Tras caer, levantarse. En eso consiste la vida, el deporte, el fútbol y
el Atlético de Madrid. Anoche se demostró una vez más. El Atleti
reaccionó al sonrojante tropiezo en Liga de Campeones con una victoria
sólida, asentada en un buen desempeño general del equipo rojiblanco. Una velada que comenzó con un oportuno recado y recordatorio tanto a Theo Hernández como a bocazas propios y ajenos: "Nuestro orgullo es la lealtad".
Los
inesperados goleadores locales Godín y Filipe Luis reverdecieron
laureles (y recuperaron parte del crédito perdido en partidos para olvidar) en una noche en la que el Atlético fue bastante fiable en todas
las zonas del campo. Además, Rodrigo y Arias acreditaron méritos
suficientes para conservar puesto en la titularidad.
De la Real Sociedad
basta decir que Oblak estuvo más cerca de coger un catarro que un balón. Así que el único picante lo pusieron las peculiares y
afortunadamente intrascendentes decisiones de Mateu Lahoz, de quien empiezo a
sospechar que es el resultado de varias generaciones de primos
cruzándose entre sí.
Pero, como decía al principio, lo importante era levantarse después del hostión alemán que dejó al equipo rojiblanco hecho teselas. Y el Atleti se ha levantado como el campeón que es o, mejor dicho, como el campeón en que lo ha convertido el falible "Cholo" Simeone. Toca seguir mejorando, creciendo y luchando. En eso consiste la vida, el deporte, el fútbol y...¡Aúpa Atleti!
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