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Además, el hecho de que emblemas del slasher tan icónicos como Cara de cuero o Jason hubieran salido bien parados de su paso por las manos del palomitero productor Michael Bay, mano que mece la cuna de esta nueva versión, invitaba a pensar que Freddy Krueger (por cierto, mi "monstruo" fílmico favorito) no tenía nada que temer...
Pero tampoco hay que olvidar que la saga de "Pesadilla en Elm Street" había ido decayendo hasta casi el hastío, el despropósito y la autoparodia (quizás motivos todos ellos para afrontar un remake...). Algo que casi olvidamos con el crossover más bizarro y sanguinario que servidor recuerda: la entretenida "Freddy vs Jason".
Por tanto, los alicientes y las dudas sobrevolaban por igual mi entrada en la sala del cine. Lástima que, con el paso del metraje, los alicientes se evaporaran y sólo quedaran asentadas las dudas...
Y es que la nueva "Pesadilla", pese a la acertada actuación y realista caracterización del nuevo Krueger (Jackie Earle Haley), la correcta ambientación (la fotografía hace mucho) y el interesante (pero fugaz) coqueteo en la trama con
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Pero, con el ánimo de acabar el artículo con buen sabor de boca, qué mejor que recordar las "moralejas" de la película de Craven: hay recuerdos que es mejor no tener, soñar a veces es demasiado peligroso, la mente es un arma de doble filo y...no hay que dejar que nuestros miedos tengan más presencia de la que deberían...
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