Del mismo modo que la televisión de nuestro tiempo no se puede entender sin ellos, gracias a ellos entendemos mejor el mundo que nos ha tocado vivir. Mejor y con una sonrisa. Forman parte ya de la cultura (pop o friki, pero cultura al fin y al cabo), del imaginario colectivo, de la historia de la televisión y de la memoria de quienes hemos crecido con ellos y, en ocasiones, gracias a ellos. Poseen la agudeza de un sociólogo, el espíritu crítico de un periodista (de los de verdad), el ingenio de un humorista y la sencillez de un dibujo infantil. Tienen la capacidad de evadirte y despertarte a un mismo tiempo. Son "esa otra familia" complementaria a la sanguínea y la afectiva con la que siempre puedes contar para reírte, desconectar o entender de qué va todo esto. Son Los Simpson y hoy llegan a los 500 capítulos. Hace casi cuatro años escribí un artículo sobre ellos...y hoy, como entonces, sólo puedo decir: ¡Viva Los Simpson! ¡Arriba Springfield! ¡Mosquis!
domingo, 19 de febrero de 2012
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