lunes, 26 de septiembre de 2011

Ciencia ¿ficción?

Fue la noticia del viernes y, al paso que va, del año, del lustro, del decenio y tal vez del siglo. Y no es para menos porque, así, de primeras, te deja con menos palabras que una película porno. Después de que la ciencia se haya cargado a Dios o, al menos, lo haya puesto en el mismo cajón que a los Reyes Magos, al Ratoncito Pérez y al nutricionista de Falete, para sustituirlo por un ser mucho más fiable como Albert Einstein, ahora llega el acojonante CERN y hace un experimento que, en principio, a bote pronto, deja en calzones al genio y relativiza su teoría de la relatividad. Ya me imagino pintadas nihilistas tipo "Einstein se equivocó" en universidades y centros científicos y a algún espabilado montando pasado mañana la primera agencia de viajes temporales: "Conozca cómo era España antes del desastre. Descuentos por grupos". 

¿Por qué? Básicamente porque, de verificarse que el experimento es correcto, pueden cogerse muchas de las teorías y leyes científicas de los últimos tiempos y hacer aviones de papel con ellas. Cuando todo el orbe esperaba que el CERN asombrara al mundo creando un agujero negro que mandara por el sumidero al planeta y aledaños, cogen y se descuelgan con una prueba que abre la puerta, remotísima pero real, a la posibilidad de viajar en el tiempo y a convertir los viajes interestelares en algo no del todo descabellado. 

Vamos, que, de un día para otro, la ciencia ficción ha asomado el hocico en el mundo real y lo que nos parecían fenomenales onanismos mentales en obras como "La máquina del tiempo" y "Cuento de Navidad" y películas como "Regreso al futuro", "Terminator", "Déjà vu", "Star Trek", "La Guerra de las Galaxias", "El planeta de los simios", "El sonido del trueno", "Timecop",  "El efecto mariposa", o la insufrible "Qué bello es vivir", pues ahora no son como para tomárselos a cachondeo. 

Dejando aparte las jugosas elucubraciones que el CERN y sus neutrinos muónicos habilitan, lo que queda claro es que:
  1. El conocimiento no tiene límites y que más allá de lo que sabemos siempre está lo que conoceremos. Sólo hay que querer saber y descubrir.
  2. La ciencia, destructora de mitos, no entiende de absolutos ni imposibles. Y lo que hoy es Dios mañana es el becario.
  3. La ciencia ficción de hoy es quizás la ciencia de mañana.
En definitiva, gracias al CERN sabemos que la magia, lo irreal, lo increíble, es sólo cuestión de tiempo. Si es que...cuando el ser humano se pone...se pone. 

¡Adiós, Einstein! ¡Hola, Doc!

4 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Aristóteles y su física fué el no va más y nada iba en su contra hasta que llegó Newton y la dejó por los suelos y fue le dernière cri hasta que llegó Einstein y avanzó un par de niveles más. Las constantes están para ser derribadas pero nadie podrá cuestionar la genialidad de estos científicos. Ya decía Newton que avanzó a espaldas de gigantes.
Salu2

Lakacerola dijo...

Y unos paradigmas sustituyen a otros hasta que se demuestra otro que es mejor y se puede probar científicamente. La ciencia avanza así.

Javi Crespo dijo...

O como diría Buzz Lightyear: "Hasta el infinito...y más allá". :-)

Javi Crespo dijo...

A ver si va a ser ciencia-ficción... http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/23/ciencia/1329985199.html