lunes, 31 de diciembre de 2007
Querido 2008
miércoles, 12 de diciembre de 2007
El último horror del cine español
Entrando en materia, hay que decir que, Amenábar aparte, en España no se ha hecho nunca ni se hace buen cine de suspense ni de terror. Aquí se hace algo "parecido", pero que por su cutrez (argumental, interpretativa, presupuestaria) es difícilmente comparable a cualquier buena película de terror o suspense. Por esa razón, aquí estamos más cerca de la Troma que de la Hammer, por utilizar una comparación cinéfila. En Estados Unidos tienen a John Carpenter, George A.Romero, Wes Craven o Clive Baker, en el campo del terror, y a Alfred Hitchcock, David Lynch o David Fincher, en el del suspense. En España tenemos a...Alejandro Amenábar. Punto. Y no, no me he olvidado de Jaume Balagueró ni Paco Plaza. Sus películas (al menos las que yo he visto) dan miedo, sí, aunque por razones distintas a las imaginables. Y el último ejemplo es REC.
Vendida como un prodigio de originalidad y cumbre del escalofrío en la gran pantalla, REC no deja de ser la típica película que te podrías encontrar perdida en el catálogo de un videoclub, en la socorrida sección de "Terror". Y sí, REC produce más de un sobresalto, pero también lo hace el pasaje del terror del Parque de Atracciones, pongamos por caso, y nadie lo considera el súmmum de las atracciones españolas. Siguiendo con el pasaje del terror y REC, hay que decir que muestran el mismo nivel cualitativo de interpretaciones, efectos especiales y de maquillaje. A buen entendedor...
¿Es original el 'look' de reportaje o vídeo amateur? NO en el cine de terror. Y no lo es desde "Holocausto caníbal" hasta la más reciente, notable y mareante, "El proyecto de la bruja de Blair".
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Categoría: Cine, Cine de terror, Cine español, Cultura, películas
lunes, 3 de diciembre de 2007
Sobran las palabras
lunes, 26 de noviembre de 2007
Fantástico cine, cine fantástico
miércoles, 21 de noviembre de 2007
559
lunes, 19 de noviembre de 2007
Tarados del mundo, uníos
lunes, 12 de noviembre de 2007
El Rey de la selva
- Iberoamérica: Es el lugar al cual van las democracias cuando mueren. Allí a la democracia hace varias décadas que se le espera en la mayoría de los países y es que sus políticos entienden más de Vito Corleone que de Maquiavelo y de Tirano Banderas que de Pericles. Y no debe salvarse nadie, porque tanto los electos como los "impuestos" son de la misma calaña, aunque con algunos matices. Si hubiera alguien mejor, sin duda que el pueblo lo eligiría (o eso quiero pensar), pero no lo hay: El ejemplo idóneo de ello es la pléyade de siniestros anormales que han estado o están a los mandos de naciones de aquellas latitudes, países a los que primero drogan y después violan, forjando la miseria de su futuro. Fidel, Ortega, Toledo, Hugo, Evo...son los nombres más recientes de estas verdaderas bombas de hidrógeno contra la democracia y también los principales socios latinoamericanos del Gobierno del señor POE, que es el otro quid de la cuestión.
- Asuntos exteriores, vergüenzas interiores: Uno al ver a Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Asuntos Exteriores, duda si esa cara de sutil satisfacción responde a la presencia de un cuerpo extraño en su zona rectal o bien al consumo de alguna hierba regalo de sus amigos latinos o marroquíes. Pero soy de los que piensan que lo importante no es el físico, sino lo que llevas dentro (de la sesera)...y ahí viene lo malo con este señor. Esta patata rosa que dirige tortuosamente los caminos de España allende sus fronteras debe tener a las neuronas jugando al arkanoid unas contra otras porque a la vista de sus acertadísimas alianzas diplomáticas internacionales (si se mira la agenda de colegas de farras internacionales de Moratinos uno puede confundirla con un registro de enemigos de las libertades y la inteligencia) tengo la firme corazonada de que este simpático ser de voz eclesial tiene un cerebro en el cual, en el lugar donde deberían estar las brillantes ideas, hay lozanos efebos y enormes bananas. Y, hablando de eso, he de reconocerle a la rosada patata una habilidad magistral como diplomático: tiene unas enormes tragaderas. Se las meten dobladas constante y repetidamente y el tío ni suda. Para eso hay que valer. La última muestra es la nula reacción diplomática de España después de la última memez del Castro del siglo XXI.
- Hugo Chávez: Es en sí mismo la mejor prueba de lo peligroso que puede ser para la democracia que un militar se asiente en el poder y lo letal para el devenir de un país que su Jefe de Estado sea comunista y encima populista, como es este mentecato escapado de algún zoológico. Hay madres que deberían pensarse seriamente exigir el preservativo a sus parejas hasta el fin de sus días si, por no usarlo, te salen bellacos gorilescos como este deleznable mamarracho. Más que votos y vítores, este individuo lo que se merece es que le tiren cacahuetes, plátanos o desde un décimo.
Y así llegamos a la clausura de de la XVII Cumbre Iberoamericana, cuando un sujeto que entiende tanto de libertad y derechos humanos como de la teoría de las cuerdas se permite el lujo de vomitar insultos contra las empresas españolas y un presidente elegido democráticamente por una población mucho más sensata y respetuosa que la que mora en Venezuela. Tanto se pasó de la raya el fantoche del país de los culebrones que hasta el señor POE salió al quite de Aznar (ni en sus peores pesadillas habría imaginado tener que hacer eso)...y tanto se siguió pasando que al Rey se le hincharon las coronas y dejó una escena breve pero antológica para las hemerotecas y el orgullo de los españoles. Me sentí tan contento de ver esa reacción de Juan Carlos I como de un triunfo de mis adorados Fernando Alonso o la selección de baloncesto. ¡Viva la madre que te alumbró, JC!
Después del incidente, el demencial Chávez sigue con su viscosa y venenosa verborrea, la patata rosa está mirando para otro lado y el señor POE mirando a Moratinos. Y el Rey, en un prudente y sensato silencio. Cuando uno hace algo tan noble, espontáneo y contundente, añadir cualquier palabra sería estropearlo. Hay Jefes de Estado que, de vez en cuando, se merecen un aplauso y otros, casi a diario, un magnicidio. ¡Pistolas y bananas para Venezuela ya!
lunes, 5 de noviembre de 2007
La gota y el océano
- Independientemente del anuncio del fallo de Javier Gómez Bermúdez, mi opinión de la Justicia en general y la española en particular es que es tan digna de elogio y fiable como un vaticinio de Paco Porras. Y después de la sentencia, tengo exactamente la misma opinión. ¿Por qué? Bueno, porque por un juez serio sin alma de vedette que aparece en las noticias por primera vez en casi 28 años no voy a decir que la Justicia es maravillosa. Antes bien, podré decir que he encontrado la excepción que confirma la regla, ya que el recuerdo de cierto juez con notoria miopía física y neuro-intelectual y de una fiscal con una probabilidad de acierto sólo igualada por una escopeta de feria no está tan lejano en la memoria y no hablemos ya de cierta gran ave zancuda de la familia Ardeidae...
- ¿Qué me parece la sentencia? Que hace justicia a toda la información que ha recibido el Tribunal. Ni más ni menos. Todo lo demás, por suerte o por desgracia, son castillos en el aire.
- ¿Quién está detrás del 11-M? Pues parece claro que ni ETA (para desilusión Poppular) ni Iraq ni Al Qaeda ni ningún representante del PP (para chasco socialista, prisaico, manjonil, panca-artístico y demagógico). Toma castaña. Eso sí, cabezas de turco (perdón, magrebí), todos los que quieras. Con este panorama, yo sólo me puedo inclinar por culpar de todo esto a...el mayordomo. Qué le voy a hacer, me encanta la novela negra y juego de vez en cuando al Cluedo.
- ¿Qué me parece la labor de nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad? Que algo huele a podrido y no precisamente en Dinamarca. Debe ser que ahora que la política es un todo-a-un-euro y al Ejército lo venden como ONG repartidora de flores y muñecos antiestrés, la Policía debe tener como manual de referencia un tebeo de "Mortadelo y Filemón" y los espías promocionan antes si parecen "Anacleto, agente secreto", y es que prefiero pensar que la actuación policial (y meto en este saco a la Policía Nacional, Guardia Civil y CNI) respecto a lo del 11-M (antes, durante y después) obedece a la necedad y chapucerismo patrio y no a una inteligencia o una consciencia, aunque, fuera por lo que fuera, da verdadera vergüenza comprobar cuánto inepto, chulo y mentecato hay con placa y uniforme.
- ¿De qué ha servido el 11-M? Pues para que un partido perdiera unas elecciones que tenía ganadas, que un cretino descomunal ascendiera a la Presidencia del Gobierno y para que España tenga 191 motivos para exigir que nada de esto vuelva a ocurrir.
- ¿Se ha sabido la verdad del 11-M? Sí. ¿Se ha sabido toda la verdad? No. Y la sentencia es lo suficientemente elocuente a este respecto.
- ¿Qué es para mí el 11-M? Un "Pearl Harbor" que nuestra Historia no quería y una tragedia con tantas verdades como el asesinato de J.F.Kennedy.
Carta abierta a Javier Pérez de Albéniz (y cía)
Dado que este tema es carne de cañón demagógico, habrá gente que ponga el grito en el cielo, obviando la envidiable (y extraña) pluralidad de opiniones que alberga El Mundo y las dictaduras monopensantes instaladas férreamente en otros medios, pero lo cierto es que la desaparición de la firma de Albéniz en la citada web era algo tan lógico como honesto. Por ello, en honor a la coherencia y desde el respeto, a continuación escribo la carta que tenía pensada publicar, dirigida al polémico bloguero y sus acólitos:
Para el señor Javier Pérez de Albéniz:
Ignoro bajo qué excusa o coartada conseguiste que te dieran un blog de crítica televisiva para poder hacer propaganda de tus filias y fobias políticas, intelectuales y personales, pero sin duda dice mucho de tu talento.
Ignoro cuáles son los motivos para faltar con tanta frecuencia y ofender con tanta soberbia a quienes no piensan como tú, pero sin duda dice mucho de tu educación.
Ignoro por qué tiendes a meter con calzador cualquier cuña política hables de lo que hables, pero sin duda dice mucho de tu pertinaz propensión a perder el norte del blog.
Ignoro por qué menosprecias con mal disimulada corrección y elegancia a quienes se molestan en leer tus artículos y en darte su opinión sobre ellos aunque dicha opinión o valoración no te gusten, pero dice mucho de tu forma de ser y pensar.
Ignoro por qué con el talento y cultura que tienes, optar por mostrarte como un tuerto intelectual y un demagogo de primer orden, pero dice mucho de tu integridad profesional.
Ignoro por qué muchos de tus comentarios sobre temas ajenos a la televisión o sobre determinados "foreros", los tornas en mofas que, cuando menos, pervierten la libertad de expresión de la que haces gala y ofenden la libertad de pensamiento de quienes atacas, pero dice mucho de tus valores democráticos.
Ignoro por qué eres así, pero quiero pensar que no es culpa ni responsabilidad de tus progenitores.
Para sus apóstoles:
Aplaudo vuestra vocación de "cla", vuestras ansias de erigiros en guardianes de la Verdad única, vuestras pretensiones de ser los únicos capacitados para hablar de libertad y respeto, vuestras ganas de expedir arbitrariamente carnés de demócratas, pero no entiendo por qué os comportáis como una horda de hipócritas, demagogos, sectarios, faltos de tolerancia y, en muchos casos, de educación o cultura. Allá vosotros con vuestras risas y aplausos, porque con ellos despedís los valores que hacen grande a la democracia.
Desde la más distante educación y el contundente de los respetos.
Un saludo y suerte.
miércoles, 31 de octubre de 2007
Una pequeña obra maestra
"Adiós, pequeña, adiós", como se ha traducido al castellano, es una modesta ópera prima con un talento y una calidad desbordantes en todos los aspectos desde los que se quiera mirar: Dirección, guión, reparto, interpretaciones...En esta película, la primera de Affleck tras las cámaras, hay más cine, genio y arte que en la filmografía de bastantes directores, presentes y pretéritos, cuyos nombres, por decoro, no voy a citar. El argumento del film, basado en la novela homónima de Dennis Lehane (autor de la excelsa "Mystic River"), aborda la desaparición de la niña Amanda McCready en un humilde barrio de Boston, hecho que lleva a una joven y honesta pareja de detectives privados a implicarse en una búsqueda en la que los aspectos más sombríos no están siempre en el lado ajeno a la ley y que les deparará, como al espectador, más de una sorpresa...Un imponente drama con aroma de thriller que tiene una credibilidad rayana en el documental gracias a las sensacionales interpretaciones de los acertadísimos Casey Affleck y Michelle Monaghan, la solvencia habitual de dos maestros de la interpretación como Morgan Freeman y Ed Harris y un plantel de secundarios que bordan sus personajes.
Quien quiera buscar en esta película el morbo de la desaparición de menores o la insana comparación con un hecho real con tintes tan increíbles como cinematográficos, quedarán decepcionados. No es por tanto un film morboso ni oportunista y sí una película con más verdad y honestidad que cualquier declaración del matrimonio McCann. "Adiós, pequeña, adiós", habla de conflictos humanos y morales con una forma y rotundidad que sólo se encuentra en los dramas de William Shakespeare y las películas dirigidas por Clint Eastwood. Así de sencillo. Es un film que, además de deleitar cinematográficamente, plantea al espectador cuestiones como ¿está siempre clara la frontera que separa "lo bueno" y "lo malo"? o, la pregunta sobre la que gira la esencia de la película, ¿hacer lo correcto implica siempre estar haciendo lo mejor? Una duda que, cuando menos, especialmente después de ver la película, da que pensar...y mucho.
En definitiva, "Adiós, pequeña, adiós", es un film pequeño en sus pretensiones y absolutamente colosal en sus resultados, es cine de primera magnitud y una película agridulce que demuestra que Ben Affleck como actor es incluso mediocre pero como director tiene visos de maestro.
lunes, 29 de octubre de 2007
Cal y olvido
miércoles, 17 de octubre de 2007
Jack Bauer, en búsqueda y captura (televisiva)
Viendo la parrilla de programación de Antena 3, me asaltan las dudas de cuál es el concepto de 'calidad' y 'seriedad' que tienen sus responsables. Dejando aparte el bochorno de sus programas 'rosa', magazines y tertulias gaztañescas, lo que hace Antena 3 con sus series, tiene su miga: a las buenas, las tienes que seguir la pista cual Jack Malone a lo largo y ancho de su parrilla semanal. Y a las demás (por lo general, españolas), te las tienes que comer con patatas y sin bicarbonato en 'prime-time'. ¿Es esto respetar a los espectadores? Para que se hagan una idea, es como si Cuatro emitiera "House" a partir de la medianoche o si Telecinco retirara de su programación "CSI" para poner en horario de máxima audiencia "R.I.S.".
Volviendo a "24", el cabreo de sus seguidores, entre los cuales me encuentro, es lógico. Primero se pasan todo un verano anunciando el estreno de la sexta temporada. Luego transcurren semanas hasta que se atisba la fecha de emisión. Seguidamente, pasan a emitir dos capítulos seguidos, pero, eso sí, a partir, como pronto, de la medianoche. Y, finalmente, cuando la trama y la acción ya se han asentado y la expectación de los leales a Jack Bauer es máxima, la quitan sin previo aviso de la parrilla.
¿Qué pasará a partir de ahora? Pues vaya usted a saber: a lo mejor la sacan en DVD antes de que Antena 3 diga algo al respecto, quizás aumenten las descargas de "24" en Internet, tal vez dimita algún responsable de programación en Antena 3...El destino de "24" en Antena 3 es una incógnita aún mayor que la resolución de cualquiera de sus temporadas.
En fin. Después de todo esto, ¿qué sería Antena 3 sin "Los Simpson"? Quiero decir además de una cadena vulgar, insulsa y propensa a producir castañas catódicas.
Publicado el 17 de octubre en CiudadanoTV, en http://www.elmundo.es/
lunes, 15 de octubre de 2007
Desmemoria histórica
- Sobre las guerras: Que yo sepa, en toda guerra hay como mínimo dos bandos que se sacuden mutuamente, hasta que uno se dé por vencido. Es decir, salvo que estemos hablando de una improbable guerra gay, en la que unos sólo dan y otros sólo reciben, en las guerras no hay un bando que se dedica a disparar a todo lo que se mueve mientras el otro reparte flores brincando y cantando temas de ABBA. Así pues, dejémonos de victimismos demagógicos y falsos porque, del mismo modo que en la guerra no hay ganadores, no hay tampoco un único culpable a quien demonizar. Guerras o confrontaciones civiles han sufrido todos los países y todos, menos uno, han sabido pasar página con sensatez y elegancia. Es parte de la esencia española la afición por dar la nota.
- Sobre los muertos: En contra de lo que puede parecer, a juzgar por que dicen ciertos historiadores, políticos y demagogos de ocasión, en la Guerra Civil española murió gente de ambos bandos y también personas que lo único que querían era sobrevivir a la barbarie y cuyo credo político no era más que el de poder ver amanecer al día siguiente. Y murió tantísima gente porque desmanes y atrocidades se cometieron en ambos bandos, ya que la crueldad, la injusticia y el sadismo no entienden de ideologías: lo mismo les da Hitler que Stalin, azul que rojo, nacional o republicano. En nuestra guerra murieron miles de personas simplemente por "ser" o "no ser", según el caso, y lo que te salvaba en un sitio te condenaba en otro (Ejemplo-dato: Durante la Guerra Civil, en zona republicana, 13 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosas, 263 monjas y miles de seglares son asesinados sólo por ser católicos). Con esto quiero decir que el mismo derecho a llorar y reclamar a sus muertos tienen las víctimas de un bando como de otro. ¿He dicho tienen? Perdón, "deberían tener", porque la realidad es otra...
- Sobre las postguerras: Salvo que hablemos de la minúscula élite de verdaderos beneficiados por una contienda bélica, lo cierto es que el país y la vida presentan la misma desolación y las mismas dificultades para todos. La familia de mi madre, por ejemplo, se buscó las castañas, tragó quina y trabajó duro, durísimo para salir adelante después de la Guerra Civil y ¡oh, sorpresa! no era simpatizante del bando republicano. Y como esta familia, muchas, muchísimas más. Igualmente, hay quien aprovecha las postguerras para comenzar a amasar fortunas y forjar imperios, pero a lo mejor no es políticamente correcto hablar de Paul Anco ahora...Sea como fuere, lo que quiero dejar claro es que una guerra es una putada y una vergüenza para todos, especialmente para los que se "quedan". Quien no lo quiera ver, es un memo, y quien quiera apropiarse del papel de víctima o erigirse en expendedor de carnets de afectados, un vil y repugnante sinvergüenza.
- Sobre la II República: La Segunda República dista mucho de ser el Estado Hippy que muchos se empeñan en presentar. Soñar no es sinónimo de recordar ni "ideal" es lo mismo que "real". Como cualquier sistema o régimen político, tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas. Pero, si un adjetivo define perfectamente a la II República es "convulsa". Crispación política, devaluación institucional, huelgas, altercados públicos, asesinatos...Es decir, como ahora, pero con hambre y una crisis económica de profundidad tipo sima. Datos: 251 asaltos de templos, incendios sofocados, destrozos, intentos de asalto; 269 Muertos; 1287 Heridos de diferente gravedad; 215 Agresiones personales frustradas o cuyas consecuencias no constan; 69 Centros particulares y políticos destruidos; 312 Id. asaltados; 113 Huelgas generales y 228 Huelgas parciales; 10 periódicos totalmente destruidos, todos de derecha; 83 Asaltos a periódicos, intentos de asalto y destrozos; 146 Bombas y artefactos explosivos; 38 recogidos sin explotar...No se puede buscar el origen o identificar los detonantes de la Guerra Civil obviando la brutal convulsión que vivió España esos años...y no se puede entender dicha "agitación" sin recordar a demócratas y estandartes de la libertad y el respeto al adversario como Francisco Largo Caballero o Dolores Ibárruri o a organizaciones tan pacíficas y bucólicopastoriles como la CNT. Sea como fuere, es evidente, a tenor de los hechos objetivos, que el caos en que derivó la II República puso la alfombra roja al pandemónium de la Guerra Civil. Unos pusieron la pólvora y otros la mecha encendida. Así de sencillo, cruel y doloroso.
Dichas estas consideraciones y en lo tocante a la Ley, escribo unas reflexiones, para que quien quiera, piense:
* Quítame allá esos símbolos: ¿Por qué se quieren quitar símbolos, estatuas y emblemas con el pretexto, que entiendo, de que molestan o hieren la sensibilidad de algunas personas y en cambio se dejan otros que pueden molestar y herir de igual forma a otras? Si vamos a ser tendenciosos, sectarios y revanchistas, de acuerdo; pero si utilizan la palabra "justicia" e "igualdad", pues deberían quitar las calles, efigies, placas, parques y demás dedicados a bellacos infames como, por citar sólo tres casos, el vil Largo Caballero, la letal Dolóres Ibárruri o el repugnante y asesino Santiago Carrillo, porque a mí y a más gente, ofenden y hieren la sensibilidad. A ver si es que hay opiniones y sensibilidades de distinta categoría y yo no me he enterado...
* La Transición, papel mojado: Ya que con esta Ley gustan de revisar lo enterrado y zanjado en la Transición, pues propongo que el hoy santo de la democracia y las libertades Santiago Carrillo sea juzgado, aunque sea de cara a la galería, por los crímenes que, cuando menos, instó y aplaudió durante la Guerra Civil; que los descendientes de Paul Anco devuelvan por dignidad el dinero equivalente al que amasó su padre a la sombra de la postguerra y al amparo de una dictadura; o que, puestos a quitar toda herencia del franquismo, se retire del panorama político-institucional a cierto delfín del dictador que se lavó la cara un 23F. ¿O es que con eso ya no se atreven?
* Los otros muertos: Parece ser que lo "políticamente correcto", gilipollesco y demócrata es hablar de sólo unos muertos cuando se menciona el tema de la Guerra Civil. Es decir, que lo aceptable y aceptado es lamentar, llorar, reivindicar y clamar por las fallecidos del bando republicano o asesinados por parecerlo, apoyarlo o narices, porque murieron "víctimas de la barbarie y la sinrazón, defendiendo sus ideales y la libertad". Será que "los otros muertos" murieron porque sí y con ellos murieron sus derechos y los de sus familiares...¿A dónde quiero llegar? Pues a que me parece normal y entendible humanamente que una viuda, hermano, hijo, nieto, sobrino, primo, bisnieto, tataranieto o pariente quiera que su muerto esté localizado y enterrado con dignidad y respeto y que se le ayude institucionalmente a ello. Y ojo que no he hablado de un bando u otro, sino que hablo en general, de los dos, no como la Ley de marras...Porque, "los otros muertos" de la Guerra Civil, las víctimas del llamado "bando nacional" o que "simplemente" murieron a manos del republicano, no fallecieron a consecuencia de gripes, tropezones o ataques al corazón. Tanto derecho a descansar en paz tienen unos como otros. A ver si ahora, por estar en cierto bando, no pasa nada porque te pudras en una fosa común de paradero desconocido... Hacer distinciones entre muertos o utilizarlos como vehículo de venganza y revancha demuestra que, quien así piensa y siente, tiene el corazón más podrido que su familiar difunto. Ninguna vida vale más ni menos que otra.
En fin. Si hay justicia, genial, que sea para todos, pero de verdad y no de boquita. Aunque, yo me pregunto, a punto de llegar al 70 aniversario del final de la Guerra Civil...¿vamos a pasar página de una vez o se va a abrir de par en par el Necronomicón?
sábado, 13 de octubre de 2007
Huérfana de originalidad
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Categoría: Cine, Cine de terror, Cine español, Cultura, películas
miércoles, 10 de octubre de 2007
Hasta siempre, maestro, amigo
Entrevista con Eduardo Razquin Antía, fraile agustino recoleto.
“Me gustaría que dijeran de mí: fue un hombre bueno, sencillo, un poco charlatán, pero un hombre bueno”
Eduardo Razquin Antía, el padre Eduardo, como le llaman sus allegados, es un entrañable sacerdote cuya simpatía, bondad y facilidad de palabra le hacen llegar rápidamente al corazón de quienes le rodean. Desde que salió de su querida Navarra, Eduardo Razquin ha regalado su enorme corazón a Dios, a los demás, a la vida. Sacerdote, misionero, profesor y, por encima de todo, buen hombre, el padre Eduardo ha hecho que el lema “Ama y haz lo que quieras” quede patente en toda su trayectoria humana.
La parroquia Nuestra Señora de la Consolación se encuentra en un bello parque madrileño del distrito de Retiro. Allí, en un humilde despacho parroquial donde una mesa y una sencilla estantería quedan bañadas por la tenue luz que arroja una ventana, el padre Eduardo aguarda recostado sobre un sillón. En sus manos, un bastón recuerda que 81 años no perdonan. Sus ojos, escondidos tras unas grandes gafas, desprenden una vitalidad que perdura desde la ya lejana niñez, transcurrida en las localidades navarras de Salinas de Oro y Roncesvalles. En aquella época de su vida, llena de “muchos, buenos y variados recuerdos”, el cariño hacia la figura de su madre, entregada totalmente al cuidado y educación de sus nueve hijos, es tan grande que aún hoy lleva la ternura a las palabras del padre Eduardo: “Mi madre era el cien por cien de mi vida. A ella le debo toda mi formación humana y espiritual”.
Los primeros años
Desde pequeño, su ilusión era la de ser sacerdote “y eso es algo que aún hoy no me ha abandonado”, dice con orgullo.
P: ¿Cómo reaccionó su familia al comunicarles que quería ser sacerdote?
R: Mi madre me besó con locura y me dijo: “Hijo, me das la alegría más grande”. Mi padre nunca se opuso y mis hermanos creo que no lo comprendieron (Ríe).
Su ilusión comenzó a hacerse realidad cuando, a la edad de 15 años, Eduardo Razquin entró en el colegio de Agustinos de Sos del Rey Católico (Zaragoza) para completar sus estudios e iniciar su formación sacerdotal. “Allí empecé a ser realmente consciente de lo que significaba ser cristiano. Vivíamos una vida espiritual extraordinaria”. Tras seis años en Sos, la constancia del padre Eduardo le llevó en 1939 al convento Desierto de la Candelaria (Colombia), donde finalizó su preparación sacerdotal. Y así, su gran ilusión de niño se terminó de hacer realidad un 24 de septiembre de 1941, día en que Eduardo Razquin celebró su primera misa como sacerdote. “Es indefinible lo que sentí aquel día”, afirma con una gran emoción en sus ojos.
Misionero y profesor
La ilusión por difundir el Evangelio le llevó años más tarde a las misiones de la selva tropical sudamericana, donde pasó los tres años más felices de su vida. “Había muchos problemas, una carencia absoluta e incluso sufrí fiebres que me tuvieron enfermo durante meses. A pesar de eso, salí llorando de las misiones...¡Ojalá hubiese podido volver!”, afirma con gran melancolía.
Tras su estancia en las misiones, el padre Eduardo se dedicó casi en exclusiva a la docencia. Colombia, Panamá, España...sus enseñanzas se repartieron a uno y otro lado del Atlántico. Fue en nuestro país donde el padre Eduardo terminó su labor docente, en el Colegio Agustiniano de Madrid, donde estuvo desde 1970 hasta 1992. “Guardo un recuerdo muy agradable de los años que estuve en el Agustiniano. Nunca me quejaré de mis alumnos. Tengo un maravilloso recuerdo de todos ellos. Los niños no son ni buenos ni malos. Son lo que el profesor quiere que sean”. Hablando con los que fueron sus alumnos y compañeros, queda claro que las “lecciones magistrales” del padre Eduardo iban más allá de la mera docencia.
La vida en la fe
De vez en cuando, el padre Eduardo se pasa coquetamente la mano por su pelo, blanqueado por el paso del tiempo. Hace 58 años que es sacerdote, aunque de corazón siempre lo ha sido.
P: Son muchos años como sacerdote. ¿Se han frustrado algunas de las expectativas que tenía de joven?
R: Por supuesto que sí, pero la principal, que es el encuentro y la permanencia con Dios, gracias a Él, no.
P: ¿A qué tiene miedo un sacerdote?
R: Depende de muchas circunstancias. No obstante, creo que el mayor miedo que puede tener un sacerdote es el fracaso en su labor sacerdotal, en su vida pastoral, en su vida espiritual. Fuera de eso, a nada.
Los años no perdonan. El padre Eduardo usa un sencillo bastón para caminar. En cambio, para caminar por la vida, tan sólo le basta su enorme fe en Dios, su principal apoyo desde chiquillo. Sin embargo, vive en un mundo donde no todas las personas tienen una fe tan fuerte.
P: ¿Qué le diría usted a una persona que piensa que Dios no existe porque no hace nada por aliviar el sufrimiento y evitar las tragedias que padece el ser humano?
R: Le diría que nosotros no somos un mecanismo dirigido por Dios. Tenemos nuestra propia libertad. Ésa es la esencia del hombre. Si Dios nos evitara todas las dificultades, dejaríamos de ser hombres.
Eduardo
Un momento puede ser suficiente para conocer a las personas. Antes de comenzar la entrevista, el padre Eduardo estaba sentado en un pequeño salón. Al tiempo que yo llegaba, apareció una niña, que apenas alcanzaba los dos años, seguida por su madre. El padre Eduardo la miró, sonrió y su cara se llenó de ternura. Llamó a la niña y ella se acercó. El padre Eduardo no dijo nada. Sólo la acarició con un inmenso mimo.
P: Padre Eduardo, ¿qué cosas hacen despertar las lágrimas en sus ojos?
R: Las grandes manifestaciones populares de fe. Una concentración con motivo de una romería, las congregaciones en San Pedro del Vaticano o cuando todo el pueblo canta, no importa el lugar, con un fervor grande...En esos momentos no me sale la voz, me ahogan las lágrimas.
P: ¿Cómo definiría la vida?
R: La vida...es un segundo que Dios nos da para acercarnos o retirarnos de Él.
El padre Eduardo es un hombre dicharachero, lleno de gran entusiasmo y una alegría que contagia a los demás, permitiéndole llegar fácilmente al corazón de las personas.
P: ¿Hay alguna frase que le haya marcado a usted y su relación con los demás?
R: “Ama y haz lo que quieras”. Lo dijo San Agustín. En un mandato tan sencillo y bonito se basa toda mi vida.
P: ¿Qué huella le gustaría dejar en las personas que le conocen?
R: Un recuerdo sencillo. Me gustaría que dijeran de mí: fue un hombre bueno, sencillo, un poco charlatán, pero un hombre bueno.
Eduardo Razquin, el padre Eduardo, como le llaman sus allegados, es un hombre lleno de una gran sencillez y ternura. Tal vez por eso esta entrevista se queda pequeña para una persona de tanta valía humana.
Descansa en paz, maestro, amigo.