Hace más de un año escribí en este blog una reseña sobre la penúltima genialidad representada en Madrid por ese maestro llamado Rafael Álvarez "El Brujo". Hoy tengo la suerte de escribir sobre la última: Mujeres de Shakespeare. Es decir, un genio comentando a otro. La obra, más cercana a una ingeniosa aproximación que a un profundo repaso de la vida y obra de William Shakespeare, tiene como eje central las protagonistas de algunas de las obras más famosas del célebre inglés.
Si bien es cierto que algunas se quedan en el tintero (Ofelia, Lady Macbeth), las glosas del Brujo sobre Rosalinda, Catalina, Beatriz y Julieta son suficientes para dejar bien claro que los personajes femeninos de Shakespeare no sólo no tienen nada que envidiar a los masculinos sino que son bastante más interesantes (y modernas) que ellos. Con un análisis lúcido apoyado en un innegable conocimiento del literato más famoso en lengua no española, Rafael Álvarez "El Brujo" despliega ante el espectador toda una serie de reflexiones y comentarios que, entre chanzas y anécdotas, calan en el público mejor que cien ensayos sobre Shakespeare.
Con la risa y el pensamiento activos durante toda la función, ese magistral comediante y erudito del teatro que es El Brujo hace como en él es costumbre una exhibición de lucidez, ingenio, gracia, mordacidad, sabiduría y bufonadas que convierten cada una de sus obras en fiesta, rito y lección.
Acompañado por la excelente música de Javier Alejano y la cuidada y sencilla escenografía que suele ser habitual en sus obras, este magnífico "actor solista" llamado Rafael Álvarez no sólo tiene tiempo para acercar a profanos y entendidos la vida y las obras de Shakespeare, sino que además pone en la picota del ingenio toda la actualidad (crisis económica, situación política) y aprovecha para hacer una mordaz y merecida defensa de la cultura, del teatro y del patrimonio cultural-literario que tenemos en España y que valoramos tan poco, quizás porque la ignorancia nos cubre de demasiados complejos.
En tiempos en que nos gobiernan gilipollas capaces de gravar la cultura para recaudar impuestos y donde la gente se mira muy mucho en qué se gasta el dinero, no deja de ser muy revelador que todo el aforo de un teatro a rebosar ovacionara puesto en pie a Rafael Álvarez "El Brujo", un maestro que regala cada vez que pisa tabla algo más que arte dramático. Y eso se agradece y se premia. En el horizonte aguarda su aproximación a La Odisea. Ojalá pase pronto la espera.
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