miércoles, 15 de agosto de 2018

Fernando Alonso se va

Fernando Alonso, mito español del deporte y leyenda mundial de la Fórmula 1, ha anunciado mediante un emotivo vídeo difundido en redes sociales que abandonará la Fórmula 1 al concluir esta temporada (esto es, el 25 de noviembre). Se marcha sin nada que demostrar, porque los números ya dan objetiva cuenta de él: 2 campeonatos mundiales, 3 subcampeonatos, 34 victorias, 97 podios, 22 poles. No es chovinismo, son datos: Alonso es un piloto que puede ponerse sin sonrojo ninguno el mismo estante que figuras como Ayrton Senna o Michael Schumacher

Ha sido el emblema y líder de las escuderías más legendarias y prestigiosas de la Fórmula 1 y lo único que hay que lamentar es que dichos equipos no hayan estado a la altura ni de su propia leyenda ni de la calidad de Fernando Alonso. Estoy convencido que, de haber tenido unos coches dignos, el asturiano muy probablemente habría adelantado en palmarés a Senna o Schumacher. Y ahí está el gran problema de Alonso y su diferencia respecto a muy buenos pilotos como Hamilton o Vettel: al español le han lastrado sus coches mientras que el inglés y el alemán no habrían conseguido tanto de no haber sido por sus máquinas. Así de sencillo, realista y cruel. Por eso se va, porque está cansado de comprobar una temporada sí y otra también que la excelencia nunca encontrará la forma de encajar con la mediocridad, de esforzarse para nada, de tener más paciencia que suerte en sus decisiones, de comportarse como un semental conduciendo gatillazos con ruedas. Cualquiera que haya seguido  mínimamente la carrera de Alonso estos años sabe que si no ha llegado a más ha sido por una desquiciante catarata de coches mediocres (con una fiabilidad de escopeta de feria), fallos de equipo (malas estrategias, rencillas en paddock, errores humanos) y mala suerte pero nunca por errores del asturiano quien está considerado pese a todo como el mejor piloto de la parrilla. Por algo será.

Al asturiano que reconquistó la Fórmula 1 para España hasta convertirla en un fenómeno mediático hay quien le critica su forma de ser, acusándolo de quejica, llorón, gruñón y prepotente. Debe ser que la honestidad está mal vista en estos tiempos de postureo, cinismo y buenismo. Criticar es fácil, quedar como un gilipollas también. De todos modos, para mí, la valentía, la calidad, la versatilidad, la astucia, la resiliencia, la habilidad y el pundonor que ha demostrado Fernando Alonso durante todos estos años en la F1 son motivos de sobra para admirarlo, si eres inteligente, o envidiarlo, si no lo eres.

Ahora, lo más probable es que el español que destronó al piloto de Fórmula 1 más laureado enganche a España a las carreras de resistencia como ya hizo con la F1 antaño, en pos de la "triple corona", un logro que, de conseguirlo, sería un perfecto broche para su carrera y un zasca para sus detractores. Estoy seguro de que es cuestión de tiempo que ello se haga realidad. ¡Puxa Alonso!
 

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