jueves, 14 de abril de 2011

Vlad Gallardón, el terror de los mendigos

Cuentan que Vlad III de Valaquia, príncipe del siglo XV aficionado a hacer de su vida un elogio constante al gore, de ahí su apodo de "El empalador", tuvo en su principado valaco un problema de excedente de mendigos que solucionó de la siguiente forma: organizó un opíparo festín en una casa alejada del mundanal ruido y al cual invitó a todos los pedigüeños de la comarca; cuando el empacho y la melopea habían hecho mella entre la indigencia allí convocada, el príncipe se presentó y preguntó a los pordioseros si deseaban abandonar para siempre sus días de mendicidad. Ante la respuesta abrumadoramente afirmativa de todos los comensales, Vlad Tepes abandonó el convite ordenando a sus soldados cerrar todas las puertas y ventanas de la casa y quemarla con todos sus ocupantes dentro. Con este sistema, Valaquia se quedó en unos meses sin 3.600 mendigos. Siglos más tarde vendría un irlandés llamado Bram Stoker para convertir a este personaje real en uno de los iconos más universales del terror ficticio, pero eso, eso otra historia.

Lo que me interesa no es hablar de Drácula, sino cómo el "método Tepes anti-indigencia" dista mucho en las formas pero poco en el fondo de la propuesta de cierto regidor madrileño cuya faraónica megalomanía y tendencia a la necedad son ya famosas en la capital y más allá. Albertotep Cabezapubis pide una ley que habilite a los alcaldes a "limpiar" las calles de mendigos con menos modales que Charles Bronson con resaca. Como si fueran heces caninas, escombros de obra o restos de botellón, vamos.

De acuerdo que los mendigos no son una visión agradable, ni algo que enseñarías orgulloso como anfitrión, y que cada vez son más numerosos, especialmente en zonas como Gran Vía, que es un auténtico escaparate de mendigantes de todo tipo. De acuerdo, por tanto, en que algo habría que hacer al respecto, pero echarlos por las bravas de su único hogar y fuente de sustento, la calle, denota menos tacto que Eduardo Manostijeras en un ataque de nervios. 

Dice Cabezapubis que los llevaría a un sitio donde estuvieran convenientemente atendidos y mucho me temo que no sería a su casa ni pagado con sus ahorros. Así que, si no lo dice en serio, mal, y si lo dice de veras, peor, porque convertiría ser un "sin techo" en una interesante forma de vida para aquellos que actualmente ven a Paquirrín como el referente laboral. Lo cual, por cierto, me lleva a recordar un artículo de mi admirado Pérez-Reverte publicado allá por 2010.

Así que, salvo que el alcalde de mi ciudad quiera parecer un miembro de "Limpia Madrid", lo mejor que podría haber hecho era estar callado (y van...). Y si no, puestos a "arreglar" las calles de Madrid, mejor haría en preocuparse por el deteriorado adoquinado de las aceras, los desperfectos que presenta el firme de las calzadas, las zanjas que carcomen cualquier trayecto, los grafitis y carteles que afean los bajos de los edificios...

De cualquier forma, yo, a quienes sí expulsaría, con destino al Sol (al astro, no a la Puerta), sería a quienes, sin distinción de raza, sexo ni país de origen, están más cerca de la criminalidad y la desfachatez que de la mendicidad forzosa y honrada. Gentuza tan aseada como virtuosa que se ampara en la indigencia para vivir inmerecidamente de la inocencia o la ingenuidad de buenas personas. Chusma trashumante, guarra e impertinente que no son más que rémoras de la filantropía y que serían incapaces de ganarse la vida honradamente. Morralla como la que se puede ver en ciertos lugares de Gran Vía: falsos cojos que se apoyan en muletas de altura rebajada pidiendo limosna, andrajosas recogedoras de firmas supuestamente sordomudas que no tienen inconveniente en insultarte verbalmente si no las atiendes, yonquis y borrachos que piden dinero para engordar sus vicios, barbudos malhumorados y greñudos con unos modales en absoluto amables... Una patulea de impresentables que a primera hora de la mañana pueden verse charlando animadamente en la terraza de alguna cafetería sin tara ni lástima alguna y a última hora del día se reúnen cual "gang" en el césped de la Plaza de España para dar cuentas a lo que parece un zarrapastroso "padrino"...Vaya tela.

En fin, que, visto lo visto, lo mejor sería encerrar al edil madrileño con unas cuantas de estas joyitas en una cámara hermética, tirar la llave y dejar que los mendigos de bien puedan pedir migajas de humanidad en las aceras de donde les venga en gana sin que ningún cretino ni bellaco les jorobe, aún más, su existencia.

12 comentarios:

el Sr. Skywalker dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo, pero yo los metía en la Estrella de la Muerte y luego la desintegraba con un cañón láser. ja ja ja.

No, en serio, lo que habría que hacer es cambiar las leyes para que no fuera eximente el ser menor de edad, que se las saben todas. O eso o la expulsión inmediata de todo extranjero delincuente, pero ahí, a nuestros políticos les faltan agallas.

Lo de Gallardón es pura demagogia barata del PP por estar en campaña electoral. Ya lo hicieron en las generales pasadas. ¿No te acuerdas?

MARIA dijo...

Bueno yo como dice el Sr Skywalker (buen nick xDDDD), creo que habría que cambiar las leyes.

Porque la realidad es que vivimos en un estado donde la prioridad es la inserccíón del individuo en el sistema.

Ahora el punto de inferencia es, ¿Está cualquier individuo preparado para coexistir en el sistema?. Eso basicamente es lo escabroso del asunto. Por supuesto necesitamos una remodelación de muchos cosas y la necesitamos ya. Un beso.

◊ dissident ◊ dijo...

Conocía la historia del famoso valaco. Lo de Gallardón, pues politiqueo que exige el momento, pero lo mejor de todo la "foto" jajajaja lo que me estoy riendo todavía, y eso que no estoy para muchas risas.

Un saludo

Juan Carlos dijo...

¡Pero hombre! ¿cómo osas cuestionar a nuestro amado y nunca bien poderado Faraón Gallardón el elegido por los dioses para llevar a los madrileños a un estado de éxtasis total? ¡Qué cosas tienes! ¡Seas anatematizado! No obstante sí que habría que hacer algo porque hay sitios que no están en la Plaza Mayor y por tanto no son tan visibles como el paso subterráneo de Cibeles ahora cerrado, que llegaba a ser insalubre no por ellos si no por los orines y basuras que se iban acumulando. Pero no se puede ir contra estas personas, que bastante tienen con sus problemas. Lo primero que habría que hacer es encontrar una forma de insertarles de nuevo en la sociedad. Por mucho que diga quien lo diga, nadie quiere acabar viviendo bajo un puente.
Salu2

Cayetano dijo...

Se nos sube el cargo a la cabeza y nos creemos poco menos que Imenhotep. Además hay falta de tacto hacia los más desfavorecidos. Muy propio el retrato del "faraón".
Un saludo.

Anónimo dijo...

No puedo estar más de acuerdo contigo Javi.

Yo a los que sí que echaría a la calle es la clase política. Son ellos los encargados de afear verdaderamente la estampa del país, oscureciendo con una pátina de corrupción de lo mas deleznable.

Señores que, viviendo en la opulencia gracias a nosotros, se dedican a cargar contra aquellos que antes los sustentaban pero que actualmente, por desgracia, no pueden darles de comer.

Unknown dijo...

En lo qu ehas dado en el calvo es en que la propuesta de Gallardon dista mucho en las formas, pero poco en el fondo, de la barbarie cometida por el amigo Vlad. Es cierto que algo tenemos que hacer para mejorar la situacion de personas que se han quedado sin hogar y se hayan en la calle, sin recursos... lo primero, acabar tambien con toda esa chusma de la que hablas al final, que son los que mas daño hacen a quienes piden en la calle para tener algo que llevarse a la boca.

Rosa dijo...

Caramba Javi, te has despachado a gusto... Uhmmmm, pienso que no estas siendo demasiado justo con Gallardón. Puede que no haya estado muy afortunado con el asunto en cuestión, como en otros tantos, pero sinceramente, creo que es de lo poco salvable del panorama politico español. Esa es mi opinión.

Un abrazo

Javi Crespo dijo...

:) ¡Gracias por los comentarios! La verdad es que, con el tema de la mendicidad, como con tantos otros, pagan justos por pecadores. No obstante, es cierto que algo hay que hacer al respecto, porque no sé si será por culpa de la crisis o por una moda difícil de entender, pero el caso es que cada vez se ven más vagabundos y pedigüeños, al menos en Madrid.

Por cierto, en cuanto al señor alcalde...en fin, Fer, si no fuera tan ególatra, egocéntrico, vanidosos y megalómano, estoy de acuerdo en que es uno de los políticos menos malos que tenemos en este país. ;-)

Juan Carlos dijo...

¡Qué curioso! tú ilustras la entrada con Vlad Tepes y hoy 15, un día después de la entrada, en El Mundo David Torres en su columna "El alcaldísimo se molesta" dice que "desde que se ha aposentado en Cibeles el Palacio de Correos ha adquirido la estampa de un castillo en Transilvania, la silueta de un mamotreto..." Para mí que D. Torres leyó tu entrada y aprovechó la idea.
Salu2

Javi Crespo dijo...

Pues sí, Juan Carlos, una curiosa coincidencia. He leído la columna "A diestra y siniestra" de David Torres a la que te refieres y he encontrado algún punto en común con mi artículo...de cualquier forma, prefiero creer en la casualidad antes que ser mal pensado...y en todo caso :) me quedo con mi post. Ja,ja,ja. ;-)

J.L. Galán dijo...

Me ha gustado la entrada, y desde luego no creo que pasara por su cabeza nada cuando decidió ir hacia adelante con esta iniciativa. O quizás sabiendo que el momento es oportuno, están en campaña y que le sirve para medir reacciones para tomar decisiones mas 'absurdas' en el futuro. Miedo me da.