jueves, 9 de septiembre de 2010

Tecnozombis

Todas las novedades e innovaciones han tenido que sufrir a lo largo de la historia a agoreros y detractores que no dudan en abanderar un alarmismo carente de fundamento contra ellas, por el mero hecho de ser “nuevas” o “poco conocidas”, configurando así un ambiente fértil para demagogias reaccionarias y absurdos miedos cervales. Las nuevas tecnologías no se han librado de ello, como atestiguan la telefonía móvil (cuyas propiedades cancerígenas y demás maldades tienen más de leyenda urbana que de base real) e Internet (por lo visto, la nueva caja de Pandora). Precisamente sobre la Red de Redes he leído un interesante artículo de reciente publicación que aborda sus discutibles efectos perniciosos en el cerebro humano. El artículo se limita a reflejar y recoger lo que es sin duda toda una rampante corriente de pensamiento crítico sobre Internet y que se podría resumir en que, a su parecer, la Web es una invitación formal a convertirse en una persona distraída, pánfila, impaciente, irreflexiva e ignorante. ¿Es eso cierto? Tanto como lo puede ser considerar a Internet la panacea universal y una cornucopia de verdades indiscutibles.

¿Puede Internet convertirse en una fábrica de “zombis”? Sí, siempre y cuando:
  1. Se tome como dogma o axioma cualquier cosa que se vea publicada en la hija de ARPANET.
  2. Se renuncie por completo a los métodos y soportes tradicionales de aprendizaje, conocimiento intelectual y formación cultural.
  3. Se navegue on line sin ninguna capacidad crítica ni reflexiva.
  4. Se tenga la suficiente poca mesura como para convertirse en feligrés del “webcentrismo”: Creer que el mundo en general y nuestra vida particular gira en torno a Internet.
  5. Se tenga la nula personalidad que allane el camino a un comportamiento adictivo y compulsivo en el uso personal de la Red.
¿Por qué? Sencillamente, porque la Web nos ofrece ya desde hace años unos niveles de infoxicación (sobrecarga informativa) y de amateurismo intelectual (contenidos cuya calidad y veracidad son tan dudosas como su autoría) lo suficientemente altos como para resignarnos a adoptar una actitud contemplativa o pasiva ante la pantalla. Que Internet se haya convertido en una suerte de memoria colectiva universal, de mente global, de cerebro cuyas neuronas son los individuos que acceden a la Red no significa ni puede significar que los internautas prescindan de utilizar su propia materia gris en un entorno donde todo tiene cabida como el internáutico. Es decir, que fiar nuestro conocimiento y capacidad cognitiva al uso de Internet es algo muy parecido a jugar a la ruleta rusa con una de las principales habilidades del ser humano.

Internet es un prodigio colosal conseguido por el ser humano que brinda la posibilidad de acceder en cualquier momento y lugar a una miríada de informaciones y contenidos de diversa índole y en eterno crecimiento. Pero es igualmente una maravilla a la cual se ha llegado a base de fomentar durante siglos y generaciones el aprendizaje, enriquecimiento y transmisión de un legado intelectual, que tiene en una actitud inconformista y crítica y un afán cognitivo sus ejes fundamentales. Olvidar esto es pulsar el botón de apagado de nuestro cerebro. Y por olvidarlo me refiero a no dedicar parte de nuestro tiempo e inquietudes a cultivar nuestro conocimiento de forma “analógica”.

En definitiva, en el ámbito del conocimiento, Internet es un medio utilísimo y una herramienta magnífica si se utiliza con criterio y discernimiento, pero que no puede ni debe sustituir a otros cauces y procedimientos que han demostrado su valía a lo largo de centurias como la lectura de libros, el apasionado debate “presencial” en torno a ideas y conceptos, etc. Internet es, por tanto, una formidable invitación a demostrar que tenemos cerebro, no a anestesiarlo, ¿no creen?


- Para ampliar información:

2 comentarios:

Javi Crespo dijo...

:)Es ciertamente sorprendente que se califique este artículo como "Malo". Se puede estar de acuerdo o no en mi opinión, pero creo que ni por estilo ni por argumentación es un artículo que merezca eso. Por esa razón, me gustaría que quien ha votado el artículo como "Malo" me dijera su opinión respecto al tema del artículo. Admito y agradezco las críticas, sobre todo si están argumentadas.

Juan Carlos dijo...

Una vez leído el artículo no puedo menos que estar totalmente de acuerdo contigo. Máxime cuando encima yo trabajo en el mundo de las interneses y los megabercios. Efectivamente, si para hacer un trabajo se toma como la biblia cualquier cosa publicada en la wikipedia (sobre todo si es en español o castellano, nadie se mosquee) no se llegará a muchos sitios. Exactamente igual que si se usan los apuntes del profe o un sólo libro o fuente. Lo malo de internet es que vuelve idiotas a los que sin internet ya lo eran. Exactamente igual que antes de tener internet. Lo malo del word es que no corrige las sandeces ni las faltas de ortografía. Exactamente igual que no lo haría una lexicon 60. Lo realmente malo de internet y de los ordenadores en red es que antes había que leer antes de fusilar un texto con lo que algo se quedaba en las entenderas y ahora cualquier ágrafo usa un corta y pega y se queda tan ancho. Pero eso no quiere decir que la herramienta sea ni buena ni mala como ni bueno ni malo es una llave inglesa. Lo que hay que saber hacer es aprender a usarla y concienciar de su capacidad de inmediatez.
No se porqué calificó quien fuera el artículo como malo. A mi me parece muy clarificador.
Salu2