El jueves se estrenó la película española "El Orfanato", seleccionada para representarnos en los Óscar, si es que sobrevive a la criba. Un film de terror nacido al amparo del mecenazgo de Guillermo del Toro y que tiene en Belén Rueda su mejor argumento y estandarte. Con una campaña publicitaria telecinqueña sólo comparable a la que tuvo "El laberinto del fauno", la ópera prima del barcelonés Juan Antonio Bayona viene rodeada de un halo de expectativas que sin duda le asegura una excelente recaudación, aunque el regusto a la salida del cine sea de frustración.
Lo mejor de "El Orfanato" son la impecable factura visual y la sensacional actuación de Belén Rueda, quien, junto al dinero de Del Toro y Telecinco, es el verdadero sustento de esta película. ¿La prueba? Es sencillo: Quiten de este film a Belén Rueda, el apadrinamiento de Del Toro y la publicidad de Telecinco y estaríamos ante una película más de terror del subtipo "casa con fantasmas" de las muchas que pueblan los videoclubs y la cinematografía de las últimas décadas. Por lo demás, el resto del reparto ofrece correctas actuaciones pese al mal provecho que saca el director de muchos personajes, la música es, por suerte, misteriosamente "timburtoniana", la casona de marras es extraordinaria, y el argumento...Bien, aquí quería yo llegar, a la trama. Aquí es donde se nota que Juan Antonio Bayona ha visto mucho cine, especialmente de terror, porque "El Orfanato" es, única y exclusivamente, un collage de homenajes, citas, referencias, copias o como prerfieran llamarlo de otras películas que ya se han visto: "Los Otros", "Poltergeist", "Al final de la escalera", "Frágiles", "El internado"...De todas ellas sustrae o emula la atmósfera o "ideas" para la trama. Coincidencia o no, el espectador que tenga en su haber películas como las citadas contempla cómo a medida que avanza el metraje de "El Orfanato" la originalidad se va cañería abajo. De esta manera, con el factor sorpresa herido mortalmente desde el inicio y hasta el final (desenlace que, por ejemplo, es más que similar al de "El internado"...), esta película asusta pero no asombra. Si se asume esto antes de verla, la sensación al terminar será satisfactoria y uno pensará más en el miedo que pasó en la escena del armario o con el juego de ultratumba "Un, dos, tres, toca la pared" que en "¡Cáspita! Esta escena es igualita a la de aquella película que...".
Por otra parte, me gustaría incidir en el mal tratamiento que se hace de ciertos personajes secundarios, pues el director opta por presentarlos de una forma que les concede unos visos de importancia en la película que finalmente no tienen. A saber: la inquietante y ajada Benigna, la psicóloga Pilar que tan pronto se queda como se va y la médium Chaplin y su equipo. Más que personajes, son meros pretextos para zurzir ciertas partes de la trama y eso, hablando de actores más que dignos, es desperdiciarlos. No obstante, hay que decir que, por muy bien que hubieran estado presentados y tratados los personajes secundarios, habrían quedado eclipsados por la estupenda interpretación de Belén Rueda que, con dos películas, ha demostrado más talento que la divinizada Penélope Cruz en toda su filmografía.
En resumen, "El Orfanato" es una buena oportunidad para acongojarse con sustos "de los de toda la vida" y disfrutar de una de las mejores actrices españolas de los últimos años, pero también es una película que, le pese a quien le pese, nace y muere huérfana de originalidad.
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