jueves, 13 de mayo de 2010

Madrid era una fiesta...y el Atleti, campeón

Arriba, el negro azabache de la noche. Abajo, el rojo y el blanco de la ilusión desbordada.

La ciudad convertida en la capital mundial de la algarabía más feliz y su centro, una fuente de sonrisas en algarada.

El frescor de la madrugada sólo es un infundado rumor entre el calor humano de quienes tienen en su corazones la incandescente llama del sueño hecho en realidad.

Cientos de personas que funden cualquier diferencia social, étnica o cultural en el crisol de bufandas y banderas que revolotean juguetonas en torno a farolas asediadas por el gentío.

El aire se llena de olores y sensaciones que no entienden de leyes sino de emociones hechas canto y grito a los cuatro puntos cardinales del entendimiento.

Pasada la medianoche, todas las miradas desconocidas se vuelven cómplices y familiares.

Veo a un dios de los mares alzándose mayestático entre mareas de personas y aguas rojiblancas y creo que la mitología hoy tiene mucho de religión.

Cuesta distinguir lo real de lo soñado porque en ocasiones como ésta son obvios sinónimos.

Todo el mundo se comporta como si no hubiera un mañana...¿y qué si lo hay? Bienvenido sea para recordar lo sucedido la noche del 12 de mayo de 2010. La noche en que Madrid era una fiesta y el Atlético de Madrid, mi "Atleti", campeón de la Europa League.


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