jueves, 21 de febrero de 2008

No es país para bostezos

Pues sí. Ya he visto la afamada película "No es país para viejos", uno de los films con más nominaciones para los próximos Óscar, firmado por los peculiares e interesantes hermanos Coen y que cuenta en su reparto con Javier Bardem, al que le llueven los elogios y premios por su interpretación de asesino lunático y despiadado. El argumento tiene cierto interés, al igual que las correctas interpretaciones de Josh Brolin, Tommy Lee Jones y el propio Bardem, y técnicamente es bastante decente...pero ya está. Ni es un peliculón ni el western del siglo XXI ni la actuación de Bardem es prodigiosa.

"No country for old men" es una película con un ritmo excesivamente pausado, casi hipotensa, y eso se nota a lo largo de las dos horas que tiene de metraje, que transcurren más lentas que un paso de Semana Santa. Si a esta falta de tensión se le añade que es bastante fácil vaticinar el desenlace de la historia, el tedio culebrea entre los fotogramas de principio a fin.

En cuanto a Bardem...mentiría si dijera que no es un buen actor, pero igualmente faltaría a la verdad si afirmara que su actuación en esta película se merece el diluvio de galardones y el más que previsible Óscar. No sé si todo ello se debe al cambio climático o a la ausencia cada vez más preocupante de interpretaciones memorables. Lo que sí sé es que esta casi constante adulación y lameculismo en forma de críticas y premios, tiene mucho de borreguismo. ¿Que le han premiado y dicen que está sensacional? Pues venga, yo también. El "Anton Chigurh" de Bardem es un psicópata de manual, cierto, pero la diferencia entre una actuación prodigiosa y una actuación correcta es la misma que el "Hannibal Lecter" de Anthony Hopkins y el matón de Javier Bardem, la misma que hay entre merecerse un Óscar y no merecérselo. Y no digo esto por fobia personal o antipatía ideológica a Javier Bardem ni porque sea español. Diría exactamente lo mismo si el papel lo hubiera hecho un ucraniano con nacionalidad tailandesa. De todos modos, si, como es probable, se lleva la estatuilla dorada por una interpretación que sólo se puede calificar de "adecuada", yo me pensaré seriamente dedicarme a ser actor. La verdad, no creo que sea un ejercicio increíble de arte interpretativo tener la mirada fija y con los ojos como platos, el rostro inexpresivo y parecer recién salido de un fumadero de opio.

No obstante, lo peor de "No es país para viejos" no es que esté por debajo de las críticas y premios que ha recibido o que la actuación de Bardem sea correctamente vulgar. Lo peor es su final, abrupto e inusual, de esos que hacen que se te quede cara de pánfilo y un cierto sabor a tomadura de pelo cuando se encienden las luces de la sala. Si se les acabó la cinta o estaban tan aburridos de su propia película que decidieron finiquitar todo, sólo los Coen lo saben. Lo único de lo que no cabe duda es que el hecho de que este film esté nominado a tantos Óscar es una decisión incomprensible.

En fin. Yo lo que sí sé es que para westerns crepusculares, ya está "Sin perdón"; para buen cine negro, tenemos las películas de Michael Mann; y que para ver a psicópatas inolvidables, basta con ver "Taxi Driver", "El silencio de los corderos" y "Seven".

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