Se trata de la segunda película rodada en España por el mexicano Guillermo del Toro tras "El espinazo del diablo" (2001) y, al igual que ésta, mezcla fantasía y posguerra en una atmósfera enfermiza y "sucia". La trama se puede resumir en cómo una niña, para sobrevivir a un mundo real nada agradable, se refugia en el mundo mitológico que aguarda en el laberinto de marras. Pero, pese a que la venden como si fuera una versión hispana de "La Historia Interminable" o "Harry Potter" con falda, nada más lejos de la realidad, nunca mejor dicho. Ni tiene tanta fantasía como promete ni mucho menos es una película "familiar" o para niños. ¿Por qué?
- El mundo y la imaginería de Guillermo del Toro está en las antípodas de cualquier obra de los Hermanos Grimm o película de Disney o entrega del mago con gafas más famoso del mundo. Enfermizo, viciado y retorcido, el cosmos del director mexicano parece fruto de un cruce entre la novela de terror gótico y una de las pinturas "negras" de Goya. Este particular universo puede resultar atractivo e indudablemente original, pero es tan aconsejable para un niño como regalarle una motosierra.
- Pese a que, a priori, parece la balanza mundo real-mundo fantástico puede decantarse en favor de este último, lo cierto es que a medida que pasa la película es el cruel mundo real el que se lleva el fauno al agua y la fantasía no deja de ser un mero "entreacto".Vamos, que quien vea el tráiler de la película ya ha visto todas las escenas fantásticas que hay en el film.
- Como en cualquier película de Guillermo del Toro hay varias concesiones a la crueldad o violencia explícita, lo que se traduce en fotogramas tan desagradables que bordean lo "gore". Quizás por eso no sea una película recomendada para menores de 18 años.
Dicho esto, voy a pasar al cuento que narra Guillermo del Toro en esta película que sorprendentemente no tiene ni fauno ni hadas de por medio. Como todos los cuentos, tiene personajes muy buenos muy buenos (la niña, los maquis y las gentes del pueblo) con sus correspondientes antagonistas muy malos muy malos (el ejército franquista). Y, como en todos los cuentos, los buenos vencen y los malos pagan sus fechorías. Aunque respeto cualquier opinión y punto de vista (máxime en terrenos artísticos como el cine), lo cierto es que planteamientos de un maniqueísmo tan demagógico, pueril y "naif" me parecen adecuados cuando estamos hablando de Blancanieves, Caperucita, la Bella Durmiente y compañía, pero no cuando se habla de un hecho histórico tan complejo y traumático como fue la Guerra Civil y su posguerra.
Que hubo descomunales cabrones como el capitán Vidal (Sergi López) en el ejército franquista, sin duda. Que el ejército franquista cometió desmanes y tropelías, sin duda. Que la maldad y la hijoputez eran propiedad exclusiva del ejército franquista, pues mira no. Cualquier persona que no se deje llevar por el fanatismo reconocerá que en la Guerra Civil, como en cualquier guerra, se cometieron injusticias y atrocidades en ambos bandos y que, igualmente, hubo buenas y malas personas a uno y otro lado de la trinchera. Por eso, ópticas tan "infantiles" como "estos eran muy buenos y estos eran muy malos", especialmente cuando se habla de hechos históricos, pues como que me dan un poco de alergia. Y quede claro que diría lo mismo si el planteamiento fuera el contrario y presentara a los maquis como una caterva de desalmados y al ejército franquista como los ángeles enviados por Dios para instaurar en la tierra el Reino de los Cielos (lo que me recuerda a la película homónima de Ridley Scott que sí hace una revisión honesta de una guerra como fueron las Cruzadas). A ver si me entienden: ¿Qué les parecería que alguien hiciera una película sobre la Segunda Guerra Mundial desde la óptica del Eje y mostrara a los ejércitos democráticos occidentales como unos cabrones inmisericordes sin excecpiones? Pues eso.
En resumen, en "El laberinto del fauno" el verdadero monstruo es la niña Ivana Baquero (como Dakota Fanning pero versión spanish) quien con una magnífica y creíble interpretación eclipsa al resto del reparto (en el que, nuevamente, chirría a mi gusto una Ariadna Gil que te interpreta igual a una vedette del Siglo de Oro que a una sufrida madre de posguerra...En fin). Y, para quien quiera calentarse la cabeza al salir del cine: ¿Existía de verdad ese mundo mitológico o estaba la niña "quijotizada"? Piensen, piensen...Por lo demás, esta película no es un cuento de hadas...igual que no lo fue la Guerra Civil ni ninguna guerra, así que, para otra vez, que "no me vendan el fauno". Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario