lunes, 7 de julio de 2008

Campeón

Podría dedicar este artículo a glosar la espectacular victoria de Rafa Nadal en la épica final del torneo de Wimbledon. Podría regodearme en el ascenso al olimpo inmortal de los tenistas míticos del jugador con cara de indio y brazo de Conan el Bárbaro. Podría glosar hasta el hastío qué supone este triunfo y cuán merecido es. Podría hablar de principio a fin del mejor tenista español de la historia. Pero, en lugar de eso, quiero dedicar este artículo al que ha demostrado ser un magistral jugador y un caballero dentro y fuera de la pista: el tenista más grande que ha conocido el tenis en toda su historia, Roger Federer, un campeón ejemplar, irrepetible e inigualable.

Federer es un deportista que hace del tenis algo cercano al arte: elegante en todos sus movimientos, magistral en sus decisiones, inimitable en sus golpes...el tenista suizo es lo más parecido a una deidad con raqueta en ristre. Por eso es el número 1 y será para muchos el mejor de todos los tiempos. Por eso y porque, como persona, es aún mejor que como tenista. Educado, deportivo, honesto, humilde y elegante,el suizo es una persona modélica, un campeón incontestable que brilla en las victorias pero aún más en las derrotas, como la que cosechó ante Rafa Nadal ayer en un partido memorable por el despliegue físico y tenístico de ambos. Roger Federer, con o sin raqueta, representa la esencia de lo que significa el deporte y el espíritu olímpico, y exhibe una panoplia de virtudes que hacen grande al ser humano. Ante gente así, cualquier loa, alabanza, elogio, reverencia, agradecimiento o aplauso está más que justificado.

Aspirar a parecerse a alguien tan elegante y excepcional en todas sus bondades es una meta tan inalcanzable como exigible, ya estemos hablando del terreno deportivo o del meramente humano. Por todo ello, este artículo va para el caballero blanco, el excelso Federer, mito, maestro e icono. Alguien que sintetiza en todas sus acciones uno de los poemas que deberían estar en cualquier casa de gentes de bien y que paso a citar, como cierre del artículo:

"Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor / todos la pierden y te echan la culpa; / si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti, / pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda; / si puedes esperar y no cansarte de la espera, / o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras, / o siendo odiado no dar cabida al odio, / y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría... / Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen; / si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo; / si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso / y tratar a estos dos impostores de la misma manera; / si puedes soportar oír la verdad que has dicho: / tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios, / o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida / y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas... / Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos / y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta, / y perder, y comenzar de nuevo por el principio / y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida; / y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos / a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza, / excepto la voluntad que les dice ¡continuad! / Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud / o caminar entre reyes y no cambiar tu manera de ser; / si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte, / si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado; / si puedes emplear el inexorable minuto / recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos / tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella, / y lo que es más, serás un hombre, hijo mío". (Poema IF de Rudyard Kipling)

2 comentarios:

elgatofelino dijo...

Anda ya!!! vale es un caballero con mucha clase y la novia menos envidiada de todos los deportistas de elite.

Pero hoy es el día de los feos con corazón, de los que sudamos, de los que no se nos supone clase sino esfuerzo y de los que por justicias de la vida, también tenemos recompensa.

O sea, que por un día no me va a entristecer que pierda el gentlemen de Roger. Si no que me voy a alegrar porque gane el macarra de Nadal.

Porque al fin y al cabo, todos podemos ser Nadal, con voluntad, y muy pocos Roger.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo en lo de caballero. Ayer vi el partido (a trozos como la mayoria) y me llamó la atención el saber estar de este hombre. Verdaderamente es un deportista ejemplar. Pero tambien he de decir que me emocioné cuando vi llorar a Nadal. También creo que se lo merece. Me gusta la pasión que le pone.

Aún así te doy la razón otra vez.

Sue.