Aunque lo parezca, no es el título de alguna obra de arte expuesta en el Thyssen o en el Reina Sofía, sino la síntesis de un partido de fútbol. Vaya por delante que desde hace muchos años soy seguidor apasionado del Atleti y a mucha, muchísima honra. Así que, si en algún momento la objetividad se torna parcialidad, espero sepan entenderlo. El derbi de anoche entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid fue de los que quedan para la historia y por ello lo comentaré desde distintos puntos de vista.
- El partido: Se puede resumir en lo siguiente: Hubo un equipo que jugó al fútbol (y muy bien por cierto) y otro que salió al campo igual que podría haber salido una charanga. El Atlético de Madrid puso todo lo que se espera en un derbi: intensidad, velocidad, garra, calidad, entrega, juego colectivo, brillantez, motivación, ansia de victoria...Todo y sí, también puso los errores, véanse el que permitió el único gol del Real y los que evitaron que el marcador pareciera el de un set de tenis. Pero, deslices aparte, fue el único equipo de fútbol que existió en el partido de anoche. Baño, paseo, soba, vapuleo, lección...Esas palabras ilustran bastante bien cómo el Atlético de Madrid abusó futbolísticamente de sus némesis blancas. Pero (siempre hay "peros" en cualquier crónica del Atleti) la imagen del Real estaba siendo tan vergonzosa que el árbitro tuvo un ataque de injustificada caridad y decidió sodomizar al equipo colchonero. Y así de lo que pudo y debió haber sido una goleada escandalosa se pasó a un empate que a los blancos les supo a Copa de Europa.
- El Atleti: Espectacular.Firmó un partido de esos que crean y justifican afición. El mejor partido de esta temporada y uno de los mejores que le recuerdo desde la época del añorado "doblete". Pese al cabreante empate, anoche me acosté muy orgulloso de ser del Atleti, porque jugamos como los ángeles aunque acabáramos siendo tratados como pobres diablos. Si mantiene este nivel de juego el resto de la temporada, es casi seguro que el equipo rojiblanco dejará el limbo y volverá merecidamente al paraíso europeo. Todos, absolutamente todos los jugadores que saltaron ayer como locales en el Vicente Calderón mostraron la mejor faceta de sí mismos que pueden dar, regalando a los aficionados un excelente derbi. Olé, chicos, olé.
- El Real Madrid: Yo creo, honestamente, que el patrocinador oficial del Real debería ser "Seguros Ocaso" o "Residencias Ballesol", por coherencia con la imagen y el juego crepuscular que ofrece en las últimas temporadas en general y en esta en particular, por no hablar de la media de edad de la plantilla. Si lo del Madrid anoche fue jugar al fútbol, yo soy Michael Jordan. Todos saben que el Madrid desde que se fue Vicente del Bosque no juega a nada, o, por lo menos, no al mismo deporte que el resto de equipos de Primera División. Si a eso le añades un entrenador como Fabio Capello cuya filosofía se sintetiza en que el fútbol es dar patadas a un balón y/o al contrario, pues mal pinta la cosa. El otro gran problema es que,a nivel deportivo, el Madrid parece haberse convertido en una especie de cementerio de elefantes al que van a diñarla grandes nombres del fútbol. Viendo la plantilla del Madrid uno no sabe si contempla la versión deportiva de "La noche de los muertos vivientes" o ha entrado en el sótano de un museo futbolístico, donde moran obras que van acumulando polvo abonándose al ostracismo. Y todo lo hasta ahora dicho quedó patente anoche en el derbi. ¿Todo? No, falta Iker. Grandísimo portero y mejor persona, Casillas aceleró anoche el proceso de beatificación impulsado hace años desde la feligresía blanca. Si no es por él, el Madrid se habría llevado del Calderón un saquito de goles. Y es que lo del chaval tiene mucho mérito, primero por salvar a su equipo una vez sí y otra también y otra y otra...y segundo por soportar con estoicismo espartano jugar en el mismo plantel que Carnnavalro (No confundir con el mejor jugador del mundo, porque éste hace lucha libre), Míchel Salgado (Un jubilable corto de altura, entendimiento y vergüenza que pasará a los anales del fútbol español por zanjar la trayectoria de un gran futbolista con una entrada criminal), Guti (Un gachó de treinta tacos tan maduro como un alevín que en ocasiones como anoche hace recitales de grandes clásicos del teatro trágico contemporáneo), Emerson (Ese ser entrañable que esquiva de la misma forma el partido homenaje y la inteligencia), Diarra (Formidable moreno escapado de alguna película de Tarzán) y otros ilustres fenómenos paranormales. Más que "vikingos" lo de los blancos es cosa de "fantasmas": Da miedo verlos en acción y son los restos de lo que una vez fueron. Escalofriante.
- El árbitro: Que estos soplasilbatos vestidos de negro tengan un sueldo tan desorbitado (ganan más que un ministro, por ejemplo) por trabajar cuatro veces al mes, pues es de campanilleo testicular. Pero que un tío de estos haga en un partido de fútbol lo que Daudén Ibáñez perpetró anoche debía estar tipificado en el Código Penal. Sinvergüenza, judas, bellaco, ladrón...Si uno echa mano del Diccionario de la Real Academia se da cuenta de que estas palabras sirven para calificar correcta, lingüística, conceptual y deportivamente la actuación ¿arbitral o arbitraria? de este presunto anormal y confirmado fatuo. Birló el segundo gol del Atlético por un inexistente fuera de juego cuando en todo caso de no haber pitado gol debería haber señalado penalti de Emerson al Kun Agüero, permitió jugar casi todo el partido a Cannavaro pese a que se dedicó a repartir trastazos a todo lo que fuera rojiblanco desde el primer minuto, aguantó que Diarra le maldijera y se ciscara en su genealogía sin expulsarlo, sancionó a favor del Madrid una malintencionada entrada de Guti...Bochornoso. No obstante, yo, en el lugar de los progenitores de este sujeto, estaría más que contento: Seguro que muy pocas veces tanta gente se ha acordado de ellos juntos o por separado sin ser su cumpleaños ni aniversario. Espero que la próxima vez que Daudén Ibáñez pite al Atlético de Madrid sea más honesto y comunique al capitán rojiblanco antes del principio del partido que pueden bajarse los calzones y poner el tafanario en pompa, que ha llegado el sodomita.
- Las crónicas: Leyendo el Marca y el AS, a uno no le queda ninguna duda de que vive en el mismo plano de la realidad y que efectivamente el derbi de anoche fue un robo de guante blanco con hombre de negro al fondo. Lo que ya no tengo claro es si declaraciones como las de Capello o Míchel Salgado se justifican por el consumo de algún tipo de sustancia alucinógena o bien por simple desfachatez. Claro que hay que tener en cuenta que esta clase de payasadas son jaleadas o justificadas por gente como el señor (que de señorío tiene poco) Tomás Roncero, forofo tan chulo, insensato, provocador y parcial como un ultrasur, que es de la clase de periodistas que denigran el periodismo deportivo. Para este impresentable, mi más sincera repulsión personal y profesional.
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