
De tu mano y de las de otros grandes aprendí por qué la poesía es un arte, la capacidad de las palabras para emocionarte, por qué un poema lo escribe uno en nombre de muchos, por qué la literatura es un diálogo de almas entre susurros, emociones en negro sobre blanco, sentimientos engarzados por la mano de unos privilegiados.
Con una larga vida tan sabia que se me antoja corta, con una tímida sensibilidad grandiosa en su sencillez, con unos poemas que serán para muchos las glosas de mil recuerdos, usted, Don Mario, imperfecto maestro de lo íntimamente cotidiano, nos ha regalado los ojos, conmovido los corazones y cerrado a cal y canto su recuerdo, a buen resguardo del olvido.
Hasta siempre, Benedetti.
1 comentario:
Professor:
Carpe diem. No hay otra. Cada uno de ellos nos lo dicen.
El resto es un vacuo filosofar...
... y perder el tiempo y la vida encerrados en las cuatro paredes de una oficina.
Publicar un comentario