lunes, 25 de mayo de 2015

Cambio capital

Ayer, 24 de mayo, se celebraron las elecciones municipales y autonómicas. Ayer, 24 de mayo, el PP se pegó un hostión de tal calibre que no lo maquillan ni la aritmética ni las estadísticas. Ayer, 24 de mayo, el PSOE siguió su lento pero seguro viaje hacia la nada. Ayer, 24 de mayo, IU y UPyD aceleraron su descenso hacia la irrelevancia. Ayer, 24 de mayo, el bipartidismo murió. Ayer, 24 de mayo, en las elecciones municipales y autonómicas, los ciudadanos devolvimos a la democracia la dignidad que había perdido en manos de los partidos tradicionales. Ayer, 24 de mayo, se produjo un cambio con epicentro en Madrid.

Las razones que, en mi opinión, explican todo esto, son en líneas generales las siguientes:
- PP: El programa electoral del PP para estas elecciones ha estado claramente basado en tres puntos: dar pena, dar asco y dar vergüenza. Fuera de eso, el partido que hasta anoche tenía mayoría absoluta en decenas de municipios y autonomías, no se ha molestado en tener algo parecido a un programa ni nuevo ni electoral ni digno de consideración y, como ejemplo de ello, bastan los bochornosos espectáculos de Aguirre y Cospedal. Ello,
unido a su irritante prepotencia, su evidente desconexión con su electorado (y con la propia realidad), su vergonzosa ausencia de autocrítica, su cansina insistencia en un absurdo patrioterismo y un infundado triunfalismo económico, su denigrante concepción de la ciudadanía como un rebaño de niños de teta y a su obsesión por el discurso del miedo ha llevado a los populares a una situación crítica (11 puntos menos que en 2011, 2,5 millones perdidos) que no ha sido de siniestro total porque aún existen cientos de miles de descerebrados capaces de seguirles votando (misterio que debería resolver Íker Jiménez). Una situación tan negativa para sus intereses que ya da igual si Mr. Plasma, Marciano Rajoy, decide adelantar las elecciones generales o dejarlas donde estaban: lo de ayer fue el bofetón de Gilda. Lo que está por venir, una caricia de Mike Tyson.
- PSOE: Tras las elecciones de ayer, lo único que ha quedado patente es que el cambio de Pérez Rubalcaba por Sánchez sólo ha servido para aminorar la velocidad de su implosión, pero ni mucho menos para detenerla. La "izquierda ciudadana" ya ha elegido sus paladines y estandartes y ninguno de ellos son puños ni rosas. ¿Motivos? La falta de originalidad de sus planteamientos, el
colaboracionismo con el PP en ciertos asuntos, la ausencia de reacción inteligente ante los nuevos tiempos y el hecho de tener un líder que sólo puede ofrecer fotogenia. Todo ello les ha colocado en un dilema de consecuencias suicidas para sus intereses: si no pactan con quienes le han comido la tostada, beneficiarán al PP, y si pactan, habrán sentenciado su porvenir electoral y político para los próximos años. Es decir, que Sánchez y compañía tienen ante sí la nada envidiable tarea de escoger si, políticamente, quieren morir ahorcados o, por el contrario, morir fusilados.
- IU: Alguien ya debería haber empezado a preparar un funeral civil. Causa de la muerte: anacronismo.
- UPyD: Alguien ya debería haber empezado a preparar un funeral color magenta. Causa de la muerte: narcisismo.
- Podemos: Es el partido que mejor rédito electoral y mediático ha sabido obtener del magma indignado (y ojo que no sólo me estoy refiriendo al 15M y aledaños). Ese magma al que lo único que le importa es el cambio y el desalojo por encima de la viabilidad de las ideas, la fiabilidad de sus líderes y la demagogia. Ese magma cortoplacista que es el auténtico maná para la izquierda en España actualmente, como, para su desgracia, han constadado PSOE e IU. Ese magma coyuntural que cree que Pablo Iglesias es una
suerte de mesías que traerá la prosperidad y un arcoiris diario a este país. Bueno, también lo pensaron los franceses con Robespierre y los alemanes con un tan Adolf. El caso es que, más allá de cualquier consideración, el efectismo de Podemos está dando un sensacional resultado. Lo que es innegable es que tienen mucha más astucia, habilidad e inteligencia que la mayoría de los partidos políticos en liza a la hora de fijar sus objetivos y conseguirlos, como ejemplifica la táctica de recurrir a "plataformas Frankenstein" para concurrir electoralmente en algunos sitios y que tan buenos resultados le ha dado en Barcelona y Madrid.
- Ciudadanos: Pese a las torpezas cometidas respecto a las listas de canditados, a los constantes y absurdos ataques de uno y otro
lado y a los malabares que ha tenido que hacer con los plazos y los medios, ha conseguido unos resultados francamente buenos (tercera fuerza a nivel nacional, ojo). Ahora mismo, Ciudadanos encarna la única esperanza de un cambio viable y sensato. Algo que deberá confirmar demostrando que no pactará con unos ni con otros para auparlos a sillones y elaborando una lista para las generales que no lo fíe todo al indudable magnetismo y talento de Albert Rivera. De no ser así, la decepción puede ser tremenda.

Dicho esto, antes de acabar, comentaré brevemente "lo de Madrid". En Madrid ciudad: el espectáculo que ha dado Esperanza Aguirre ha sido simple y llanamente patético, vomitivo, ridículo y bochornoso. Se ha revelado como la quintaesencia de todos los vicios y defectos del PP...y así le ha ido: pírrica victoria. Claro que, quienes más agradecidos deben estar a Aguirre son los
de Ahora Madrid, porque han sido los más beneficiados con la desmedida y disparatada campaña de descalificaciones, incoherencias y golpes bajos que ha perpetrado la candidata (im)popular a la alcaldía. Ello por no hablar del repugnante y partidista tratamiento ofrecido por Telemadrid, con los ¿debates? como peor ejemplo de desfachatez. Así las cosas, los únicos o, mejor dicho, las únicas que han estado a la altura de lo que esperaban sus votantes han sido Carmena y Villacís. Coherencia. En cuanto a Antonio Miguel Carmona, probablemente el candidato mejor preparado de cuantos se presentaban a la alcaldía, ha sido víctima tanto de los problemas del PSOE a nivel general como de su excesiva ilusión personal por ser alcalde, que le ha llevado a realizar una campaña demasiado "electoralista" (valga la redundancia) y con ideas francamente estrambóticas (esas naumaquias...). De IU y UPyD no hablo por respeto a su extinción. 
En Madrid comunidad: duelo al sol bajo la insipidez...excepto por Ignacio Aguado, quien, con trabajo, humildad y sensatez, ha obtenido unos excelentes resultados. Por lo demás, está claro que son malos tiempos para la poesía...

Ahora se avecinan unas semanas de incertidumbre, llenas de cábalas, conjeturas y juego de tronos. Unas semanas que deberán resolver muchos interrogantes ante el nuevo escenario que ha dejado el vendaval ciudadano. Unas semanas que servirán para atraer o espantar decepciones. Unas semanas que influirán en mucho de lo que ocurra en las próximas elecciones generales. Pero,más allá de todo esto, lo más importante es que el cambio ya está aquí, que el tiempo de la prepotencia y la desvergüenza ha llegado a su fin, que la impunidad ha caducado, que los ciudadanos hemos vuelto a tomar las riendas, que la soberanía vuelve a estar donde dice la Constitución: en el pueblo español.

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