Viendo los primeros días del Gobierno de Mariano Rajoy parece que el Ejecutivo está esforzándose por hacer válida la célebre frase "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros", del gran Groucho Marx. Ya que, si bien el hoy presidente negó y requetenegó cuando era candidato que fuera a subir los impuestos, en apenas dos Consejos de Ministros ya ha puesto los huevos de pajarita al personal con un incremento fiscal y otras medidas que han dejado a la población con la misma cara que tendría alguien que se mete en un cine a ver "Bambi" y le proyectan "La matanza de Texas". Lógicamente, el presidente gallego ha quedado como Rufete en Lorca, aunque para variar se haya parapetado detrás de la circunspecta Vicehobbit y un coro de ministros cuya preparación está a varios millones de años luz de la de cualquier fulano juntaletras del PSOE. Y, claro, que Rajoy se haya quedado con las nalgas al aire cuando aún estamos con los títulos de crédito iniciales, ha escandalizado al personal. ¡Quita ese culo de ahí! ¡Por Dios, qué asco!
Ahora bien, la desvergüenza del Gobierno en general y Rajoy en particular no es tanto haber tomado estas medidas (por cierto, tan pragmáticas como desagradables) como haberse precipitado a la hora de decir alegre y populistamente que no subiría los impuestos, que apostaría por la investigación y el desarrollo y tantas otras cosas que ahora, por las circunstancias (quiero pensar que es por eso), no puede ni va a cumplir. Lo único que ha cumplido ha sido con la paga a los pensionistas. Vamos que Mariano Rajoy ha pecado de ingenuo, imprudente o bocazas. Y ya es raro eso en un tipo que se tomó con mucha calma lo de ganar unas elecciones generales. En fin...El actual inquilino de La Moncloa debería haber sido lo suficientemente prudente durante la campaña electoral utilizando sólo dos cosas: memoria y sentido común. Memoria para recordar cómo dejó el PSOE las arcas catalanas y manchegas y cómo esto no se supo hasta que los espabilados del puño y la rosa ya habían salido con el dinero corriendo y dejado el marrón a otros (CiU y PP respectivamente). Y sentido común para prever que si a nivel autonómico el PSOE había actuado y mentido de esta forma tan escandalosa, a nivel nacional no iba a ser menos. El señor Rajoy se mojó antes de tiempo y ahora se ha metido en un charco...
Claro que si alguien quiere demonizar a Rajoy, el Gobierno o el PP por esta situación está cometiendo un error. El presidente del Gobierno puede ser un perfecto necio, pero no es el culpable de todo esto. Y eso me lleva a hablar de quienes habiendo estado en La Moncloa desde 2004 hasta 2011 se llevan ahora las manos a la cabeza, se rasgan las vestiduras, ponen el grito en el cielo y critican al actual Ejecutivo por las medidas que está tomando o, mejor dicho, teniendo que tomar. ¡Pero hijos de (insulto a elegir), si los que habéis dejado a España como Avispado a Paquirri sois vosotros! ¿Quiénes han estado en el poder antes y durante el comienzo de la crisis? ¿Quiénes han hecho válida durante 7 años la máxima de "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados" (de nuevo, el genial Groucho)? ¿Quiénes tuvieron los huevos de avestruz para acusar de "antipatriotas" a quienes advertían la crisis o incluso negarla? ¿Quiénes han sido masacrados electoralmente precisamente por su pésima gestión económica? Pues eso. La desvergüenza del PSOE es criticar al Gobierno actual por tomar más y mejores medidas en menos de 1 mes de las que ellos adoptaron en 84 cuando ellos son los únicos responsables de agravar aún más los efectos de una crisis económica mundial y nacional por su soberbia y estupidez. Las únicas dos cosas que han quedado claras tras el Gobierno del hoy supervisor de nubes son que el PSOE es el único partido fiable a la hora de agravar en España una crisis económica (1993 y ésta) y que el gran enemigo de los socialistas no son los populares, sino las hemerotecas.
Por último, la desvergüenza de los políticos y gobernantes españoles es o, mejor dicho, sigue siendo, pedir esfuerzos y sacrificios a la población mientras ellos siguen sin ser un ejemplo de austeridad. Hoy ser funcionario ha dejado de ser un chollo. Sólo espero que pronto ser político deje de serlo también.
Y para acabar, para evitar más disgustos y sorpresas como las de Rajoy y los impuestos, basta con que todos recordemos esta frase: "Las promesas electorales se hacen para no ser cumplidas" que, por cierto, la dijo un socialista. Así nos va.
3 comentarios:
Si, lo dijo Enrique Tierno Galván. Parece que nos hemos puesto de acuerdo hoy para comentar las mismas cosas. 225 euros menos al bolsillo supondrá la gracia de la subida de impuestos ¡ay! Esto de que las promesas electorales se queden en eso, en promesas y no sean un contrato vinculante... Luego estos políticos se quejan mucho de que los ciudadanos sientan aversión por ellos.
Salu2
Sí, la reforma de la política y quienes la integran es, junto a la financiera y educativa, la gran reforma pendiente en este país, Juan Carlos.
Tienes razón, me ha gustado el artículo.
Estamos de acuerdo en que el anterior gobierno fue desastroso. Pero el señor Rajoy ha empezado su legislatura mintiendo como un bellaco. Ha engañado a los votantes. ¿Que las medidas son mejores? Pues no sé hasta qué punto es bueno que nos frían a impuestos y esto no es más que el principio.
Y la conclusión que saco de esto es que el problema está en la clase política, independientemente del partido. Ya da igual quién gobierne, todos son iguales.
Saludos!
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