Tiempos metafóricos estos que vivimos, henchidos de alegorías cuyo significado es desolador. Grecia, la cuna de la civilización occidental, el lugar donde "casi todo empezó", epicentro de esplendor durante siglos, vive una de sus épocas más funestas merced a la crisis económica que ha puesto luz y taquígrafos a muchos trapos sucios y muertos en los armarios. Consecuencia de todo ello es el insólito hecho que da pie a este artículo: la venta/alquiler/subasta de sus islas, emblema proverbial de esa nación y fuente de numerosos mitos imperecederos. Prostituir o, al menos, mercadear con algo tan ancestral y representativo como las islas griegas en pos de salvar la comatosa economía del país es sólo el enésimo, desesperado y desesperante despropósito que sumar a los desmanes cometidos en los últimos años y que han abocado a los helenos a las puertas del Hades.
Ya me imagino a todos los ilustres griegos fenecidos comentando el asunto en los dominios de Perséfone: A Sócrates, Platón y Aristóteles discutiendo qué fue antes: la estupidez o la avaricia; a Homero sopesando la posibilidad de declararse apátrida; a Pericles tirándose de los pelos visto en qué ha quedado su herencia; a Leónidas llamando a las armas a sus trescientos camaradas para mandar al Tártaro a los (ir)responsables políticos y económicos griegos...
Resulta terrible que lo que no consiguieron las guerras seculares lo haya conseguido la jeta de unos dirigentes que hacen malabares cocteleros con la necedad y la codicia: arruinar a un país que lo fue todo...y hoy...no es más que otra nada más a añadir al bochornoso y desalentador panorama político, económico y social del mundo.
Con noticias así, a uno le entran ganas de alquilarse una isla sólo para optar por una despedida socrática ante tanto esperpento...
3 comentarios:
Hace tiempo que quería llorar por Grecia y por los griegos y no sabía como.
Gracias.
De nada ;) Pues sí, lo de los griegos es para echarse a llorar. Es lamentable, aunque su decadencia en lo político y económico se veía venir, por desgracia, ya desde hace años.
Tendríamos (ellos y nosotros) que volver a instaurar el ostracismo para reflotar la democracia...
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