lunes, 16 de abril de 2007

Ya lo decía Einstein...

"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro". Probablemente es una frase muy poco conocida del genial Albert Einstein, pero es el mejor comienzo para este artículo. La Humanidad está demasiado acostumbrada a la autocomplacencia y a decirse al espejo: "Tú vales mucho", mientras esconde debajo de la alfombra todas las bobadas y sandeces dichas y hechas por los hombres. Por eso, me parece especialmente honesto y digno de elogio que haya gente en este mundo que ponga la diana y distinga como se merecen a los más zotes, estultos y necios humanos del planeta. Y no, no me estoy refiriendo al público de ningún "reality show", ni a la política de promoción dentro de Recursos Humanos ni a los votantes de Bush o el señor POE. Me refiero a los impulsores de los Premios Ig Nobel, los Darwin Awards y los Wacky Warning Labels, auténticos exploradores de la vertiente necia de los "homo sapiens".

Los Ig Nobel, como alguno ya se imaginará, son la divertida antítesis de los celebérrimos premios y galardonan desde 1991 los inventos, estudios y descubrimientos más tontos, extravagantes y/o inútiles. Lean algunos ejemplos: Por qué los pájaros carpinteros no sufren de dolor de cabeza; Interrupción del hipo con un masaje rectal dactilar; Cálculo del número de fotografías que hay que tomar a un grupo para asegurar que todos los que posan aparecerán con los ojos abiertos en la imagen; ¿Puede la gente nadar más rápidamente en jarabe o en agua?; Vigilar la actividad de una célula cerebral en una langosta mientras que esa langosta miraba escenas seleccionados de la película "La Guerra de las Galaxias"; examen comprensivo de la pelusa humana del ombligo; Diseñar y comprobar personalmente la eficacia de un traje blindado a prueba de ataques de osos grizzly...Sin comentarios. Para quien quiera más información y no sea amigo de navegar por los links que he puesto, he de decir que existe un libro recopilatorio de estos premios: "Los Premios IG Nobel: Cuando la Ciencia hace reír".

En cuanto a los Darwin Awards, de los que se tiene noticia desde 1985, premian a los protagonistas a su pesar de las historias más ridículas y estúpidas que uno se puede echar a la cara (aunque en algunos casos no dejan de ser leyendas urbanas), desgraciados que, según los promotores de estos premios, hacen un favor a sus congéneres al eliminarse del acervo genético...¿Quiénes son esos sujetos? Lean, lean: Un hombre que fue aplastado hasta morir por una máquina de Cocacola de la que intentaba sacar un refresco gratis (el individuo tenía aproximadamente 3 $ en monedas y 25 $ en billetes); Un albanés borracho que al subir a un autobús tropezó, haciendo explotar la granada que llevaba consigo (¿?) y matando a otras dos personas e hiriendo a diez más; Un paciente de un hospital que murió abrasado al quitarse su máscara de oxígeno para encenderse un cigarrillo; Un herrero que había utilizado un proyectil (como el de los tanques) como yunque durante diez años hasta que descubrió fatalmente la explosiva verdad; Un golfista que murió electrocutado al miccionar en pleno campo en medio de una tormenta eléctrica...Para quienes quieran saber más, se acaba de estrenar una comedia que aborda estos premios: "Darwin Awards: Muertes de risa".

Por último y no por ello menos delirante, están los Premios Wacky Warning Labels, dedicados a las etiquetas y advertencias más absurdas, como por ejemplo: "No meta a ninguna persona dentro de esta lavadora", "Quite al niño antes de doblar el cochecito", "No intente secar su móvil en el microondas", "No usar esta escobilla (de retrete) para limpieza personal", "Nunca use el secador de pelo mientras duerma", "No coma el tóner"...

Risas aparte, después de leer todo esto, uno se pregunta si realmente existe vida inteligente en el universo o, si la hay, por qué no han invadido ya este bonito planeta...Y mientras tanto, resignación, que como dijo Goethe: "Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano".

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