He pasado buena parte de este puente viendo películas, tanto en DVD como por televisión (LaSexta3). Y he tenido un momento "magdalena de Proust". Y por eso este artículo. Me he acordado de mi infancia o, mejor dicho, de las películas de mi infancia, que no sólo fueron de la mía, sino de muchos más, de todos los que fuimos unos niños allá en la década de los 80. Y recordé todas esas ilusiones y fantasías que de la pantalla (grande o pequeña) se fueron directas a mi cabeza...
Entonces pensaba que Fantasía sería el mejor lugar para pasar las vacaciones, que de mayor quería ser arqueólogo, que mis padres me comprarían como mascota a Gizmo, que molaría trabajar como cazafantasmas, que sería genial tener a ET como mi mejor amigo, que me encantaría tener colegas como los de Dentro del laberinto, que mi novia tendría que ser como la Princesa Prometida, que la primera vez que vi al diablo fue en Legend, que tenía miedo al mar, que la televisión sin sintonizar daba muy mal rollo, que desconfiaba de la gente porque podía ser cualquier cosa, que Jim Henson era un genio, que Darth Vader era el mejor personaje del mundo, que quería la espada de Conan, que Rambo era el soldado perfecto, que me interesé por la mitología gracias a Ray Harryhausen, que los videojuegos debían ser como los de Tron, que estaba convencido de que el futuro sería como el de Blade Runner, que Freddy Krueger era un tipo gracioso hasta que te ibas a dormir, que a lo mejor la innovación tecnológica no sería tan buena idea, que tenía que correr si veía a un tipo con máscara y mono azul, que los campamentos de verano eran una pésima idea, que Tom Cruise se lo montaba muy bien, que Jack Nicholson estaba pirado, que Sylvester Stallone siempre se partía la cara, que lo mejor era correr a cámara lenta, que quería tener un DeLorean, que en la carretera había mucho macarra suelto, que sería divertido tener una pandilla como la de los Goonies, que jugaba en los recretos a Taron y el caldero mágico, que el pato Howard era un crack, que sería fantástico viajar al espacio pero que era un sitio peligroso, que una bola de púas no siempre tiene que ser un erizo, que Sherlock Holmes era un ratón, que "Rametep" era un cántico muy siniestro, que cuando me diera de hostias con alguien sólo podría quedar uno, que la América profunda era un sitio poco recomendable, que el mejor policía del mundo tenía que ser como Robocop, que intentaba imitar los sonidos del predator, que el Más Allá molaba mucho, que El Oso me hizo llorar, que me interesé por el terror clásico cuando vi Una pandilla alucinante, que Batman era mi superhéroe favorito, que el Lejano Oeste no era un coñazo donde sólo aparecía John Wayne, que Mel Brooks era un cachondo...y así decenas de recuerdos y reflexiones.
Una infancia que Steven Spielberg, George Lucas, Chris Columbus, Joe Dante, Ridley Scott, Tim Burton, James Cameron, John Carpenter, Robert Zemeckis, Jim Henson, Disney y muchos más llenaron de nombres, imágenes y sueños hoy descabellados, gilipollescos y frikis pero con ese regusto entrañable que deja ser conscientes de que, en algún momento de nuestra vida, la fantasía siempre salvaba la papeleta.
Por eso, hoy, con la que está cayendo, me gusta pensar que los niños de ahora tienen, como yo en los 80, una oportunidad para preocuparse de personajes y lugares imaginarios como si fueran reales. Que la imaginación les puede ahorrar el mundo real, aunque sea un ratito.
1 comentario:
Qué recuerdos, pero creo que los niños de hoy lo tienen peor que nosotros porque ya no se hacen series, dibujos ni películas como las de aquella época.
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