Quizás la culpa la tenga la habitual fascinación humana por el Mal o la propensión del cine y la literatura a convertir en antihéroes de ficción lo que en realidad son viles criminales. Sea como fuere, nunca es tarde para caerse del caballo.
Recientemente, he terminado de leer el excelente ensayo "Mafia SA: 100 años de Cosa Nostra" de Eric Frattini, publicado en España hace ya unos años. Un riguroso, lúcido y documentadísimo análisis de la historia de la Mafia desde su nacimiento en tierras italianas hace ya varias centurias hasta su pervivencia en territorio norteamericano en el siglo XXI. Por sus más de trescientas páginas, pasan hombres, nombres y sucesos que forman parte en su mayoría de la historia internacional más rutilante y nefasta de los últimos decenios. A mí, particularmente, me interesaba profundamente todo el tema de la "Cosa Nostra" bastante antes de conocer el citado libro, así que no hizo falta más que comprobar su inmensa y fiable documentación para acometer su compra y lectura.
No obstante, por si alguien quiere otros anzuelos, allá van algunos: Si se desea saber la nauseabunda trastienda del clan Kennedy, por qué podría considerarse a Marilyn Monroe como la "Barbie de la Mafia", quiénes impulsaron y fueron leales amigos de Frank Sinatra durante buena parte de su vida, qué hay detrás de la ambigua y contradictoria actitud del mítico fundador del FBI J.Edgar Hoover, o en qué personas reales se inspiran muchos de los personajes ficticios que han aparecido en las pantallas de cine y televisión, mejor que compre este ensayo, porque se llevará sorpresas, que, en mi caso, han sido enormes en según qué capítulos.
De todos modos, lo más importante del libro es que contribuye a aniquilar para siempre cualquier posible idealización de la Mafia y quienes la integran, situación en la que yo estaba antes de leer el ensayo. Personalmente creo que películas como la trilogía de "El Padrino", "Érase una vez en América", "Uno de los nuestros", "El precio del poder", "Camino a la perdición", "Enemigos públicos", "Casino" o "Donnie Brasco", series como "Los Soprano" y "Boardwalk Empire", obras literarias como las alumbradas por Mario Puzo, o videojuegos como las bilogías de "Mafia" y "El Padrino", amén de ser excelentes productos de ficción, han dado un magnetismo y un encanto a la figura del mafioso que poco o nada tienen que ver con la realidad. Presentar a un Don y su "familia" como si fueran un trasunto italiano del Rey Arturo y sus caballeros es algo tan sugerente como erróneo e incorrecto.
Como digo, el libro de Frattini despeja contundentemente cualquier halo mágico que pudiera rodear a los mafiosos y eso es algo que, al menos yo, agradezco enormemente. La Mafia no es una asociación de honorables samuráis vestidos de etiqueta ni una hermandad de guerreros virtuosos como los Templarios, ni su código de conducta es el bushido aunque lo parezca. La Mafia es una asociación discreta, cainita y criminal que tiene en su historial la suficiente cantidad de tumbas, sangre, dinero, traiciones y negocios turbios como para desmerecer cualquier posibilidad de redención. Eso como "entidad"; en cuanto a quienes la integran, bueno, son todo lo que una persona de bien debería evitar ser, así de sencillo Particularmente, creo que da igual si se es un malnacido antes de ser un "hombre hecho" o la "familia" te pervierte, porque la realidad es que es lo que acabas siendo: Un perfecto diablo. Igual que pienso que muchos asesinos y criminales se metieron en la Mafia sólo por prestigio y por tener mayor amparo/impunidad ante la Justicia. De-tes-ta-ble.
En resumen, que Don Vito Corleone es sólo un sueño...y los sueños, sueños son.
3 comentarios:
Muy interesante. Yo soy tambien de esos a los que les molan las películas de gánsteres, de hecho en mi habitación tengo un poster de Tony Montana.
Comprado tengo, pendiente de lectura, Gomorra de Roberto Saviano.
Un saludo
La literatura de todos los tiempos y, ahora el cine y la tv, han hecho que sintiéramos cierta admiración por los "malos". Mírame a mí.
Lo normal es que los malos que nos muestran en la ficción son gente con una personalidad arrolladora y con una cultura exquisita que han sabido ponerse en lo alto de la pirámide a base de mucho esfuerzo (y mucha sangre). Los buenos de esa misma ficción suelen ser personajes planos. Fuera de esa ficción yo creo que todos detestamos a esos tipejos. Valoro más a un albañil u hortelano que se ha dejado la espalda para darle un futuro a su familia que a un tipejo que por cuatro tiros se ha hecho rico.
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