Cuando se disipó la polvareda, el orgullo seguía ahí. Y la dignidad. Y el mérito. Y el esfuerzo. Y el respeto. Y la honradez. Y la humildad. Y la leyenda.
Anoche fue una noche dura, difícil. Una noche en la que la rabia y el desconsuelo llamaron a la puerta con la incómoda insistencia del borracho que ha perdido las llaves. Una noche en la que fue muy fácil caer en la trampa de olvidar lo conseguido y obsesionarse con lo no conseguido. Una noche en la que la tragedia intentó quitarle el protagonismo a la hazaña. Una noche en la que el fútbol demostró cuánto te puede enseñar sobre esta vida imperfecta e imprevisible...pero también fue una de las mejores noches para estar muy orgulloso de sentirse parte del Atlético de Madrid.
Sobre el partido en sí poco que decir: los campeones plantaron cara hasta que el físico, la suerte y el árbitro dijeron basta. Felicidades al Real Madrid. Dicho esto, cualquier persona, mínimamente sensata y honesta, sea o no del "Atleti", puede y debe reconocer el enorme y ejemplar mérito de Diego Pablo "El Cholo" Simeone, Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis,
Gabi, Tiago, Koke, Raúl, Villa, Costa, Adrián, Sosa, Arda...Un mérito que, aún más allá de lo futbolístico, radica en constituir un referente moral para miles de personas. El Atlético de Madrid, gracias al Cholo, a sus jugadores y al resto del equipo técnico, se ha convertido en un exponente de la moral del esfuerzo. Del trabajo. Del compromiso. De la dignidad. De la humildad. De la honestidad. De la sencillez. De la ilusión. De la convicción. De la constancia. De la valentía entendida como no rendirse jamás ante las dificultades y los contratiempos. Una moral no apta para todo el mundo. Como el Atleti: un equipo especial, de gente diferente y para personas distintas.
Calificar como "histórica" la temporada que anoche acabó sería quedarse corto. "Legendaria" sería más acertado. "Ejemplar" tampoco le va mal. ¿"Irrepetible"? Tal vez. "Entrañable", seguro. Porque lo que el Atlético de Madrid ha conseguido este año y lo que ha hecho pensar y sentir no está al alcance de cualquiera...y estoy convencido de que no lo olvidarán ni la cabeza ni el corazón. Y, por eso, por encima de resultados y títulos, hay y habrá que estar agradecido siempre. Agradecido y orgulloso.
Y sí, perdieron, perdimos. ¿Pero qué perdimos? ¿Un título? ¿Un
trofeo? ¿Una estadística? Vale, de acuerdo, perdimos eso. Pero sólo eso, porque, como decía al principio, hay algo que ya no podremos perder ni nos podrán quitar nunca: el orgullo, la dignidad, el
mérito, el esfuerzo, el respeto, la honradez, la humildad y la leyenda. Visto así, creo que el Atlético de Madrid fue el único equipo que ganó anoche. Y es que en ocasiones como ayer la crueldad te enseña las cosas más importantes (y bonitas) de la vida, ésas que no se pueden comprar con dinero. ¡¡Aupa Atleti!!
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