De un tiempo a esta parte, diseminadas entre las noticias que se llevan los grandes titulares, vienen apareciendo informaciones que, las cosas como son, acojonan y bastante (al menos a mí). Noticias que no tienen que ver con guerras, pandemias, salvajadas en nombre del Islam, masacres en nombre Sión, violencia racista, asesinatos varios, abusos de toda índole, etc. Son noticias que, miradas en perspectiva, son aún peores que las que acabo de citar porque supondrán, como mínimo y en el mejor de los casos, la pérdida de millones de vidas. ¿Qué noticias son estas tan funestas y macabras? El agotamiento implosivo del planeta, la sexta extinción masiva, el deshielo irreversible de la Antártida (del que obviamente no se salvará España), la desaparición de las abejas, la tormenta solar que vendrá...Noticias que no son precisamente sensacionalistas, sino que tienen el crudo dramatismo de la frialdad científica. Noticias que por sí solas no serían alarmantes...si viviéramos en un mundo en el que globalmente se actuara de forma responsable, coordinada y previsora. Pero no vivimos en un mundo así. De hecho, buena parte de los problemas actuales y, especialmente venideros, viene porque se ha extendido desde las cúpulas
dirigentes hasta los ciudadanos rasos una conciencia cortoplacista y egocéntrica totalmente despreocupada por el porvenir de quienes ¿heredarán? la Tierra. Si los gobiernos mundiales son incapaces (por negligencia o voluntad) de cauterizar no sólo las guerras, las pandemias y las crisis humanitarias que son el titular nuestro de cada día sino de solventar los problemas internos en sus respectivos países ¿cómo van a poder remediar crisis de nivel planetario?
Así las cosas, con la Humanidad pisando el acelerador hacia la distopía, no puedo dejar de tener una creciente e incesante intranquilidad, como quien ve retraerse al mar momentos antes de
un tsunami. Pero, lo que más miedo me da todo esto es que, cada día que pasa, tengo más claro que la única solución posible pasa por una, si no idéntica, sí muy similar a la planteada por Ozymandias en esa obra maestra llamada Watchmen. ¿Por qué? Porque quizás haga falta una tragedia descomunal para que la Humanidad por fin abra los ojos y evite una tragedia aún mayor. Tiempo al tiempo.
un tsunami. Pero, lo que más miedo me da todo esto es que, cada día que pasa, tengo más claro que la única solución posible pasa por una, si no idéntica, sí muy similar a la planteada por Ozymandias en esa obra maestra llamada Watchmen. ¿Por qué? Porque quizás haga falta una tragedia descomunal para que la Humanidad por fin abra los ojos y evite una tragedia aún mayor. Tiempo al tiempo.
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