lunes, 3 de octubre de 2011

¡Zorra!

"Mamífero cánido de menos de un metro de longitud, incluida la cola, de hocico alargado y orejas empinadas, pelaje de color pardo rojizo y muy espeso, especialmente en la cola, de punta blanca. Es de costumbres crepusculares y nocturnas; abunda en España y caza con gran astucia toda clase de animales, incluso de corral". Cualquiera sabe, cuando escucha u oye el término "zorra" expelido a grito pelado o musitado con cara de leche cortada, que la persona que lo profiere está pensando en el vulpes vulpes cuando se dirige de estas maneras a una fémina. O, mejor dicho, que está enfatizando la astucia de la mujer en cuestión, habida cuenta de la proverbial cualidad asociada metafóricamente a los zorros en cuentos y fábulas desde hace siglos. Es decir, que de insulto, nada, y de menosprecio, menos. Un adjetivo calificativo y con mucha retranca cultural detrás, ojo.

Supongo que este razonamiento o algún sucedáneo del mismo es lo que ha debido pensar cierto juez para revocar la sentencia de un año de cárcel a un hombre por un delito de amenazas. El delincuente habrá visto los cielos abiertos cuando ese entogado de mente preclara haya considerado que llamar "zorra" a la madre de su hijo y a la sazón esposa no es insulto, menosprecio ni agravio. Así, tal cual. Dice la genial sentencia: "La realidad fáctica acreditada no reseña que el acusado vertiese alguna expresión que proyectase desprecio o menosprecio a la dignidad de la mujer o que fuera expresiva de una posición de dominio o exigente de sumisión". Con un par, sí señor. O sea, que este tipo, que, entre otras lindezas que había dedicado respecto a esta mujer, había dicho que la vería "en un cementerio en una caja de pino" o que tiene antecedentes por malos tratos, no pretende violentar a la parienta cuando se refiere a ella como "zorra". Nada. El inocente angelito es el nuevo Samaniego, tú. Y el remate de la sentencia: "incluso procede señalar que la expresión 'zorra' utilizada en el escrito del recurso, escuchada la grabación de la vista oral, no se utilizó por el acusado en términos de menosprecio o insulto, sino como descripción de un animal que debe actuar con especial precaución, a fin de detectar riesgos contra el mismo". Olé, olé y olé. Con dos cojones.

Hay que ser un portento, un auténtico campeón del raciocinio para entender "zorra" como una comparación con el literario Renard y no como un grosero sinónimo de "puta" en un contexto como el reseñado. ¡Qué sinapsis! ¡Qué lucidez! Y lo cierto es que no es la primera vez que este magistrado se exhibe ya que, por lo que parece, los colectivos de mujeres maltratadas están por hacerle un monumento: En 2010 revocó al menos 8 sentencias de violencia doméstica con el siguiente argumento: "no toda acción de violencia física en el seno de la pareja de la que resulte lesión leve para ésta debe considerarse necesaria y automáticamente violencia de género". Para aplaudir y no parar, oye.

Los antiguos egipcios temían al juicio de Osiris. Los griegos, al de Minos, Éaco y Radamantis. Los cristianos, al de Dios. Yo creo que los españoles, especialmente ellas, deberían temer más a este juez. Se preguntarán quién es. Una pista: El mismo fiera que secuestró una edición de "El Jueves" o instruyó maravillosamente (nótese la sorna) el 11-M. El único, el inigualable, el increíble...¡Juan del Olmo!

Yo, después de todo esto, sólo puedo decir que me encantaría encontrarme con este individuo para ensalzar sus cualidades como "mamífero rumiante doméstico, como de un metro de altura, ligero, esbelto, con pelo corto, áspero y a menudo rojizo, cuernos huecos, grandes, esquinados, nudosos y vueltos hacia atrás, un mechón de pelos largos colgante de la mandíbula inferior y cola muy corta" y enfatizar su condición de "residuo del alimento que, después de hecha la digestión, despide el cuerpo por el ano". Con el máximo de los respetos, ¿eh? No se vaya a pensar que le estoy insultando o menospreciando.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Decimos de los políticos que tenemos pero ¡anda que los jueces que sufrimos...! Claro que también se dice que tenemos los políticos (y los jueces) que nos merecemos pero te aseguro que yo no merezco esto
Salu2