Se ha levantado una (lógica) polvareda a propósito de las actas de las negociaciones del Gobierno con la banda terrorista ETA, merced a las revelaciones publicadas, paradójicamente, por medios tan distantes como "El Mundo" y "El País". Lo único que tengo claro a este respecto es que sólo una de las dos partes negociadoras puede estar mintiendo. Y sospecho que no es quien ya tiene poco o nada que perder. De todos modos, hasta que no salgan a la luz las actas oficiales hoy escrupulosamente custodiadas, no podré tener una opinión definitiva sobre este nauseabundo asunto.
A mí siempre me ha parecido un error dialogar con quien ha hecho del asesinato, el miedo y la destrucción su único lenguaje, ya hablemos de Al-Qaeda, las FARC o ETA. Pero lo que me un disparate aún más grave es negociar, mercadear o regatear con terroristas cualquier tipo de compensación política, legal o penal a cambio del abandono de toda acción criminal. La única cuestión que hay que debatir sobre esta gentuza, sin importar si han nacido en los aledaños del Cantábrico, entre dunas mahometanas o en selvas tropicales, es si se les aplica la pena de muerte o la cadena perpetua. Así de sencillo.
Dicho esto, a mí, este Gobierno (al igual que el resto de la casta política patria) me parece tan fiable en cuestiones de honradez y honestidad como El Dioni de administrador del FMI o Coto Matamoros como ministro de Sanidad. Todo lo que dice y hace este Gabinete es, fundadamente, sospechoso de ser rigurosamente falso o verosímilmente incierto. Por eso me cuesta creer, y mucho, que las informaciones recientes sobre su negociación con los asesinos de ETA sean completamente falsas. Cuando no se tiene talento y la ética es nimia, la bellaquería es una alternativa muy razonable... tanto como la estupidez.
Supongo que estoy muy condicionado por tener memoria suficiente...qué se le va a hacer. A mí no me importaría apoyar al Gobierno de mi país a desdecir lo que figura en las actas de un miserable ser que no se merece ni el aire que respira. Me encantaría, pero no puedo. Y no puedo porque recuerdo demasiado bien su obeso historial de mentiras, desdichos y renuncios. Dos ejemplos:El Ejecutivo del "No a la guerra" está ahora colaborando en dos concentraciones hippies como Afganistán y Libia, el mismo Ejecutivo gracias al cual ahora la economía española está en la Champions League y la crisis eran habladurías.
Por eso, me mantengo en una prudente espera, con el deseo de que se aclare todo esto lo antes posible, pero me temo que será difícil. Supongo que no ayuda mucho a ello tener como cabezas del Gobierno a un tipo que deja a Pinocho como la pitonisa de Delfos y a un individuo que convierte a Goebbels en un apóstol de la sinceridad.
En resumen, a mí, todo esto, me parece la crónica de una aberración anunciada, la historia de una mentira en la que todos los protagonistas son igualmente miserables.
6 comentarios:
Curioso es constatar que cuando las negociaciones con ETA ésta dice que no atenta, el gobierno dice que no miente pero ahora que les han pillado con los calzones bajos dicen que cómo se va a creer a una banda terrorista. Pero esa frase de que el gobierno persigue "el objetivo final del proceso no es la rendición de E.T.A..." es que tiene cojó.
Salu2
Otra prueba más compañero, de que el terrorismo, como ha sido siempre, es un gran negocio.
Estoy muy de acuerdo con todo lo que has expuesto. Menos en lo de "la pena de muerte", que como bien decia Larra en sus artículos, ¿Se soluciona el asesinato asesinando al asesino?. Yo creo que no.
Un beso.
Fantástico como siempre.
El anterior post que fue genial, no se porque no me lo dejo comentarlo. Más tarde lo vuelvo a intentar que me gustó mucho el tema.
Olé...olé... y olé... pedazo crack !!!. Nada que añadir.
Un fuerte abrazo
¡Muchísimas gracias por los comentarios! :)
Los piropos, elogios y demás, creo que excesivo, pero ¡gracias igualmente!
De todos modos, también entiendo que haya gente que discrepe con lo que digo y lo vote como "Malo". Para gustos, los colores. :)
Respecto a este tema sólo puedo decir que, evidentemente, las negociaciones existieron y que la parte que levantó acta no se caracteriza por su "honestidad".
Tocayo, en todo caso, la parte que ha levantado acta es aún más dehonesta (entre otros despreciables rasgos) que la otra. :) Pero vamos, ninguna de las dos son ejemplos de sinceridad.
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