producto de ficción ha disipado las fronteras entre los distintos
soportes y formatos. Y el mejor exponente de todo ello, son quizás los
libros que allá por 1996 comenzó a escribir George R.R. Martin. Obras que hoy,
dieciséis años más tarde, son esperadas,
compradas, leídas, reclamadas y reivindicadas por miles de fans en todo el
mundo.
Desconozco la
respuesta a cómo algo que comenzó en el siglo pasado ha explotado triunfalmente
en éste, convirtiendo a George R.R. Martin de un autor de culto entre los
amantes del género fantástico en un escritor de fama internacional. Quizás la
solución al enigma haya que buscarla en el
impulso definitivo que ha supuesto la serie de televisión Juego de tronos, producción que, tomando
como título el del primer libro de Canción
de hielo y fuego, ha vuelto a situar a HBO (tras genialidades como Roma, The Wire, Los Soprano, Hermanos de sangre, The Pacific o Boardwalk Empire) como un canal de
referencia en cuanto a la calidad y/o el entretenimiento televisivo.
Dudas aparte, lo
que es seguro es que Internet y las
redes sociales son imprescindibles a la hora de comprender el impacto y la
expectación que genera esta ficción. El diálogo y el intercambio continuo que
habilita la Red han logrado que
Poniente sea más real y noticiable que muchos continentes reales y que lo que
sucede en torno al Trono de hierro interese más que muchas noticias extraídas
de la realidad. Algo que es muy positivo…siempre y cuando obviemos el
componente enfermizo que, usualmente y por desgracia, tiene cabida en fenómenos
tan grandes como éste y que encuentra en internet el lugar perfecto para dar
rienda suelta a un fanatismo que no es inocuo ni sano.
Sea como fuere, lo
cierto es que el éxito de Canción de
hielo y fuego (A Song of Ice and Fire) es un premio al
trabajo bien hecho: el de George R.R. Martin por su dedicación e indiscutible oficio a
la hora de contar las historias que él quiere contar; el de Cristina Macía por
traducir con criterio, calidad y constancia las palabras que hoy muchos ya recuerdan; el de
Gigamesh por apostar en España por un tipo de literatura que algunos denostan y
a muchos hace felices gracias a autores como el propio Martin o Tim Powers; y el
de CANAL + por esforzarse año tras año en ser los primeros en traer a España
las mejores series. Un triunfo, en definitiva, más que merecido para todos los
implicados.
Por eso, tiene sentido
que festivales como Celsius 232 o centros como el Espacio Fundación Telefónica se
hagan eco de un fenómeno que, gustará más o menos, pero cuyo éxito, relevancia
y actualidad son tan innegables que cuestionarlo supone un ejercicio de
ignorancia.
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Categoría: Cómics, Cultura, Friki, Literatura, Series, sociedad, Televisión
miércoles, 11 de julio de 2012
A esto se referían los Mayas
O, más bien, a éste. Un tipo con más de tres colores en el pelo es, por definición, sospechoso. En el caso que nos ocupa, sospechas confirmadas: es un peligro. Es alguien que no está ni en sus cabales ni en su sitio: Hitler celebrando el sabbat, Bin Laden como Obispo de Roma, Stalin festejando el 4 de julio, Paquirrín en el Concierto de Año Nuevo, Leticia Sabater en la Mansión Playboy, Balotelli en el mundo. Parecía imposible que, después de esa maldición bíblica llamada José Luis Rodríguez Zapatero y su corte de los milagros (y las milagras), España tuviera de nuevo el epicentro de sus desgracias en La Moncloa, pero no amigos, no, nunca hay que subestimar el poder de los políticos españoles para empeorar una situación.
Hoy es un día que pasará a los anales de la Historia porque, literalmente, ha sido un día para cagarse. De risa, no. De miedo, tal vez. En la madre de alguien, muy probablemente. Rajoy, tras recuperar para la Cristiandad el Códice Calixtino (versión low cost de cualquier novela de Dan Brown), decidió que hoy era un buen día para demostrar a Europa, el mundo y la galaxia de qué es capaz cuando se pone a ello. Y vaya si lo ha demostrado. Ha demostrado que es un fiera a la hora de hacer las cosas mal, a medias, tarde o no hacerlas.
Lo que ha hecho hoy Mariano Rajoy respecto a la crisis económica es como operar a un paciente aquejado de un tumor maligno en el hígado y quitarle el apéndice y las amígdalas. Gran trabajo. ¿Qué no ha hecho? Arreglar la tomadura de pelo de las autonomías y ayuntamientos, menguar los organismos y las instituciones públicas, acabar con el cachondeo de las entidades financieras, ejemplarizar aplicando severas medidas en la clase política y sindical, y, por supuesto, pedir perdón por haber decidido, hace muchos años, cuando su pelo sólo tenía un color, dedicarse a la política. De poner las bases para paliar la crisis, estimular el crecimiento y fomentar el empleo, ni hablamos. ¿Qué ha hecho entonces? Anunciar unas medidas destinadas a putear aún más a la mayor parte de la sociedad española. Gracias a ellas, tanto si ahorras como si consumes, te quedas sin dinero. Además de eso, si quieres trabajar o conservar el empleo, compensa más ir a poner velas a San Judas Tadeo que apuntarte en el INEM. Por lo demás, si tienes enfermos o personas con discapacidad a tu cargo, mejor que te mentalices para ascender a los altares por beato, porque ayudas, pocas. Y si quieres tener casa propia, o esperas a heredarla o mejor te la construyes en una maqueta. ¡Brillante! ¡Excelso! ¡Estupendo! ¡Astuto! ¡Genial! ¡Heroico! ¡Valiente! Lo de Rajoy va camino de la leyenda (negra, por supuesto).
En definitiva, el plan de Rajoy para sacarnos de la crisis es... tachán, tacháaaan: ¡No sacarnos! Un plan audaz, sorprendente y que ya le asegura un sitio en la Historia y en los pensamientos de miles y miles de españoles. Este tío sí que es "The Special One".
Es lamentable que el dirigente de un partido político y un gobierno con mayoría absoluta reniegue
de cualquier acción, actitud o decisión ejemplarizante y modélica (o
decorosa u honrosa) y obligue a la ciudadanía a ser la que dé ejemplo,
mientras él y el resto de sinvergüenzas (políticos, banqueros y
sindicatos) que están hundiendo (o han hundido) al país, sigan en su
mundo feliz. Claro que tampoco se podían depositar muchas esperanzas en alguien cuyo semblante natural es el de un pez difunto expuesto en la pescadería.
Visto lo visto, empiezo a tener claro que los tenebrosos vaticinios de los Mayas tenían más que ver con este sujeto que con cualquier cataclismo cósmico o natural. Igualmente, queda patente que lo mejor que se le puede pasar por la cabeza a Mariano Rajoy es...una maceta, una teja, un adoquín, una cornisa, un pelotazo de Cristiano Ronaldo, un rayo láser, un disco de Álex Ubago, un meteoro, un suicida, un aterrizaje forzoso o un tinte en condiciones.
Así las cosas y repasando la Historia de España de los últimos doscientos años, sólo puedo decir: ¡Líbrenos Dios de cualquier salvador de la patria procedente de Galicia!
lunes, 2 de julio de 2012
3SPAÑA
Es lo que tiene crecer viendo en la televisión Oliver y Benji. Que te dan un balón de fútbol y te dan ganas de comerte el mundo.De momento, 2 campeonatos de Europa (el de 2008 y el de anoche) y 1 Mundial. No está mal.
Hay que reconocer que los españoles no solemos destacar positivamente por ser los primeros en algo pero, cuando nos ponemos a ello, somos la leche. ¿Que nadie había descubierto América oficialmente? Allí que mandamos a Colón y compañía. ¿Que nadie tosía en Europa a Napoleón y sus muchachos? Ahí que aparecen los españoles para dar la nota. ¿Que ningún ciclista había ganado cinco Tours de Francia consecutivos? Allá que enviamos a Induráin. ¿Que nadie había ganado siete veces el Roland Garros? Pues dejamos suelto a Nadal. ¿Que nadie había ganado consecutivamente Eurocopa-Mundial-Eurocopa? Ahí que aparecen los chicos de "La Roja". Y así...
Lo que ha hecho esta selección es algo más que histórico: Es impresionante. Ha conseguido que toda España se olvide de la puñetera crisis o de que el país está en manos de una clase política gilipollesca o de que nuestros ahorros están en manos de una clase financiera indecente o de los viajes a Botsuana. Ha logrado que toda la sociedad abandone el mantra de "Somosunamierdaelmundoseacaba" y ría, llore y grite de alegría. Ha triunfado donde nadie más lo ha hecho, en todo los sentidos. Y eso, tiene mucho mérito.
La Eurocopa que ha hecho España, partiendo desde la mediocridad hasta llegar a la excelencia, ha sido inolvidable. Empezaron el campeonato con un mal partido ante Italia, demostrando que son mortales. Y acabaron el torneo con un extraordinario partido ante Italia nuevamente, demostrando que son inmortales. Y, entre medias, pues algunos apuntes:
- Francia sabe ahora que el éxito empieza en los Pirineos.
- Portugal es mejor que se dedique a los fados (o a la lucha libre).
- Italia es un equipo de diez hombres y un extra del planeta de los simios (y no lo digo por el color de la piel).
- Sergio Ramos tiene más cojones que John McCLane en una reunión de Al Qaeda.
- Jordi Alba es la versión cañí y low cost de Usain Bolt.
- Xavi sigue siendo el mejor jugador del mundo.
- Fernando Torres sigue siendo un campeón.
- Fernando Llorente es un ejemplo a admirar.
- Íker Casillas debía ser un personaje de Los Vengadores.
- Vicente del Bosque es una ONG.
- Por muchos árbitros que acumules en un partido, siguen siendo igual de malos.
- El Príncipe de Asturias es un talismán real.
- Los videojuegos de fútbol ya no tienen sentido en España porque la realidad supera a la ficción.
Y, aparte de todo eso, la selección (nos) ha demostrado, una vez más, que lo imposible es sólo cuestión de voluntad. Por eso, es un orgullo compartir nacionalidad con esos chavales.
Hay días en los que la Historia se escribe. Ayer fue uno de ellos. Hay días en los que la Historia se recuerda. Hoy es uno de esos. Y poco más hay que decir...o quizás sí: Como alguien diga que los dibujos animados son perjudiciales para los niños, que se lo haga mirar.
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