Alzheimer histórico. Memoria revanchista. Recuerdo dirigido. Por si alguien lo duda, estoy hablando del proyecto de Ley de Memoria Histórica, impulsada por el PSOE y sus aviesos compañeros de disparates. Al igual que una adolescente en primavera hormonal, esta Ley (porque lo acabará siendo) está maquillada para aparentar lo que no es. ¿Y qué es? Pues, si se estudian mínimamente el texto y sus trampas, cualquiera con seso y serenidad se dará cuenta de que esta Ley es un disparo a bocajarro a la Transición y una suerte de exorcismo político que, dada la cantidad de muertos invocados, mentados, aludidos u olvidados, ríete de "Poltergeist". Es sano dejar descansar en paz a los muertos, pero bueno, necrófilos hay en todas partes y zotes también. Si practicar la oui-ja tiene más peligro que nadar entre pirañas, no te digo nada desempolvar el tema de la Guerra Civil y sus causas y consecuencias para supuestamente hacer justicia a todos...y de facto sólo a algunos. Así pues, olé las narices de quienes impulsan esta Ley, porque se han metido en la boca del Hades...Humor negro aparte, me gustaría hacer ciertas consideraciones:
- Sobre las guerras: Que yo sepa, en toda guerra hay como mínimo dos bandos que se sacuden mutuamente, hasta que uno se dé por vencido. Es decir, salvo que estemos hablando de una improbable guerra gay, en la que unos sólo dan y otros sólo reciben, en las guerras no hay un bando que se dedica a disparar a todo lo que se mueve mientras el otro reparte flores brincando y cantando temas de ABBA. Así pues, dejémonos de victimismos demagógicos y falsos porque, del mismo modo que en la guerra no hay ganadores, no hay tampoco un único culpable a quien demonizar. Guerras o confrontaciones civiles han sufrido todos los países y todos, menos uno, han sabido pasar página con sensatez y elegancia. Es parte de la esencia española la afición por dar la nota.
- Sobre los muertos: En contra de lo que puede parecer, a juzgar por que dicen ciertos historiadores, políticos y demagogos de ocasión, en la Guerra Civil española murió gente de ambos bandos y también personas que lo único que querían era sobrevivir a la barbarie y cuyo credo político no era más que el de poder ver amanecer al día siguiente. Y murió tantísima gente porque desmanes y atrocidades se cometieron en ambos bandos, ya que la crueldad, la injusticia y el sadismo no entienden de ideologías: lo mismo les da Hitler que Stalin, azul que rojo, nacional o republicano. En nuestra guerra murieron miles de personas simplemente por "ser" o "no ser", según el caso, y lo que te salvaba en un sitio te condenaba en otro (Ejemplo-dato: Durante la Guerra Civil, en zona republicana, 13 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosas, 263 monjas y miles de seglares son asesinados sólo por ser católicos). Con esto quiero decir que el mismo derecho a llorar y reclamar a sus muertos tienen las víctimas de un bando como de otro. ¿He dicho tienen? Perdón, "deberían tener", porque la realidad es otra...
- Sobre las postguerras: Salvo que hablemos de la minúscula élite de verdaderos beneficiados por una contienda bélica, lo cierto es que el país y la vida presentan la misma desolación y las mismas dificultades para todos. La familia de mi madre, por ejemplo, se buscó las castañas, tragó quina y trabajó duro, durísimo para salir adelante después de la Guerra Civil y ¡oh, sorpresa! no era simpatizante del bando republicano. Y como esta familia, muchas, muchísimas más. Igualmente, hay quien aprovecha las postguerras para comenzar a amasar fortunas y forjar imperios, pero a lo mejor no es políticamente correcto hablar de Paul Anco ahora...Sea como fuere, lo que quiero dejar claro es que una guerra es una putada y una vergüenza para todos, especialmente para los que se "quedan". Quien no lo quiera ver, es un memo, y quien quiera apropiarse del papel de víctima o erigirse en expendedor de carnets de afectados, un vil y repugnante sinvergüenza.
- Sobre la II República: La Segunda República dista mucho de ser el Estado Hippy que muchos se empeñan en presentar. Soñar no es sinónimo de recordar ni "ideal" es lo mismo que "real". Como cualquier sistema o régimen político, tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero, si un adjetivo define perfectamente a la II República es "convulsa". Crispación política, devaluación institucional, huelgas, altercados públicos, asesinatos...Es decir, como ahora, pero con hambre y una crisis económica de profundidad tipo sima. Datos: 251 asaltos de templos, incendios sofocados, destrozos, intentos de asalto; 269 Muertos; 1287 Heridos de diferente gravedad; 215 Agresiones personales frustradas o cuyas consecuencias no constan; 69 Centros particulares y políticos destruidos; 312 Id. asaltados; 113 Huelgas generales y 228 Huelgas parciales; 10 periódicos totalmente destruidos, todos de derecha; 83 Asaltos a periódicos, intentos de asalto y destrozos; 146 Bombas y artefactos explosivos; 38 recogidos sin explotar...No se puede buscar el origen o identificar los detonantes de la Guerra Civil obviando la brutal convulsión que vivió España esos años...y no se puede entender dicha "agitación" sin recordar a demócratas y estandartes de la libertad y el respeto al adversario como Francisco Largo Caballero o Dolores Ibárruri o a organizaciones tan pacíficas y bucólicopastoriles como la CNT. Sea como fuere, es evidente, a tenor de los hechos objetivos, que el caos en que derivó la II República puso la alfombra roja al pandemónium de la Guerra Civil. Unos pusieron la pólvora y otros la mecha encendida. Así de sencillo, cruel y doloroso.
Dichas estas consideraciones y en lo tocante a la Ley, escribo unas reflexiones, para que quien quiera, piense:
* Quítame allá esos símbolos: ¿Por qué se quieren quitar símbolos, estatuas y emblemas con el pretexto, que entiendo, de que molestan o hieren la sensibilidad de algunas personas y en cambio se dejan otros que pueden molestar y herir de igual forma a otras? Si vamos a ser tendenciosos, sectarios y revanchistas, de acuerdo; pero si utilizan la palabra "justicia" e "igualdad", pues deberían quitar las calles, efigies, placas, parques y demás dedicados a bellacos infames como, por citar sólo tres casos, el vil Largo Caballero, la letal Dolóres Ibárruri o el repugnante y asesino Santiago Carrillo, porque a mí y a más gente, ofenden y hieren la sensibilidad. A ver si es que hay opiniones y sensibilidades de distinta categoría y yo no me he enterado...
* La Transición, papel mojado: Ya que con esta Ley gustan de revisar lo enterrado y zanjado en la Transición, pues propongo que el hoy santo de la democracia y las libertades Santiago Carrillo sea juzgado, aunque sea de cara a la galería, por los crímenes que, cuando menos, instó y aplaudió durante la Guerra Civil; que los descendientes de Paul Anco devuelvan por dignidad el dinero equivalente al que amasó su padre a la sombra de la postguerra y al amparo de una dictadura; o que, puestos a quitar toda herencia del franquismo, se retire del panorama político-institucional a cierto delfín del dictador que se lavó la cara un 23F. ¿O es que con eso ya no se atreven?
* Los otros muertos: Parece ser que lo "políticamente correcto", gilipollesco y demócrata es hablar de sólo unos muertos cuando se menciona el tema de la Guerra Civil. Es decir, que lo aceptable y aceptado es lamentar, llorar, reivindicar y clamar por las fallecidos del bando republicano o asesinados por parecerlo, apoyarlo o narices, porque murieron "víctimas de la barbarie y la sinrazón, defendiendo sus ideales y la libertad". Será que "los otros muertos" murieron porque sí y con ellos murieron sus derechos y los de sus familiares...¿A dónde quiero llegar? Pues a que me parece normal y entendible humanamente que una viuda, hermano, hijo, nieto, sobrino, primo, bisnieto, tataranieto o pariente quiera que su muerto esté localizado y enterrado con dignidad y respeto y que se le ayude institucionalmente a ello. Y ojo que no he hablado de un bando u otro, sino que hablo en general, de los dos, no como la Ley de marras...Porque, "los otros muertos" de la Guerra Civil, las víctimas del llamado "bando nacional" o que "simplemente" murieron a manos del republicano, no fallecieron a consecuencia de gripes, tropezones o ataques al corazón. Tanto derecho a descansar en paz tienen unos como otros. A ver si ahora, por estar en cierto bando, no pasa nada porque te pudras en una fosa común de paradero desconocido... Hacer distinciones entre muertos o utilizarlos como vehículo de venganza y revancha demuestra que, quien así piensa y siente, tiene el corazón más podrido que su familiar difunto. Ninguna vida vale más ni menos que otra.
En fin. Si hay justicia, genial, que sea para todos, pero de verdad y no de boquita. Aunque, yo me pregunto, a punto de llegar al 70 aniversario del final de la Guerra Civil...¿vamos a pasar página de una vez o se va a abrir de par en par el Necronomicón?
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