miércoles, 20 de febrero de 2008

Cuando la diferencia entre el talento y la caradura es cuestión de comillas

No hay que confundirse.La sensibilidad artística es un don propio de unos cuantos afortunados y la hipersensibilidad de algunos "artistas" (la diferencia entre el talento y la caradura es cuestión de comillas) es rasgo exclusivo de una caterva de jetas. Me he enterado, por distintas fuentes de que una plataforma denominada "Coalición Cultura" (un nombre sesudo y esforzado como pocos he visto) se ha quejado oficialmente de que haya quien llame por su nombre y ponga en su sitio a los tunantes, truhanes y perpetradores de bodrios que, según dicen, viven de su trabajo, que no es otro que vivir del aire con unas ínfulas que ni el bardo de Astérix. Como digo, estos artistas de cobrar cada vez que respiran se han quejado de que les den cera y, más concretamente, se han quejado al PP.

Debe ser que los "artistas" tienen licencia para tocar los cascabeles ajenos y difamar, desprestigiar y denigrar, pero no para ingerir su propia medicina. Es decir, por poner un ejemplo, un "artista" le puede llamar a usted imbécil, pero usted no puede llamar imbécil a un "artista", porque entonces está ofendiendo a un "trabajador de la cultura" (debe ser un oficio terrible el tener que acicalarse los genitales y dar lustre al ombligo mientras esperas que la inspiración tenga la deferencia de hacerte una visita o que alguien te limosnee, por compadreo o piedad, un contrato). Vamos, que ser "artista" es un chollo: Perpetras una supuesta obra o actuación que sólo guste a tus parientes consanguíneos y al snob de turno con gafas de pasta negra y bufanda cual fular y, mientras tanto, arramblas con toda subvención que se ponga a tiro, vives por encima de la media de tus conciudadanos, insultas a quienes te califican por lo que eres y luego te quejas. Eso sí que requiere arte, talento, dedicación y entrega, sí, señor. Chapó, "artistas". Yo no podría hacer eso, honestamente. No valgo, lo reconozco. La vergüenza y la honestidad son un lastre, qué le voy a hacer.


Es cierto que vivir del arte es muy difícil, que el verdadero reconocimiento a los artistas les llega una vez están abonando el camposanto, que los artistas son por definición seres sensibles e incomprendidos...y añada usted todos los tópicos que quiera. Pero en España, ser "artista" es de lo más rentable si te parapetas detrás de una pancarta, si te integras en una plataforma para la masturbación virtual y pública de algún político, si vas a los Goya y te crees Lenin cuando subes al escenario, o si prefieres robar a millones para asegurarte los tuyos (los piratas tenían barcos; los bandoleros, trabucos; y los artistas, el cánon digital y las cuotas). Todo es cuestión de "talento" y tener claro lo que quieres, que diría un ladrón...


Yo me pregunto si al gang de fulleros egocéntricos, proclives al zanganeo tanto como a la queja más vergonzosa, se les ha ocurrido pensar que si su éxito profesional, reputación artística y/o sus ventas son tan ínfimas no es por una conspiración política-social ni por la falta de sensibilidad o educación artística del común de la población. No, hijos, no. Si tuvierais el mismo genio para el arte que para la demagogia política y la sustracción económica ajena, no os haría ninguna falta ni pancartas, ni cánones ni subvenciones ni cuotas.


En fin, en España sobran "artistas" y hacen falta artistas. Para que quede claro a quiénes me refiero cuando utilizo las comillas, me refiero a todos y cada uno de los jetas de ocasión, artistas de baratillo, viejas glorias con merecido olvido, faranduleros de pacotilla, necios de saldo y genios que no conocen más libertades que las suyas que firman el manifiesto de "Coalición Cultura", la "P.A.Z" y/o no dejan pasar Goya o Max para violar la cultura con sus discursos panfletarios y ruines. Lo que hacéis vosotros no se puede llamar "arte". Tiene otros nombres, pero seguro que eso os es indiferente, "artistas". Yo, por mi parte, puesto que no os puedo "hacer pupa" con mi opinión, os la haré de la única forma que sé que os duele: ni un minuto de atención ni céntimo de euro para sufragar vuestra bazofia de "arte", porque eso sí que es, por utilizar vuestras propias palabras, "un ataque directo a la Cultura, a los ciudadanos y a sus libertades y, de forma manifiesta, a su libertad de expresión. Un insulto, en definitiva, a la propia identidad de un país, su cultura y a la democracia".

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