Densa, poética, hipnótica, conceptual, metafísica, trascendente, simbólica, abrumadora, reflexiva, visual, lírica, cuidada, extasiante, conmovedora, excelsa, incomparable, impactante...es muy difícil describir qué es "El árbol de la vida" porque la nueva película de Terrence Malick es un film que no sólo se ve, sino que se siente, se experimenta, se piensa.
"The tree of life" es arte, puro arte. Visualmente, es una catarata de imágenes mayestáticas y sugerentes. Musicalmente, una fascinante sinfonía de sinfonías. Conceptualmente, un interesante laberinto de ideas y reflexiones más grandes que la propia existencia. Una hierofanía cinematográfica como nunca antes había visto. Si hay alguien capaz de manejar con maestría los recursos de un pintor, un compositor y un filósofo para hacer una película de las que te recuerdan que el cine es, por encima de todo, un arte, que a la evasión también puede llegarse por la reflexión y que no sólo la risa, el espanto y el llanto sino también el pensamiento tienen la llave de la catarsis, ése es Terrence Malick. Si hay una película capaz de condensar y ejemplificar soberbiamente todo eso, ésa es "El árbol de la vida".
Respeto y comprendo que haya gente que no entienda o aprecie una película como ésta, porque es radicalmente ajena y distinta a cualquier otra que pueda haber en cartelera e, incluso, a cualquier otra que se pueda ver a lo largo de la vida. Es una rareza tan superlativa en su propia idiosincrasia que para unos será una obra maestra y para otros una tomadura de pelo. Así que entiendo que haya espectadores que abandonen la sala sintiéndose estúpidos o estafados considerando que ellos han pagado por ver una película y no "eso". También entiendo que haya gente que no le guste o sepa valorar la pintura, la música, la escultura o la literatura. Cuando hablamos de arte, hay que estar preparado o, al menos, predispuesto. Para ello, la sensatez y la apertura de mente son una buena base. Pero carecer de una o ambas virtudes no es reprobable puesto que sólo son una lástima para quien las padece, por todas las cosas que se pierde y no es capaz de disfrutar.
No. "El árbol de la vida" no es una película más ni tampoco lo pretende. Es un film que te sitúa en un terreno totalmente ajeno a lo cotidiano, a lo mundanal, a lo previsible, a lo seguro, a lo descriptible. Te conecta directamente con el cosmos y con "lo sagrado", simultaneando el universo exterior con el interior hasta fusionarlos de una manera para la que yo no conozco el término adecuado. Habla de la vida en términos universales sí, pero también en términos íntimos; va desde lo más grande hasta lo más particular; de ahí la alternancia entre las escenas de pura cosmogonía con las de la familia de los O'Brien. Aborda cuestiones tan viejas como el ser humano y tan grandes como el universo. Cuestiones cuyas respuestas no se pueden codificar con palabras. La vida, la muerte; el nacimiento, el deceso; la creación, la destrucción; la alegría, el dolor; el amor, el odio; la compañía, la soledad; el todo, la nada; lo visible, lo invisible; la fe, la duda; lo profano, lo sagrado; la idea, la sensación; la determinación, el miedo; la certeza; la inseguridad; la realidad, el deseo; lo real, lo onírico; el pasado, el presente; el bien, el mal...todas estas dicotomías de contrarios son los ejes sobre los que gira todo cuanto existe y ocurre y, por ello, todas son pilares fundamentales de "El árbol de la vida".
En resumen: Las raíces de este árbol están arraigadas en lo más profundo de nosotros: en nuestras mentes y almas, y a ellas y sólo a ellas habla Malick a través de un prodigioso festival de ideas y sensaciones.
En resumen: Las raíces de este árbol están arraigadas en lo más profundo de nosotros: en nuestras mentes y almas, y a ellas y sólo a ellas habla Malick a través de un prodigioso festival de ideas y sensaciones.
¿Cómo acabé yo al finalizar la película? Pues impactado, con la cabeza llena de pensamientos y una inmensa sensación de pura paz...¿Y tú?
6 comentarios:
Con tan buena recomendación, parece que vale la pena verla. Se intentará (aunque n suelo ir al cine)
Biquiños.
Creo que iré cuando el cine cueste un par de euros, mientras sigue vetado, pero seguro que dentro de un año la echan por TV.
mi querido heimdall:
película impresionista que a través de la inocencia de la infancia te lleva hasta la desilusión de los años de madurez... quizás un hermoso reflejo de estructura bipolar, que tiende a igualar lo íntimo y lo cósmico...
excelente artículo.
Como siempre, muchas gracias por las opiniones y comentarios :) y...mi querido "anónimo", no sé si impresionista o impresionante, pero lo cierto es que esta película te hace ser consciente de que la vida es un todo muy difícil de asimilar racionalmente y que no queda otra que disfrutarla pese a nuestra condición mortal y a pesar de ciertas personas que, conscientemente o no, tratan de entorpecer o envenenar nuestra existencia.
gracias a ti por ver conmigo la vida a través de un caleidoscopio...
Gracias a ti por compartirla conmigo, "anónimo" ;)
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