Las niñas van vestidas de mesa camilla modelo Vaticano mientras los niños presentan la colección "Memo Primavera": memo marinerito, memo capitán, memo coronel, memo quieroynopuedo, memo sin complejos, etc., las abuelas fiscalizando todo y ataviadas con lo que parece el último conjunto de Madonna; los abuelos sentados con un ojo puesto en el baño y otro en el reloj mientras el Justformen les gotea sobre el traje; las madres taconeando de aquí para allá, sonrientes y maquilladas como si acabaran de salir de "Falcon Crest" o "Dallas"; los padres, apostados en las esquinas como francotiradores, cámara en ristre y pegándose por la exclusiva para sacar a su chaval con cara de susto mientras el sacerdote les da una hostia por primera vez, los familiares intentando simular alegría mientras llega la hora de decir "Bueno, nosotros nos vamos a casa", el páter sermoneando a las criaturas con cursillos acelerados de teología naif en aras a dejarlos quietos de una vez; el coro parroquial con sus alegres y dinámicas canciones de hace cuarenta años; la gente que entra en la Iglesia, se asusta y se va; el restaurante adornado como un puticlub de Babilonia...Verdaderamente, las comuniones son entrañables.
martes, 30 de mayo de 2006
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