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Este montaje está dirigido por Álvaro Lavín y, como es de esperar, producido por Teatro Meridional, que deja su innegable marchamo combinando lo audiovisual con lo meramente escénico, tal y como ya hizo en su otra producción en cartel, "La verdadera historia de los Hermanos Marx". Quizás en la obra aquí reseñada, tal combinación resulte extraña y prescindible pero hay que reconocer su originalidad (aunque sólo sea por poder disfrutar del cameo del genial Enrique San Francisco).
La función tarda en carburar en cuanto al ritmo y la química con el espectador se refiere, pero su progresión es positiva y al finalizar deja innegablemente un ameno sabor de boca.
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El elenco, trufado de rostros conocidos especialmente por su andadura televisiva, realiza una interpretación que va de menos a más sin superar en ningún momento la mera y presumible corrección...excepto en el caso del popular José Luis Gil (Joseph Tura) que aúpa la obra él solo, brindando una espléndida actuación que regala los mejores y más hilarantes momentos para el patio de butacas. Él, en mi opinión, es el único de todo el reparto que mejora superlativamente a su homólogo en el original cinematográfico.
En definitiva, este "Ser o no ser" es una agradable y amena comedia que consigue el objetivo esencial de cualquier obra de su género: que el espectador salga del teatro con una sonrisa en los labios.
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