sábado, 23 de enero de 2010

"Up in the air": Reflexiones de altura

Anoche vi la película "Up in the air", un film magnífico. ¿Podría acabar así este artículo? Efectivamente, pero no quiero. Esta cinta no sólo es una de las mejores comedias dramáticas que he visto en los últimos tiempos, entendiendo el cine como un arte que, además de maravillar, hace pensar al espectador, sino que es uno de los más notables y descarnados retratos de la sociedad actual que ha visto la gran pantalla en los últimos años.

Dirigida y coadaptada de la novela homónima por Jason Reitman, éste confirma
y amplía aquí las expectativas que ya sembró en sus estupendas "Gracias por fumar" y "Juno", ayudado para ello por un trío de actores que deslumbran con solvencia, sutileza y naturalidad encarnando unos personajes presas gustosas de sus propias convicciones, miedos y prejuicios y cuyo futuro es, en el mejor de los casos, etéreo. A destacar especialmente, el cada día mejor actor George Clooney, interpretando soberbiamente al sofisticado y entrañable cínico con vitola de ganador y alma de perdedor sobre el que se asienta toda la trama del film y que encuentra en la exquisita Vera Farmiga, actriz que es uno de mis pecados cinematográficos preferidos, la mejor réplica tanto en la ficción como en la interpretación.

Más allá de ser una gran comedia dramática que narra el amargo viaje existencial a ninguna parte de un hombre de negocios cuyo trabajo consiste en finiquitar laboralmente a cientos de personas a lo largo y ancho de EEUU, "Up in the air" constituye, gracias a sus brillantes y lacerantes diálogos, una demoledora y acertada radiografía de nuestra sociedad, haciendo especial hincapié en las relaciones laborales, por un lado, y en las relaciones afectivas, por otro.

Ingeniosa y perturbadora, esta película provoca en el espectador la misma desazón aprobatoria que supone leer "La era del vacío" de Gilles Lipovetsky, con la que tiene no pocos elementos en común. La vanidad como filosofía de vida, el narcisismo como vehículo existencial, el cinismo como respuesta a la cobardía moral, la alergia al compromiso, la cosificación hedonista de las personas, la despersonalización del mundo laboral, la volatilidad de los ideales y las metas, la mascarada como forma de convivencia, la relativización de la mentira, los sentimientos como excepción...todo ello y más se encuentra encerrado dentro de este film al que nada se puede reprobar y del que hay mucho que aprender...
Será raro que en el "año Avatar" esta película triunfe en los Óscars, pero...se lo merecería sobradamente por su gran altura cinematográfica y sociológica.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te deja un sabor un pelin amargo, quiza porque retrata perfectamente la sociedad actual, egoista, despersonalizada y poco comprometida con nada...El final, aunque no previsible es el fruto de su ligera forma de ver la vida, tan ligera de equipaje y sin peso en su mochila y que se traduce en una soledad impuesta de la que ya no puede salir...sobrecoge y empatizas con él al final de la peli...¡si señor! Una gran pelicula.

"A" dijo...

Quisiera no tener mi mochila llena y sentir que es una "pesada carga" o tenerla "eternamente vacía"