jueves, 18 de enero de 2007

Sinceros practicantes

En el mundo en que vivimos, es raro encontrar a gente practicante de alguna ideología o credo y como muestra basta con echar un vistazo a cómo está el patio católico, donde hay más simpatizantes que practicantes. Y si bien este fenómeno es claramente perceptible en temas como el religioso, creo que la televisión nos ha puesto sobre el tapete una situación muy interesante: Que existen sinceros practicantes. Sí, de verdad que hay gente que dice literalmente lo que piensa, sin remilgos ni paños calientes. Y esta circunstancia genera tanta fascinación como controversia, generando una primavera de fans y detractores. En mi opinión, esto se debe a que en una sociedad donde absolutamente todo está bajo la tácita dictadura de "lo políticamente correcto" y "el qué dirán, qué pensarán", cualquier persona que diga las cosas tal y como las piensa se convierte en el Ché Guevara de la sinceridad y no te digo nada si ya estás de acuerdo con esa persona. Veamos dos claros ejemplos de ello, sacados del mundo catódico:
  • El doctor House: Habrá quien deteste a un médico tan contundente y mordaz, pero ¿cuántas personas conocemos que darían lo que fuera porque un médico les hablara claro? Desde el plano meramente práctico, ya es difícil que un mortal entienda la jerga (y la letra) de un médico normal, y desde el punto de vista humano, es agradable que alguien te diga la verdad a la cara y más en temas de salud. Y eso es exactamente lo que hace House. Es tan transparente como un trozo de cristal y puede ser tan cortante o hiriente como él, pero me parece un justo peaje a pagar si con ello se recibe a cambio sinceridad.
  • Risto: Si hay una persona que se ha convertido en el gran protagonista y la revelación de la enésima edición de "Operación Triunfo" es Risto Mejide. Su sinceridad, sus ácidos comentarios y su "look" han convertido a este publicitario en uno de los iconos del programa y, tanto sus fans como sus detractores, están deseando que llegue el momento en que este miembro del jurado con reputación de verdugo suelte perlitas por la boca, cada cual con un motivo distinto, obviamente. Pero, yo me pregunto qué es mejor: ¿vender humo y crear falsas esperanzas a esos aspirantes a estrella o, por el contrario, decir la verdad con toda la crudeza posible para espolear la capacidad autocrítica y el afán de superación de estos "baby singers"? Para mí, Risto hace el papel más ingrato y valioso y que no necesariamente le corresponde a él, pero visto el panorama, alguien debía abanderar la sensatez y la sinceridad en ese programa. Si alguien cree que Risto es duro con los chicos de OT, es que desconoce por completo cómo trata tanto el sector como los críticos musicales a los artistas profesionales. Se puede estar de acuerdo o no con las comparaciones que utiliza (yo, particularmente, las suscribo todas, por lo gráficas y fácilmente comprensibles que son), pero de lo que no cabe duda es que el discurso destructivo de Risto es lo más constructivo que se les está diciendo a esos chavales, pensando sobre todo en un hipotético futuro artístico. Y digo hipotético porque basta con recordar los aterrizajes forzosos y hostiones profesionales de anteriores concursantes y ganadores de "Operación Triunfo". Yo creo que el "efecto Risto" sería menor si este año no hubieran entrado en la "academia" una panda de ¿críos? que, talento aparte, en su mayoría muestran una autocomplaciencia y un divismo que ríete tú de las folclóricas y Madona y compañía, pero, como no ha sido así, pues estamos como estamos y la mayor estrella del programa es el único que habla meridianamente claro en medio de una corte de aduladores e hipócritas.
Quizás no sean los ejemplos más cómodos para hablar de la sinceridad, pero sí creo que son los más extremos y rotundos. Además, personalmente, estoy de acuerdo con House y Risto en todo lo que dicen y como lo dicen, y cualquier lector habitual de mi blog ya se habrá dado cuenta de ello.
Hablando de blogs, creo que este fenómeno virtual es una muestra perfecta de cómo, en cuanto se han puesto herramientas para ello, la gente ha querido quitarse de encima los grilletes de la hipocresía formal dominante para poder decir lo que quiera y sobre lo que quiera. Ésa es la gran clave del éxito de los blogs: "Yo soy yo y digo lo que pienso sobre lo que yo quiero". Por todo ello, animo desde aquí a que se pierda el miedo al "qué dirán, qué pensarán" y que cada uno sea honesto y coherente, aunque sea por ahorrar el tiempo que se pierde en pensar cómo decir algo que no pueda ofender ni molestar a algún ser vivo del planeta Tierra. ¡Basta ya de sanedrines y sandeces!
Y, por último, como no podía ser menos, invito a todo aquel que lea este artículo a que haga uso de su sinceridad descarnada y me diga literalmente qué piensa de esto o de mí o de lo que le salga del tafanario. Yo se lo agradeceré enormemente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En parte estoy de acuerdo, estamos dominados por lo políticamente correcto. En nuestra vida se suceden personas y conversaciones políticamente correctas, o mejor dicho, insulsísimas, lo políticamente correcto ha hecho que seamos todos borreguitos sin opnión ni nada nuevo
si te sales de ahí caes mal, es inevitable, así que ser políticamente es la mejor defensa, y es el refugio de los mediocres