viernes, 27 de julio de 2012

La canción de George R.R. Martin

Hace casi una semana, Madrid estuvo, gracias a los eventos organizados por el Espacio Fundación Telefónica, un poco más cerca de Poniente, el continente imaginario donde tiene lugar la ficción de Canción de hielo y fuego, de la que ya hablé en otro artículo.Por no extenderme demasiado y puesto que la mayoría de dichos eventos se pueden ver en diferido en internet, los comentaré muy brevemente.

Gracias a la proyección del capítulo Aguasnegras descubrimos que una serie ya no tiene nada que envidiar a una película y que el valor no depende del tamaño, aspecto o linaje de un personaje sino de sus decisiones, de sus acciones.

En el coloquio sobre el fenómeno de Juego de tronos entendimos que sólo dentro de mucho tiempo se podrá tasar el verdadero valor de los libros de Canción de hielo y fuego y la serie de ellos derivada; que ser lo más vendido o visto no significa obligatoriamente ser lo mejor; que uno de los grandes méritos de esta obra de George R.R. Martin es cómo aglutina elementos y trucos narrativos ya clásicos; que lo importante no es distinguir entre lo bueno y lo malo sino entre lo bueno y lo excelente; y que Internet y las redes sociales han sido una enorme caja de resonancia que ha aumentado decisivamente los efectos del tradicional boca-oreja.

Y en el encuentro con George R.R. Martin, Alejo Cuervo y Cristina Macía comprendimos (más de 5.900 personas) que el éxito no por tardío es menos merecido; lo bueno (y valiente) que es apostar por algo antes que nadie (y esto se puede aplicar a Gigamesh, a HBO y a Canal Plus); que la frase de Martin de "Si no puedes complacer a todo el mundo; por lo menos complácete a ti mismo" es una excelente filosofía; que detrás de un éxito y un fenómeno como éste hay cientos y cientos de horas de trabajo y esfuerzo; que nunca hay que confundir ganar un premio con la calidad literaria; que todo empezó con un poema de Robert Frost; que la humildad es algo que caracteriza a los verdaderos triunfadores; que traducir bien (olé Cristina Macía, olé Diego García Cruz) es algo no suficientemente bien valorado; que el personaje favorito de Martin es Tyrion Lannister y su casa/familia preferida son los Stark...y decenas de anécdotas y secretos más.

En lo personal, sólo tengo unos apuntes respecto a este asunto:

  • Poniente es un mundo hijo de nuestro tiempo: el efecto mariposa de cualquier acción es multilateral; no importa tanto en qué o en quién creas sino qué haces; todo cuanto sucede responde a unos intereses; la comunicación es instantánea (los cuervos funcionan como e-mails); las mujeres tienen un poder que, si bien puede ser distinto, no es menor que el de los hombres; la política es un juego de traiciones; el Muro encarna ese miedo/aversión a lo foráneo; el peso de la religión se ha disipado; el poder y el manejo de la información (Baelish/Varys) son fundamentales; la amenaza del inminente invierno es el clásico recordatorio conservador que advierte de las penurias económicas o bélicas; todo lo que no se puede solucionar con el dinero o las armas se puede resolver con el sexo; lo que mueve el mundo no es tanto lo que se sabe como lo que no se sabe...
  • Pese a la calidad y el atractivo de la adaptación televisiva, los libros que integran Canción de hielo y fuego son mucho más interesantes y divertidos.
  • Juego de tronos demuestra que, actualmente, las series de televisión ya pueden superar la calidad de muchas películas.
  • El peso de la violencia y el sexo explícito es mucho mayor en la televisión que en los libros, haciendo evidente que la adaptación televisiva es eso: una adaptación para televisión (con todo lo bueno y malo que ello conlleva). 
  • En Canción de hielo y fuego se mezclan unos personajes de una calidad casi Shakespeariana (Tyrion) con otros que se salvan del arquetipo gracias a unos matices que no los hacen puramente buenos o malos.
  • Mi personaje favorito es Tyrion Lannister con mucha, muchísima diferencia.
  • Mi familia favorita son los Stark, por su nobleza, su firmeza, sus vínculos afectivos; su austeridad...y por tener como símbolo a mi animal favorito.
  • No todo lo que se clasifica como "cultura de masas" tiene una calidad mediocre y éste es un buen ejemplo.
  • George R.R. Martin es un tipo muy agradable, simpático, divertido y cordial. De divo, sólo debe tener la cuenta corriente. Es algo así como un "Santa Claus de lo friki" (y ojo que no estoy utilizando "friki" peyorativamente).
En definitiva, el paso del cometa Martin por Madrid ha sido un auténtico placer para aprender, conocer y descubrir que a la cultura le sobran etiquetas y que, aunque no sea Tolkien, vale la pena adentrarse en la fantasía que George R.R.Martin escribe y Gigamesh publica. En serio. 

jueves, 12 de julio de 2012

"Juego de tronos": Un éxito de hielo y fuego

Hielo y fuego. Mundanidad y fantasía. Drama y aventura. Intimidad e infinitud. Idealismo y pragmatismo. Nobleza y vileza. Armas y palabras. Lo cerebral y lo visceral. Amor y odio. Suerte y fatalidad. Elegancia y brutalidad. Victoria y derrota. Vida y muerte. Tolkien y Shakespeare...Son muchas las dialécticas que componen los engranajes de la exitosa saga de libros Canción de hielo y fuego y su no menos celebrada traslación televisiva, Juego de tronos. Un crisol de opuestos que ha dado como resultado un auténtico e incontestable fenómeno global, no sólo en términos geográficos, sino también generacionales y de soporte. Un éxito propio de la sociedad y el mundo en que vivimos.

Porque, la verdad es que las luchas de poder, venganza y supervivencia entre las familias más poderosas de los Siete Reinos atraen por igual al niño, al adolescente, al adulto y al que peina canas y son seguidas no sólo en las páginas publicadas en España por la editorial Gigamesh, sino también en los capítulos televisivos que en nuestro país emite en primicia CANAL +, en el videojuego desarrollado por Cyanide Studios, en las viñetas del cómic publicado en España por Planeta DeAgostini...

Casos como La Guerra de las Galaxias, El Señor de los Anillos, Harry Potter, Las Crónicas de Narnia, o Batman son buenos ejemplos de cómo el éxito hace trascender una ficción más allá del soporte original en el que fuera contada: Libros, películas, televisión, videojuegos, cómics...e internet y las redes sociales. En el siglo XXI, el triunfo de un producto de ficción ha disipado las fronteras entre los distintos soportes y formatos. Y el mejor exponente de todo ello, son quizás los libros que allá por 1996 comenzó a escribir George R.R. Martin. Obras que hoy, dieciséis años más tarde, son esperadas, compradas, leídas, reclamadas y reivindicadas por miles de fans en todo el mundo.

Desconozco la respuesta a cómo algo que comenzó en el siglo pasado ha explotado triunfalmente en éste, convirtiendo a George R.R. Martin de un autor de culto entre los amantes del género fantástico en un escritor de fama internacional. Quizás la solución al enigma haya que buscarla en el impulso definitivo que ha supuesto la serie de televisión Juego de tronos, producción que, tomando como título el del primer libro de Canción de hielo y fuego, ha vuelto a situar a HBO (tras genialidades como Roma, The Wire, Los Soprano, Hermanos de sangre, The Pacific o Boardwalk Empire) como un canal de referencia en cuanto a la calidad y/o el entretenimiento televisivo.

Dudas aparte, lo que es seguro es que Internet y las redes sociales son imprescindibles a la hora de comprender el impacto y la expectación que genera esta ficción. El diálogo y el intercambio continuo que habilita la Red han logrado que Poniente sea más real y noticiable que muchos continentes reales y que lo que sucede en torno al Trono de hierro interese más que muchas noticias extraídas de la realidad. Algo que es muy positivo…siempre y cuando obviemos el componente enfermizo que, usualmente y por desgracia, tiene cabida en fenómenos tan grandes como éste y que encuentra en internet el lugar perfecto para dar rienda suelta a un fanatismo que no es inocuo ni sano.

Sea como fuere, lo cierto es que el éxito de Canción de hielo y fuego (A Song of Ice and Fire) es un premio al trabajo bien hecho: el de George R.R. Martin por su dedicación e indiscutible oficio a la hora de contar las historias que él quiere contar; el de Cristina Macía por traducir con criterio, calidad y constancia las palabras que hoy muchos ya recuerdan; el de Gigamesh por apostar en España por un tipo de literatura que algunos denostan y a muchos hace felices gracias a autores como el propio Martin o Tim Powers; y el de CANAL + por esforzarse año tras año en ser los primeros en traer a España las mejores series. Un triunfo, en definitiva, más que merecido para todos los implicados.

Por eso, tiene sentido que festivales como Celsius 232 o centros como el Espacio Fundación Telefónica se hagan eco de un fenómeno que, gustará más o menos, pero cuyo éxito, relevancia y actualidad son tan innegables que cuestionarlo supone un ejercicio de ignorancia.

miércoles, 11 de julio de 2012

A esto se referían los Mayas

O, más bien, a éste. Un tipo con más de tres colores en el pelo es, por definición, sospechoso. En el caso que nos ocupa, sospechas confirmadas: es un peligro. Es alguien que no está ni en sus cabales ni en su sitio: Hitler celebrando el sabbat, Bin Laden como Obispo de Roma, Stalin festejando el 4 de julio, Paquirrín en el Concierto de Año Nuevo, Leticia Sabater en la Mansión Playboy, Balotelli en el mundo. Parecía imposible que, después de esa maldición bíblica llamada José Luis Rodríguez Zapatero y su corte de los milagros (y las milagras), España tuviera de nuevo el epicentro de sus desgracias en La Moncloa, pero no amigos, no, nunca hay que subestimar el poder de los políticos españoles para empeorar una situación.

Hoy es un día que pasará a los anales de la Historia porque, literalmente, ha sido un día para cagarse. De risa, no. De miedo, tal vez. En la madre de alguien, muy probablemente. Rajoy, tras recuperar para la Cristiandad el Códice Calixtino (versión low cost de cualquier novela de Dan Brown), decidió que hoy era un buen día para demostrar a Europa, el mundo y la galaxia de qué es capaz cuando se pone a ello. Y vaya si lo ha demostrado. Ha demostrado que es un fiera a la hora de hacer las cosas mal, a medias, tarde o no hacerlas.

Lo que ha hecho hoy Mariano Rajoy respecto a la crisis económica es como operar a un paciente aquejado de un tumor maligno en el hígado y quitarle el apéndice y las amígdalas. Gran trabajo. ¿Qué no ha hecho? Arreglar la tomadura de pelo de las autonomías y ayuntamientos, menguar los organismos y las instituciones públicas, acabar con el cachondeo de las entidades financieras, ejemplarizar aplicando severas medidas en la clase política y sindical, y, por supuesto, pedir perdón por haber decidido, hace muchos años, cuando su pelo sólo tenía un color, dedicarse a la política. De poner las bases para paliar la crisis, estimular el crecimiento y fomentar el empleo, ni hablamos. ¿Qué ha hecho entonces? Anunciar unas medidas destinadas a putear aún más a la mayor parte de la sociedad española. Gracias a ellas, tanto si ahorras como si consumes, te quedas sin dinero. Además de eso, si quieres trabajar o conservar el empleo, compensa más ir a poner velas a San Judas Tadeo que apuntarte en el INEM. Por lo demás, si tienes enfermos o personas con discapacidad a tu cargo, mejor que te mentalices para ascender a los altares por beato, porque ayudas, pocas. Y si quieres tener casa propia, o esperas a heredarla o mejor te la construyes en una maqueta. ¡Brillante! ¡Excelso! ¡Estupendo! ¡Astuto! ¡Genial! ¡Heroico! ¡Valiente! Lo de Rajoy va camino de la leyenda (negra, por supuesto).

En definitiva, el plan de Rajoy para sacarnos de la crisis es... tachán, tacháaaan: ¡No sacarnos! Un plan audaz, sorprendente y que ya le asegura un sitio en la Historia y en los pensamientos de miles y miles de españoles. Este tío sí que es "The Special One".

Es lamentable que el dirigente de un partido político y un gobierno con mayoría absoluta reniegue de cualquier acción, actitud o decisión ejemplarizante y modélica (o decorosa u honrosa) y obligue a la ciudadanía a ser la que dé ejemplo, mientras él y el resto de sinvergüenzas (políticos, banqueros y sindicatos) que están hundiendo (o han hundido) al país, sigan en su mundo feliz. Claro que tampoco se podían depositar muchas esperanzas en alguien cuyo semblante natural es el de un pez difunto expuesto en la pescadería.

Visto lo visto, empiezo a tener claro que los tenebrosos vaticinios de los Mayas tenían más que ver con este sujeto que con cualquier cataclismo cósmico o natural. Igualmente, queda patente que lo mejor que se le puede pasar por la cabeza a Mariano Rajoy es...una maceta, una teja, un adoquín, una cornisa, un pelotazo de Cristiano Ronaldo, un rayo láser, un disco de Álex Ubago, un meteoro, un suicida, un aterrizaje forzoso o un tinte en condiciones.

Así las cosas y repasando la Historia de España de los últimos doscientos años, sólo puedo decir: ¡Líbrenos Dios de cualquier salvador de la patria procedente de Galicia!

lunes, 2 de julio de 2012

3SPAÑA

Es lo que tiene crecer viendo en la televisión Oliver y Benji. Que te dan un balón de fútbol y te dan ganas de comerte el mundo.De momento, 2 campeonatos de Europa (el de 2008 y el de anoche) y 1 Mundial. No está mal.

Hay que reconocer que los españoles no solemos destacar positivamente por ser los primeros en algo pero, cuando nos ponemos a ello, somos la leche. ¿Que nadie había descubierto América oficialmente? Allí que mandamos a Colón y compañía. ¿Que nadie tosía en Europa a Napoleón y sus muchachos? Ahí que aparecen los españoles para dar la nota. ¿Que ningún ciclista había ganado cinco Tours de Francia consecutivos? Allá que enviamos a Induráin. ¿Que nadie había ganado siete veces el Roland Garros? Pues dejamos suelto a Nadal. ¿Que nadie había ganado consecutivamente Eurocopa-Mundial-Eurocopa? Ahí que aparecen los chicos de "La Roja". Y así...

Lo que ha hecho esta selección es algo más que histórico: Es impresionante. Ha conseguido que toda España se olvide de la puñetera crisis o de que el país está en manos de una clase política gilipollesca o de que nuestros ahorros están en manos de una clase financiera indecente o de los viajes a Botsuana. Ha logrado que toda la sociedad abandone el mantra de "Somosunamierdaelmundoseacaba" y ría, llore y grite de alegría. Ha triunfado donde nadie más lo ha hecho, en todo los sentidos. Y eso, tiene mucho mérito.

La Eurocopa que ha hecho España, partiendo desde la mediocridad hasta llegar a la excelencia, ha sido inolvidable. Empezaron el campeonato con un mal partido ante Italia, demostrando que son mortales. Y acabaron el torneo con un extraordinario partido ante Italia nuevamente, demostrando que son inmortales. Y, entre medias, pues algunos apuntes:
  • Francia sabe ahora que el éxito empieza en los Pirineos.
  • Portugal es mejor que se dedique a los fados (o a la lucha libre).
  • Italia es un equipo de diez hombres y un extra del planeta de los simios (y no lo digo por el color de la piel).
  • Sergio Ramos tiene más cojones que John McCLane en una reunión de Al Qaeda.
  • Jordi Alba es la versión cañí y low cost de Usain Bolt.
  • Xavi sigue siendo el mejor jugador del mundo.
  • Fernando Torres sigue siendo un campeón.
  • Fernando Llorente es un ejemplo a admirar.
  • Íker Casillas debía ser un personaje de Los Vengadores.
  • Vicente del Bosque es una ONG.
  • Por muchos árbitros que acumules en un partido, siguen siendo igual de malos.
  • El Príncipe de Asturias es un talismán real.
  • Los videojuegos de fútbol ya no tienen sentido en España porque la realidad supera a la ficción.
Y, aparte de todo eso, la selección (nos) ha demostrado, una vez más, que lo imposible es sólo cuestión de voluntad. Por eso, es un orgullo compartir nacionalidad con esos chavales.
Hay días en los que la Historia se escribe. Ayer fue uno de ellos. Hay días en los que la Historia se recuerda. Hoy es uno de esos. Y poco más hay que decir...o quizás sí: Como alguien diga que los dibujos animados son perjudiciales para los niños, que se lo haga mirar.