Ayer fui a ver la película "Capitán América: El primer vengador" basada en el mítico personaje de los cómics Marvel. El film, protagonizado por un correcto y apolíneo Chris Evans, quizás un peldaño por debajo en cuanto a espectacularidad, empaque y diversión respecto a las de sus otros colegas vengadores (Iron Man, Hulk, Thor), es no obstante una película de aventuras de regusto clásico que, pese a que puede resultar algo "naif" para los tiempos que corren, entretiene bastante. Esto es mérito del elenco de actores que, como viene siendo habitual en las películas de Marvel, es más que digno, especialmente en el apartado de secundarios (Tommy Lee Jones, Hugo Weaving, Stanley Tucci y Toby Jones son actores que te arreglan cualquier descosido y dan sustancia a cualquier caldo) y de un director, Joe Johnston, que demuestra una vez más que se le da mejor el cine familiar que el de terror.
"Capitán América: El primer vengador" funciona mejor como pieza del puzzle cinematográfico de "Los Vengadores" que como película autónoma, ya que tiene varios guiños a cosas que se han visto o anticipado en films ya estrenados (especialmente, "Iron Man 2") y parece tener como vocación constituir el preludio definitivo de la madre de todas las películas de superhéroes (al menos de Marvel): "The Avengers"; no en vano, quienes esperen hasta el final de los interminables títulos de crédito se verán recompensados con el apabullante tráiler de esta película que llegará allá por mayo del próximo año. Por otra parte, la acción está enmarcada en una época, la Segunda Guerra Mundial, en la que los verdaderos héroes no vestían estrafalarios uniformes ni tenían superpoderes, sino que estaban enfundados en trajes militares y su única habilidad especial era la de la valentía.
De cualquier forma, para mí, esta película refleja muy bien la concepción cuasipropagandista que se tuvo durante buena parte del siglo XX de los (súper)héroes de cómic: Quintasencia de los valores e ideales de un país, paladines patrióticos enfrentados a amenazas que sintetizan los rasgos de "los enemigos de la patria", espejos en los que mirarse y con los que distraerse. Algo añejo, anacrónico y desfasado, sí, pero quizás por eso mismo ya entrañable.Si en España tuvimos al Guerrero del Antifaz y al Capitán Trueno, en Norteamérica tuvieron a Steve Rogers. Así, el Capitán América, aparecido por primera vez en 1941 (algo que en esta película es utilizado con un guiño friki pero muy atinado), encarna al estadounidense perfecto y tanto sus enemigos (los nazis Cráneo Rojo, el Barón Zemo; el comunista Soldado de Invierno; las organizaciones terroristas internacionales IMA e HYDRA...) como sus crisis personales corren parejas al devenir de esa nación, como bien atestiguan los cómics. Buen ejemplo de ello es que cuando, hace escasos años, en la vida real, EEUU pareció haber perdido el rumbo, el Norte y la identidad, el Capitán América murió asesinado en el papel...
En definitiva, "Capitán América: El primer vengador" pone dignamente el broche al prólogo de cinco películas que antecede a la película que quienes somos "marvelianos de toda la vida" llevamos esperando años y años y años...¡Los Vengadores!
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