miércoles, 31 de octubre de 2012

Darth Mouse o la nueva compra de Disney

Disney compra Lucasfilm. Lucasfilm se vende a Disney. Tras adquirir Pixar (2006) y Marvel (2009), esta nueva compra acaba con toda una era del entretenimiento. Comienza otra. Distinta. Diferente. Hablar de mejor o peor es absurdo...aunque las sensaciones ahora, sinceramente, no son buenas.

Por el lado de Lucasfilm, supone la defunción oficiosa de uno de los imperios más importantes, influyentes y creativos de toda la historia cinematográfica y del "entertainment" y la prostitución de un imaginario lleno de iconos generacionales. Digan lo que digan, desde ayer Lucasfilm es ya historia, en todos los sentidos. No obstante, el ocaso de George Lucas era algo que se veía venir: la injustificable e innecesaria trilogía-precuela de Star Wars, la decisión de abandonar el cine para centrarse en series para televisión, la perpetración de una nueva entrega de Indiana Jones, el anuncio de dedicarse a "producciones indies"... hacía años que George Lucas estaba en caída libre desde la estratosfera del Olimpo y, al contrario que Baumgartner, su descenso ha resultado dramático, como el de Francis Ford Coppola, otro dios caído. Así las cosas, ya sólo cabe darle las gracias por todo. Así de sencillo. Así de triste.

En cuanto Disney, esta megacompra supone la constatación del proceso de refundación de la compañía creada por Walter Elías Disney. Una reinvención obligada por la alarmante crisis creativa que mermó su competitividad y su impacto en su principal target (niños y adolescentes). Así que, reformulando aquella máxima de "Si no puedes con el enemigo, únete a él", Disney decidió comprar a sus mayores rivales en distintos ámbitos para ocupar nuevamente y consolidarse en el trono del entretenimiento. Así se explica que comprara a la gran heredera y rival de Disney en el ámbito del cine de animaciónPixar) y a la empresa que más iconos ha legado a la cultura popular infantil y juvenil en las últimas décadas (Marvel). Ahora ha comprado esa mina de oro abandonada que es Lucasfilm y con ella a personajes totémicos como Darth Vader, Indiana Jones, Yoda y compañía. Una nueva jugada maestra que, pese al pastizal invertido, le saldrá rentable. Disney paga por quedarse sin la amenaza de la competencia pero con todos sus activos y beneficios. Lo dicho, una jugada magistral que, sin embargo, dice muy poco en favor de esa compañía que antaño parecía de cuento de hadas y hoy resulta tan fría y mercantilista como cualquier multinacional. Si Disney hubiera mostrado el mismo ímpetu en recordar/recuperar sus señas de identidad que el esfuerzo realizado a la hora de aniquilar empresarialmente a sus rivales...no habría tenido nunca que hacer esto.

La sensación que queda es de pérdida de inocencia. De desengaño. De decepeción. De constatar que incluso en la "fábrica de los sueños" todo es cuestión de puro y puto dinero.

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