Es curioso que haya pasado justo un año desde que escribí por última vez en este blog. Una mera curiosidad a pie de página de doce meses llenos de cambios y novedades tanto en lo puramente noticiable y reseñable como en lo estrictamente personal y privado y que han transformado tanto el mundo que veía como mi forma de verlo. La mirada cambia cuando lo hace tanto lo que se ve como quien lo ve. Eso es exactamente lo que ha pasado.
Y, ahora que retomo esta ventana desde la que asomarme y mostrarme mientras cuento, digo y pienso, no puedo prometer más que no escribir nada que no piense.
Así pues, tanto si en este reinicio me acompañan quienes ya lo hacían antes como si se suma nueva gente por primera vez, sed todos bienvenidos a esta aventura, viaje, crónica, atalaya y refugio que ha sido siempre este blog.
El ayer queda atrás. Es hora de hablar. Se acabó el silencio.
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