El desGobierno ha cambiado. El vértigo cada vez mayor que suscitan los próximos años electorales y la sensación de sentirse como Ripley en la Nostromo, ha obligado al señor POE a remodelar su teatrillo de marionetas, quitando a las más deterioradas (Mortaja de la Vega, Moratones Exteriores, Liviana Aído, Corredor sin Salida, Cretino Corbacho, Espinosa Usente), parcheando las bajas con nuevas incorporaciones (Leire Quítame-allá-esos-pajines, Valeriano UGómez, Chaquetera Aguilar y Ramón Qué-hago-yo-aquí), remendando otras (Rasputín Pérez Rubalcaba y Derrotas Jiménez) y dejando al resto de comparsa.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de este trile gubernamental?
- Conclusión número 1: A simple vista, los cambios parecen demostrar que (por fin) el iluminado de La Moncloa ha decidido renunciar a sus principios (frivolidades, ocurrencias y majaderías varias) a cambio de fortalecer un gabinete con mayor (que no es sinónimo de mejor) experiencia política y mejor cartel fuera y, especialmente, dentro del partido. Y digo parecen porque, prestando atención a los canjes, uno se de cuenta de que colocar a un sindicalista al frente del Ministerio de Trabajo y dar a cierta inepta boceras la cartera de Sanidad evidencian que el Presidente no ha perdido del todo su peculiar sentido del humor político.
- Conclusión número 2: Lo que sí es bastante notorio es que este nuevo Gabinete es más un escaparate sucesorio que un Ejecutivo funcional. El próximo líder del PSOE está en el Gobierno: Ya son todos los que están y están todos los que son. La sucesión en Ferraz se pilota desde La Moncloa.
- Conclusión número 3: Son cambios hechos más para poner sordina al ruido de cuchillos de su propio partido que para paliar el probable descalabro electoral. Se ha potenciado a los auténticos aurigas del PSOE (Rubalcaba y Blanco), se ha contentado a la vieja guardia (Rubalcaba y Jáuregui) y se ha dado un poco de coba a las bases (Pajín y Jiménez). Así el señor POE erradica cualquier posible rebelión a bordo de la nao socialista en el proceloso viaje de esta agónica legislatura.
- Conclusión número 4: Por todo lo hasta aquí dicho, la remodelación del desGobierno invitaría a ser razonablemente optimista...de no ser porque se ha encumbrado al hombre más mezquino, vil y maquiavélico que ha tenido el PSOE en décadas: el nombre detrás de muchos de sus más turbios escándalos y el responsable de utilizar demagógica y cruelmente una masacre para dar un vuelco electoral y volver a las esferas del poder. Si el señor POE es Alejandro VI, Alfredo es César Borgia. Y por eso, su acrecentamiento no es, en absoluto, una buena noticia.
Pero, por encima de tales conjeturas, lo más importante es aventurar hacia dónde ha puesto proa el zapatero remendón con estos tejemanejes: Exactamente a ninguna parte.
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