jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Qué les pasa a las chicas?

La juventud ya no es lo que era. Al menos, no es lo que era hasta hace bien poco: un tropel de proyectos de interesantes adultos salpicado con indeseables prototipos defectuosos. Ahora es otra cosa...peor. Por poner un ejemplo: Yo crecí viendo en la tele "Los Fraguel" y las series distribuidas por BRB Internacional y en el cine "La historia interminable" y "El club de los poetas muertos"; mientras que la chavalería de ahora lo hace viendo en la pequeña pantalla "Física o Química" y "Sin tetas no hay paraíso" y, en la grande, "Yo soy la Juani" y "Mentiras y gordas". Exponer a los maleables mozos a influencias o "referencias" de este tipo es como irse en 1987 a Chernóbil en bermudas, chanclas y pecho descubierto. Fijar como icono mediático generacional a una sarta de golfas, chulos, descerebrados, guarras, irresponsables y orgullosos analfabetos, un delito que sí debería preocupar al Defensor del Menor y al séquito de psicólogos meapilas que prefieren entretenerse en nimiedades.

Fijado ya el contexto del artículo, iré un paso más allá hacia las protagonistas del mismo: las que otrora eran la gran esperanza de cada generación y hoy son la luz roja intermitente de "Ojito, masa crítica alcanzada: Apaga y vámonos", es decir, las jóvenes de entre 18 y 30 años, o, precisando, una ingente y considerable parte de ellas. Antes de continuar, conviene remarcar que yo siempre he sido un gran defensor y admirador del precoz talento y la polivalencia femenina, especialmente entre mis quintas y aledaños...quizás por eso, hoy mi decepción y desaliento es mayor. Por eso, exceptuando a aquellas honrosas excepciones que tanto ustedes como yo tendremos, me van a permitir que suba al cadalso a la miríada de incultas, zafias, amorales, asilvestradas, egoístas, inútiles, pérfidas y desvergonzadas chavalas que me han roto los esquemas a bochorno limpio.Como siempre, para facilitar mi exposición y su lectura, lo desarrollaré todo en puntos:
  • El daño del feminismo mal entendido y bien extendido: El feminismo como reivindicación de una condición de equilibrio e igualdad entre hombres y mujeres me parece una de las mejores ideas e iniciativas que el ser humano ha podido tener. En cambio, el feminismo entendido como sustitución del repulsivo despotismo machista por una repugnante dictadura femenil, como revolución colérica de un atajo de feas, vagas e ineptas, como coartada para comportarse como unas bellacas, haraganas y rameras emocionales, pues...qué les voy a decir: Que me parece algo igual de lamentable, asqueroso, injusto, vergonzante y vergonzoso que el arquetipo del "macho cañí", ya que cualquier filosofía o comportamiento sexista, sea cual sea el aparato reproductor de la persona practicante, me parece una exhibición de supina estupidez. Hemos pasado de "El hombre tiene carta blanca para ser y comportarse como le venga en gana" a "La mujer tiene carta blanca para ser y comportarse como le salga de salve sea la parte". ¿Y el término medio? ¿Y la sensatez?¿Y la igualdad? Pasadas por la quilla, obviamente. Éste es el marco "social-moral" en el que se mueven las doncellas que tanto me desmoraliza y crispa encontrar.
  • Sólo sé que no sé nada: Al igual que muchos rufianes masculinos, una preocupante mayoría de chicas jóvenes, han pervertido el aforismo del filósofo para convertirse en la práctica en lo más parecido a un microondas en medio del desierto, esto es, un estúpido monumento a la inutilidad. Lo peor no es no saber hacer tareas utilísimas para la vida diaria ni tener conocimientos aceptables en las materias distintivas entre un tarugo y una persona normal, sino no querer aprender y regodearse en ello. "¿Por qué he de aprender? ¡Hazlo tú!" o "Ya tendré quien me lo haga" replican casi molestas algunas cuando se les menta esta cuestión. Se ve que, al igual que muchos chavales, hay decenas de chicas deseosas de enarbolar la bandera de la zoquetería y la incompetencia en lugar de servir de loable ejemplo para los demás...Lo peor es ya dar con una tipa de esta especie que encima sea tan pretenciosa y orgullosa que quiera disimular o maquillar tales carencias. Eso sí que es para miccionar y no echar gota o, directamente, reírse a mandíbula batiente.
  • Ladies Sade: En los tiempos de Lady Gaga, florecen las ladies Sade. Al igual que el celebérrimo marqués, innumerables féminas en la órbita de la edad del pavo (o más allá) hacen ufana gala de una amoralidad y desafección sentimental en pos de un pragmatismo egoísta y vacuo. Abjurando de cualquier referente ético o moral, han pasado de damas a depredadoras con indudable éxito en una sociedad que consiente e incluso alienta ello. El desapego emocional, el egoísmo afectivo, la activa marginación de los buenos sentimientos y la rampante promiscuidad han convertido a innumerables chicas en sujetos con una más que defectuosa expresividad íntima y una mentalidad que convierte de facto a Donatien Alphonse François en un retrógrado. Si esto es una reacción adaptativa para inmunizarse ante cualquier frustración amatoria o sexual provocada por mis congéneres, desde luego que lo han conseguido, porque teniendo la misma sensibilidad que un frigorífico es difícil sentir o padecer. Es más, no sólo se han defendido del "enemigo", sino que se han convertido en algo mucho más temible que él. ¿Qué hacer ante individuas así? Pues, si se quiere seguir su juego, aprovecharse de estas psicópatas relacionales, sin remilgo alguno, tal y como ellas hacen de los demás. Si no, huir, cuanto más lejos, mejor...No obstante, no deja de ser curioso cómo aún hoy chicas de este calibre siguen quedándose prendadas o incluso encintas de hombres con menos modales que un neanderthal, con alma de proxeneta, y temple de hooligan. Será que Dios los cría y ellos se juntan, que, como decía el arquitecto, "menos es más", o que "El desdén con el desdén" de Moreto está hoy en día muy vigente...
  • La despersonalización de la pareja: Hoy en día no pocas jóvenes conciben a su pareja, tanto en términos genéricos como personales, no como el individuo al que aman y con el que quieren compartir vivencias, inquietudes y todo lo que rellena la existencia, puesto que eso está demodé, sino como una suerte de surtidor de caprichos y regalos, un lacayo al que se paga en carnes (y a veces ni eso), un útil sustento económico, un sustituto de cualquier juguete sexual, una alternativa al onanismo, un trofeo a exhibir delante de amistades, un mero objetivo cumplido en la lista de tareas que se marcan en su plan de vida, una solución barata para no ir al psicólogo, un remedio para acallar bocas, una tranquilidad que les permite coquetear frívolamente con otros individuos de los que obtener secretamente aviesos beneficios ocasionales, un remiendo para el amor/coito platónico, un pasatiempo canjeable por aburrimiento, un chivo expiatorio en el que descargar la frustración por decepciones ajenas, un medio para un fin...Esto es algo que no es nuevo, porque hasta ahora era una práctica casi exclusiva de los varones jóvenes (o de otra edad pero con idéntica inmadurez intelectual y emocional). La novedad es que ahora son ellas las que se comportan a conciencia de esta manera, despersonalizando y cosificando a sus parejas hasta límites difícilmente soportables, sustrayendo a la relación cualquier atisbo de amor, franqueza y naturalidad.
  • La relativización de reglas e ideales: Estrechamente unido a los puntos anteriores. Incontables jóvenes de hoy en día tienden una propensión, consciente o no, a relativizar exageradamente cualquier regla, pacto, compromiso o ideal, adecuándolo según las circunstancias y/o su propia apetencia en pos de su exclusivo beneficio. Así las cosas, esperar, pedir o exigir a estas féminas el mínimo decoro a conceptos como "sinceridad", "lealtad", "fidelidad", "compromiso", "honestidad", "nobleza", "generosidad" o "respeto" es algo tan frustrante como organizar un campeonato de snowboard en el desierto del Gobi. Hoy las chicas manipulan con descaro y facilidad convenciones e ideales para, como si fuera un mecano o un lego, construirse su propio armazón legislativo, con el que estar contentas consigo mismas y sobrevivir en el mundo. Son, en consecuencia, el máximo exponente de la supervivencia a través de la relativización, es decir, supervivientes natas que, a la postre, sólo se importan ellas mismas.
  • Chonilumis: Como consecuencia de todo lo anterior, una silente moda estética se ha ido imponiendo entre una peligrosamente creciente porción de la chiquillería femenina. Un híbrido entre el look de choni, estrella del pop y lumi de la calle Montera, que sorprendentemente hace que cualquier chica de esa guisa te pueda parecer salida de un arrabal industrial, la calle Serrano o un puticlub de mala muerte. Si a eso se le une la peculiar forma de hablar donde el analfabetismo es norma, tenemos ante nosotros a una de las muchas chicas de entre 18 y 30 años que nos podemos encontrar por cualquier calle, a cualquier hora. Marginadas quedan la clase, la elegancia y el estilo propio.
  • ¿Culpables?: El punto más sencillo de todos: La sociedad por consentirlo y los padres por no evitarlo.
De todos modos, aunque es un panorama descorazonador, cabe decir que féminas de este tipo se las tienen sobradamente merecidas todos aquellos infantes a los que ese período de gilipollez generalizada transitoria llamada "edad del pavo" comienza antes y termina después de lo normal, que son meros homínidos con exceso de hormonas y carencia de neuronas. Pero sólo ellos, ojo. El resto de los chicos jóvenes "de bien",no nos merecemos esta escandalosa pandemia que hace bueno aquello de "Cualquier tiempo pasado fue mejor" u "Otras vendrán que buena la harán". Y es que, visto el percal, estoy convencido de que el Tenorio hoy se metería a monje sin dilación.

Por último, este artículo está dedicado a todas las mujeres que conozco, que, independientemente de su edad, están en las antípodas de las aquí criticadas y a quienes admiro y aprecio de todo corazón. Ellas ya saben quiénes son.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece correcto tu articulo,aunque un poco duro...nosotros mismos, una parte de la sociedad expuesta, estamos valorando mas el exito profesional de la modelo de turno mundialmente conocida y fisico perfecto, que de cualquier chica anonima y poco agraciada con aspiraciones a Madame Curie...El cambio debe empezar por nosotros mismos, padres, educadores, sociologos, medios de comunicacion, etc...

Anónimo dijo...

Te faltan las ejecutivas agresivas de las grandes empresas, que han asumido el peor rol de los peores ejecutivos. Materialistas, sádicas, dominadoras y masculinas, las ejecutivas agresivas obtienen delectación con la ostentación del poder y la acumulación de riqueza. Luego, a los cincuenta años, se dan cuenta de que se les ha olvidado tener hijos y contemplan frente al espejo su vientre marchito mientras se desmaquillan. No las compadezcáis, porque carecen de corazón y ni las mayores desgracias emotivas les moverían un ápice el alma... salvo el aroma y el aleteo de un buen fajo de billetes de cien euros.

Anónimo dijo...

Hola soy Satine, otra vez creo que tus articulos cada vez van dejando peor a la juventud y en concreto a las feminas jaja.Parece que tienes mucho resentimiento a las mujeres¿tan mal te han tratado?
ves yo también soy muy sincera.
hasta pronto,voy a ver si comenta algo más.

Javi Crespo dijo...

Muchas gracias por tus comentarios, "Satine".

Aunque tu pregunta me parece un poco fuera de lugar, creo que la respuesta la tienes en el párrafo final del artículo.

Saludos.