jueves, 10 de abril de 2014

Atleti

Algún día, cuando llegue a viejo, podré decir que yo viví estos tiempos. Algún día, cuando llegue a viejo, podré contar que yo fui uno más de los que rieron, lloraron, gritaron y aplaudieron. Algún día, cuando llegue a viejo, podré hablar a otros de la época en la que la leyenda se escribía sobre piel de gallina en la sección de noticias deportivas. Algún día, cuando llegue a viejo, podré decir que yo pisé el estadio en el que las gradas se volvían trueno. Algún día, cuando llegue a viejo, podré hablar de los días en los que el esfuerzo y el compromiso derribaban gigantes y atrapaban sueños. Algún día, cuando llegue a viejo, podré recordar las caras de quienes se levantaron hombres y se acostaron mitos. Algún día, cuando llegue a viejo, podré explicar el secreto de esa lágrima compartida por el anciano y el niño, el rico y el parado, el castizo y el foráneo. Algún día, cuando llegue a viejo, podré descubrir a otros lo que el fútbol puede enseñarte sobre la vida. Algún día, cuando llegue a viejo, podré demostrar a otros que la gloria no se alcanza con la victoria ni con la derrota sino con todo lo que haces por el camino. Algún día, cuando llegue a viejo, podré afirmar cuánta grandeza cabe en la humildad. Algún día, cuando llegue a viejo, podré decir que yo vi jugar a un equipo que sobre el césped se volvía relámpago, vendaval, estampida, riada, erupción, tsunami, terremoto, remolino y explosión. Algún día, cuando llegue a viejo, podré decir que vi con mis propios ojos un equipo de jugadores que derrochó coraje y corazón hasta abrir de par en par las puertas de la eternidad. Algún día, cuando llegue a viejo, podré contar cómo un solo hombre basta para cambiar la historia. Algún día, cuando llegue a viejo, podré defender ante quien sea que el fútbol, como el más puro de los sentimientos, es algo que te traspasa más allá de las palabras. Algún día, cuando llegue a viejo, podré convencer a quien sea de que la fe no sólo tiene que ver con lo sagrado. Algún día, cuando llegue a viejo, podré recitar los nombres de quienes dejándose el alma conquistaron el cielo donde ya están Aragonés y compañía. Algún día, cuando llegue a viejo, podré sonreír al decir que la vida es algo que se disfruta y conquista partido a partido. Algún día, cuando llegue a viejo, podré recodar la temporada 2013-2014 como el año en que un equipo de fútbol hizo lo impensable hasta ser inolvidable. Algún día, cuando llegue a viejo, podré gritar bien alto: ¡Que viva mi "Atleti" de Madrid!

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