España es, cada día más, un país en el que pasando de todo, no pasa nada. Una nación donde llueven piedras y se esconden manos. Un territorio lleno de perros que ladran pero no muerden. Un lugar donde todo queda en papel mojado a la velocidad de la luz. Un país que reniega de la valentía del último paso. Un Estado de polvareda. El reino de todo-da-lo-mismo.
La última muestra de ello es la interminable polémica sobre si el Rey fue el "Elefante Blanco" del 23-F o si los únicos paquidermos que conoce el monarca son los que caza antes de hostiarse. Todo ello a cuenta del libro de Pilar Urbano, cuya tesis principal es que a Adolfo Suárez todo el mundo (empezando por el Rey) quería quitárselo de la vista, ya fuera por lo militar o por lo vil. Tesis que, como era obvio y esperable, ha sido ya desmentida por Zarzuela y por algunos aledaños de Suárez.
Dejando al margen el oportunismo éticamente cuestionable de publicar el libro cuando uno de sus principales protagonistas y afectados acaba de morir, lo que más me desconcierta y llama la atención de todo este cisco es lo siguiente:
- Si es mentira lo que cuenta el libro, es de tal gravedad que (con el Código Penal en la mano) la autora debería haber sido ya objeto de querella por calumniar (según el artículo 205, calumnia es la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad), por injuriar (según el artículo 208, injuria es la acción o expresión que lesiona la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación) y por delito contra la Corona (artículo 490).Por eso, es cuando menos muy sorprendente que todo se quede en el mero bla,bla,bla del desmentido.Si es una mentira tan rotunda, ¿por qué nadie se ha querellado? ¿Por qué el Ministerio Fiscal no ha actuado de oficio? Total, si es mentira constitutiva de delito, quedaría evidenciada en un procedimiento judicial en el que la prueba lo es todo.¿Entonces? ¿Qué pasa? ¿Dónde están las querellas?
- Si no es mentira lo que cuenta el libro, es igualmente sorprendente que la vilipendiada autora no se haya defendido ya de tanto ataque y menosprecio sacando a la luz los documentos que prueben que lo que dice o lo que cita es cierto. ¿Por qué no se defiende la autora? ¿Dónde están las pruebas de lo que ha publicado?
¿A qué están jugando? Con las graves insinuaciones y acusaciones implícitas en el libro de Pilar Urbano, sólo caben dos posibilidades: o miente la una o mienten los otros. Es decir, lo único seguro es que alguien nos está tomando el pelo...y que no pasará nada, porque así es este país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario